Fotógrafo Patrick Houette
La sociedad en general entra en procesos disyuntivos ante cual es la actitud correcta que se debe asumir por las afrentas que originan algunos ciudadanos amparados en el privilegio que dispensa sus posiciones excepcionales y el poderoso don dinero, pues sin escrúpulo alguno actúan encaminando las leyes y derechos generales hacia sus necesidades e intereses particulares.
¿Cuál es la repuesta correcta a estas atribuciones indebidas, la protesta violenta o el camino de la denuncia legal?
En Aberdeen Escocia el pre-candidato republicano y millonario Donald Trump, la emprende contra una pareja de esposos que no han cedido a sus pretensiones de adquisición de su casa, para que el magnate termine de adquirir los predios para construir un gran campo de golf con hotel incluido; ante la negativa de los dueños a venderle, el señor Trump decidió cercar toda la propiedad de su vecino con árboles y una empalizada en madera pretendiendo que el atropellado corra con la mitad de los costos del encierro; así que aparte de aislarlo, el poderoso caballero pretende que su víctima aporte con la mitad de esa inversión.
En Colombia el señor gobernador del valle sigue usando su poder, dinero e influencias para que su familia siga escabulléndose de la obligación legal de cancelar 16 mil millones de pesos adeudados a Emcali, el señor Lourido ha utilizado todas las artimañas y argucias que su poderosos cargo y prestigio le permiten para burlar la ley.
Lamentablemente como estos 2 episodios enunciados, los abusos de autoridad a lo largo y ancho del planeta cunden ante los ojos de la opinión pública, con toda suerte de episodios en los que las minorías en el poder aplastan los derechos de millones terminando por generar repulsa y violencia.
No es sino repasar los acontecimientos de Oriente Medio, que lentamente se han ido desplazando a Europa en donde miles de jóvenes se empiezan a despertar del letargo en el que han vivido y difunden sus primeros gritos y acciones de protesta, hasta ahora pacificas, todo con el fin de que políticos y banqueros pongan fin a su carnaval de abusos y violaciones.
Esto nos plantea el retorno a la eterna disputa de clases, que hasta ahora las leyes humanas no han podido equilibrar en su totalidad, pues los excesos de quienes ostentan el poder predominan en todas las ideologías gobiernos y latitudes.
La lección de estas declaraciones es que muy a pesar de los esfuerzos de estos hombres por ocultar sus excesos, se les debe denunciar abiertamente haber si el escarnio público los desestimula a nuevas provocaciones y violaciones.
La dicotomía de la vida o la metanoia que desde los evangelios se predica (y, de seguro, los clásicos antiguos):
ResponderEliminarQuien o quienes en la cúspide menosprecian al que para sobrevivir debe luchar por el día a día.
Las citas son tantas, pero bien puedo hacer una ajena a todos los textos.
Es el “Canto del Barbero Paria”:
“El ser de Bendición pasó por delante de mi casa.
¡Mi casa, la casa del Barbero!
Corrí tras él, se volvió y me esperó.
¡A mí, el Barbero!
Le dije: -¿puedo hablarte, oh Señor?
Y el dijo: -Sí.
¡Sí, a mí, al Barbero!
Y yo dije: -¿Puedo seguirte, Señor?
Y él dijo: -Sí.
¡Hasta yo, el Barbero!
Y yo dije: -¿Puedo quedarme, oh Señor, cerca de ti?
Y él dijo: -Puedes.
¡Hasta yo, el pobre Barbero!”.
No me digan que no es un complemento ideal de la diferenciación que, en pleno siglo XXI, aún se hace, como si parias fuéramos quienes tenemos que luchar por el pan diario.
@marinogiraldo
Otros Ejemplos; la Familia Dávila y su querida Valerie Dominguez con todos los favores recibidos con motivo de Agro Ingreso Seguro; los Santodomingo, Ardila Lule, Sarmiento, Gilinsky y todas sus trapizondas contra el Patrimonio Económico Nacional; los hermanos Castro en Cuba; la dinastía gobernante en Corea del Norte; Imelda viuda de Marcos en Filipinas y su excéntrica colección de zapatos....
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