jueves, 12 de diciembre de 2013

UNAS ELECCIONES SIN ALTERNATIVAS


Fotografía Registraduria de Colombia
Sin duda una decisión demasiado ardua que enfrentamos en la actualidad los ciudadanos que habitualmente concurrimos a las urnas, es la escogencia del próximo conductor para el país, que impulse una agenda económica con mayor contenido social, que no extermine el proceso de paz y que además aplique políticas de seguridad tendientes a controlar todas las nuevas formas de violencia y delincuencia que florecen en Colombia.

Como consecuencia de la extrema iniquidad el colombiano promedio enfrenta para sobrevivir el dilema de alternar la legalidad y la ilegalidad, impulsado por la deficiente justicia y la inmodificable hasta ahora extrema desigualdad.

Y como prueba de ello encontramos que en la implementación de políticas macro económicas no hay mayor diferencia entre las ejecuciones de Santos Y Uribe o sus sucesores escogidos; y para ello solo consideren estos ejemplos.

El precio de los combustibles está vinculado a la cotización internacional del petróleo que son simples excusas baladís que esconden la ineficacia administrativa de la empresa Ecopetrol y la protección de las exorbitantes utilidades de los conglomerados extranjeros que extraen el petróleo en el país, empresas que le venden a Ecopetrol nuestro petróleo con base a las cotizaciones del golfo de México y como si fuera trasladado desde ahí, además como si esto no fuese suficiente a otras compañías del sector minero, concretamente del carbón se les subsidia el ACPM que consumen, a pesar de que se ha reconocido que eluden impuestos y regalías.

El famoso programa de vivienda social gratis con espacios de solo 36 metros cuadrados son una afrenta a la dignidad, como consecuencia que el espacio mínimo necesario para tener un hábitat apropiado según los expertos en urbanismo es de 16 metros cuadrados por persona, teniendo en cuenta que la familia de clase popular tiene un mínimo de cuatro integrantes deberían ser 64 metros las medidas de las casas del programa bandera de Santos y Vargas Lleras, siendo que este diseño jamás alcanzará tales medidas, se puede concluir que solo es un programa demagógico que no ofrece soluciones ni estudia las consecuencias del hacinamiento de estas familias y su efecto en los problema de violencia intrafamiliar, deserción escolar, vinculación de  los jóvenes a pandillas y demás problemas de convivencia que nacen en los barrios que habitan estos grupos sociales.

Los compromisos pactados con el agro continúan siendo incumplidos en su mayoría gracias a la incapacidad gerencial de los mandos medios y a pesar de conocer lo sensible que resulta para la economía de la gran mayoría los fracasos de las políticas agrarias; acciones inaplicables, ejecuciones sin coordinación o decisiones cuya aplicación fracasa por la impericia y la desidia de cientos de burócratas que no entienden como el pequeño cultivador campesino sostiene y provee la alimentación barata en las grandes ciudades, y que sin ellos nuestra inflación volaría en 2 cifras.

Agreguemos a todo esto el oligopolio en la producción y distribución de pesticidas y abonos que impiden tener precios equilibrados en estos insumos y sumemos el contrabando de cereales y algunas verduras, el abandono en el soporte con técnicos agrícolas y en la mecanización con bajos costos o subsidiada para que el labrador pobre tecnifique y mejore su productividad.

En síntesis muchas promesas y pocas acciones, mientras los TLCS firmados nos invaden con productos agropecuarios foráneos que vienen con toda clase de ayudas y subsidios.

En cuanto a la política educativa es solo una suma de fracasos, desde la publicitada reforma a la educación universitaria que continua empantanada o el famoso programa de gratuidad escolar que acabo de pauperizar la enseñanza primaria y secundaria permitiendo consolidar el desmejoramiento en la calidad total de la educación de niños y adolescentes, como lo han comprobado los desastrosos resultados en las pruebas PISA que han ubicado al país entre los tres últimos en una medición entre 65 naciones del orbe, confirmando el analfabetismo conceptual con que emergen nuestros jóvenes bachilleres.

En general cuatro años mas de los mismo que en los dos cuatrienios pasados en los que gobernó Uribe; lo irritante de todo esto es la tranquilidad con la que los habitantes de Colombia asumimos estos hechos, dándoles una característica de normales y naturales a todos estos yerros en la conducción del país, dejándonos obnubilar con el mediano control territorial que obtuvo Álvaro Uribe en la confrontación con la guerrilla de las Farc, gestión que es vista por muchos como el gran logro que habilita a este ex presidente para regresar al solio presidencial así sea en cuerpo ajeno.

Además para enturbiar con mayor énfasis la capacidad de discernir si a través de una tercería podría producirse el relevo generacional y conceptual que requiere el país con el apoyo de los Verdes y los Progresistas de Petro, estas dos agrupaciones tienen la desfachatez de postular a compatriotas ajenos a la nación e hipócritas como Ingrid Betancourth  ex secuestrada que hasta cambio su nacionalidad para obtener el amparo político de un gobierno extranjero o el ex alcalde Enrique Peñalosa que tras recibir apoyos políticos impuros ha demostrado una total incoherencia conceptual e ideológica con los postulados de su colectividad; lo que simboliza sin lugar a dudas la decadencia que tenemos en cuanto a la existencia de líderes visibles, con carisma, rectitud, determinación, humanismo y dolor de patria.

Hasta la fecha la opción de muchos es el voto en blanco, veamos si esta tendencia prospera por el cansancio del colombiano con los deficientes gobernantes, rotulando por ello un hasta aquí y hasta ahora, procurando limpiar nuestras instituciones y obteniedo una renovación de conductores políticos y económicos que consoliden un futuro más esperanzador y equilibrado para todos.