miércoles, 30 de abril de 2014

FUNDAMENTOS IMPERIALES

Diseñador Jeroen van de Sande
Sin duda por estos días es frecuente escuchar el planteamiento que esboza el comportamiento imperialista o colonialista además de los excesos expansionistas a cargo de la Rusia de Putin.

¿Pero realmente que es el imperialismo?

Comienzo mi exposición con la sencilla definición que formula el diccionario de la academia y que reza: Actitud y doctrina de quienes propugnan o practican la extensión del dominio de un país sobre otro u otros por medio de la fuerza militar, económica o política.

Este término se acuño a partir de un proceso de origen europeo de carácter usurpador y de imposición colonialista aplicado al África, y casi toda Asia entre 1870 a 1914; en este proyecto expansionista se excluyó a América debido a la promulgación desde 1823 de la doctrina Monroe, presentada ante el congreso de ese país  el 2 de diciembre de ese año, por la que los Estados Unidos definió que el continente quedaba excluido de cualquier intervención externa so pena de una respuesta militar por parte de esa nación; pero que ciertamente se comenzó a aplicar desde 1880 y con el sesgo imperialista que otorgaba a este país el poder de invadir, dictaminar, desechar o cambiar gobiernos en América latina, si así lo consideraban recomendable.

Las naciones de Europa que se vincularon en esta aventura colonizadora eran Reino Unido, Francia, Alemania, Italia, Bélgica y Países Bajos. Además Japón y los Estados Unidos como representantes de otros continentes.

Quien ha documentado de manera docta este periodo histórico es el reputado investigador  británico Eric Hobsbawm  (1917-2012), quien en su libro “Age Of Extremes”, analizó tres períodos; desde 1789 a 1848; entre 1848-1875 y el último de 1875-1914; etapa denominada “Age Of Empire” siendo la que protagoniza esta reflexión.

El profesor Hobsbawm usando su ingeniosa agudeza, reseñó como en este periodo de la historia moderna se encuentra el mayor número de gobernantes autoproclamados como emperadores, o verdaderamente merecedores del enaltecedor adjetivo. Además él formula la tesis del imperio colonial, que se desarrolla y ejecuta dividiendo al mundo ajeno a Europa y al continente americano, en territorios que quedarán bajo el gobierno formal, o bajo el gobierno político informal de cualquiera de los países participantes en estas actividades imperialistas, y nombrados anteriormente.

El imperialismo está asociado hoy en día con el término globalización, y entre sus eruditos críticos, encontramos al profesor emérito en filosofía, historia y lingüística desde 1961 del Instituto Tecnológico de Massachusetts, el señor Noam Chomsky y al también profesor de la universidad de Columbia y premio nobel de economía el señor Joseph Stiglitz.

Chomsky es un acérrimo detractor de la firmeza norteamericana de intervenir en cualquier lugar del mundo bajo justificaciones que el mismo relata como reprobables, y que tienen un fundamento en la creencia por el establecimiento de esa nación, en los cuales asumen por definición que su sistema social y político es perfecto, y que todo lo que se realice por definición en interés de proteger los derechos humanos, solo se puede mejorar bajo la propia táctica esgrimida por este país.  En esa misma línea Chomsky describe que el presidente Thomas Jefferson expresaba que los Estados unidos tenían todo un hemisferio para sí, concepción bastante imperial aun para su época.

El célebre lingüista e historiador nos relata que entre 1939 y 1945 el departamento de estado y el consejo de relaciones exteriores, realizaron estudios sobre la configuración del mundo de la post-guerra, denominados War-Peace Program.  En estos estudios se planteó una programación imperial muy racional en donde se concibe una “Gran Área” que debe coordinarse y someterse a las necesidades de la economía de Estados Unidos.

Esta Gran Área comprendería el hemisferio occidental, el oriente lejano y las posesiones del antiguo imperio británico. Evidentemente esto dejaría a su archienemigo de esa época la URSS con solo la influencia de Europa del este.

El profesor y director del programa de doctorado en Desarrollo Ambiental y Sostenible de la universidad de Columbia, además premio nobel de economía Joseph Stiglitz, desde su campo es un actual contradictor del imperialismo, ahora rebautizado globalización. Él fue inicialmente un defensor de estas propuestas, pues las racionalizaba con la visión idealista que el intercambio de políticas, de tecnología, de capacitación y la aplicación de apoyos económicos a través del FMI* y del BM** permitirían avanzar hasta alcanzar la paridad  con el primer mundo, a muchas naciones subdesarrolladas. Su cambio de pensamiento es un efecto de sus propias vivencias frente a la vicepresidencia del banco Mundial en los 90s y de la observación cercana de las recomendaciones del Fondo Monetario, además de sus vínculos con gobiernos del África en los 70s los cuales han perdurado hasta ahora; lo que le permitió inferir y afirmar que por la inobservancia de las secuencias y los ritmos del ciclo económico en los países pobres, se mitiga la efectividad de los aportes positivos de la globalización. Además como la asimetría en la información de las personas, que es otra de sus tesis, produce imperfecciones en los mercados y provoca resultados contrarios a los deseados; esto determina como prestatarios y prestamistas obtienen y procesan datos diferentes, ocasionando una desorientación con mayor influjo en las decisiones de los organismos multilaterales de crédito, y contribuyendo a que los progresos financieros recaigan sobre porcentajes mínimos de población en estos países; ciudadanos estos generalmente pertenecientes a las élites gobernantes o económicas, en contraprestación con el menoscabo que sufren las grandes mayorías.

Error reconocido y recopilado estadísticamente, además de analizado por los gurús de los organismos financieros multilaterales y desestimado para no admitir las equivocaciones de trasladar conceptos globalizados de un país a otro, sin analizar particularmente cada sistema económico.

El termino imperialismo en la filosofía tiene una manifestación teórica desde la concepción del orden y el tipo del discurso, porque la práctica discursiva construye realidad, transformándose después en verdad que permite anteceder y acompañar acciones de política exterior. Y quien es una autoridad en proferir esta argumentación es el francés Michael Focault, por ello recurro a una máxima de su libro el orden del discurso para resaltarlo. “El discurso no es simplemente aquello que traduce las luchas o los sistemas de dominación, sino aquello por lo que, y por medio de lo cual se lucha, aquel poder del que quiere uno adueñarse”. Y añade el reconocido filósofo cómo este poder puede ser el de enunciar una verdad oculta, el de predecir el porvenir o el de ver lo que la sabiduría de los otros no puede percibir.

Este razonamiento de Focault determina una parte de ese hábito imperial racional que nos propone Chomsky, exponiendo con el manejo del discurso los elementos argumentativos para imponer la práctica colonial.

También se puede concluir que la globalización es una transformación del pensamiento imperialista con un tratamiento más afinado, pero en su esencia es el mismo colonialismo que define Habsbawm.  

Puedo establecer como este manejo del discurso con la ayuda de los medios periodísticos y su poderosa orientación ideológica han permitido implantar una línea de comportamiento que solo ha beneficiado a las pequeñas élites locales como lo certifica Stiglitz; lo que nos permite manifestar con mayor firmeza la premisa de Focault que en el orden del discurso reside la esencia del discernimiento y de la conciencia global, y es a través de este elemento que se promueve la afirmación ideológica transformando el pensamiento humano.

Finalmente toda esta aplicación del método discursivo adaptada a las actuales circunstancias en Europa representa la lucha por la hegemonía en Ucrania entre tres competidores Rusia, Estados Unidos y la Unión Europea. Para ello recurren al uso de todos los recursos ideológicos, mediáticos, económicos y militares al alcance; ejecutando cada uno con una inusual sapiencia, como en un buen partido de ajedrez geopolítico en donde cada jugador determina presiones y movidas a pequeña escala, procurando no exacerbar al contrario debido a que un error de cálculo podría conducir a Europa y a Rusia a una confrontación militar poco deseada.

La otra deducción que del análisis me permito extraer, es como los Estados Unidos hace 65 años pretendieron imponer sus intereses económicos en una mezcla con una filántropa intención de alentar una mejora en la calidad de vida de muchas personas en el mundo. Y esta premisa era parte natural de la supremacía que impone al planeta la superpotencia que se erigió en 1945, al ser la vencedora de la contienda mundial denominada segunda guerra. Lo execrable es el cruel giro que dio la inicial idea imperial, conduciendo al mundo a las actuales circunstancias de injusticia y desigualdad.     

sábado, 26 de abril de 2014

HURGANDO EN EL LABERINTO DE LA ENVIDIA




Homenaje a García Márquez en México
Fotografía web presidencia de Colombia
El reciente fallecimiento de Gabriel García Márquez, evidenció desde el interior del espíritu colombiano, varias facetas emocionales entre las que se incluyen los elogios, el dolor e inclusive la censura.


En un episodio prácticamente inédito, descubrí líbelos en los que se calificaba al escritor como terrorista, anti-colombiano, apátrida, peón de la izquierda, ingrato con su pueblo natal e incluso hubo alguien que le deseó el infierno junto a Fidel Castro. Así mismo encontré apologías a su inigualable creatividad, a su talento por haber lanzado el género del realismo mágico, a su aptitud universal para escribir y conquistar lectores en cualquier idioma; e inclusive hallé hasta los agradecimientos que le daba un periodista local, expatriado por culpa de la violencia doméstica, quien le rendía reconocimiento por haberle salvado la vida, por efecto que “Gabo” había creado de su bolsillo una fundación para acoger a los comunicadores amenazados y reubicarlos en el exterior. 


Con toda esta actividad registrada en los medios de comunicación, además de la que se destacó en las redes sociales, pude concluir que en nuestro país hay un mal que nos afecta profundamente, y el cual solo se señala de forma subrepticia en encuentros sociales y reuniones familiares  y es la conducta envidiosa del colombiano en general; hecho que plantearé a través de este escrito.   


La envidia es un concepto que tiene múltiples sentidos tanto desde lo filosófico como lo psicológico, ante ello procuraré reflexionar sobre sus vínculos y afectaciones.


El diccionario RAE la define como la tristeza o el pesar del bien ajeno, y de manera complementaria nos expresa que la envidia es la emulación o imitación de acciones o deseo de algo que no se posee


El filósofo canadiense Charles Taylor, al hablar de la envidia nos comunica que existen evaluaciones fuertes de la razón a las que les introducimos distinciones cualitativas para contener sentimientos, como el rencor o la envidia, de tal manera que calificamos nuestros deseos en categorías entre lo más elevado y lo más bajo. De esta clasificación resulta que los deseos poseen una evaluación débil si nos preocupa el resultado de la acción ejecutada o una evaluación fuerte si nos preocupamos de la cualidad de la motivación para ejecutar la acción.


Taylor concluye que las distinciones cualitativas  que corresponden a la evaluación fuerte están por fuera de teoría moral contemporánea, porque en este caso solo nos preocupan las características de nuestra motivación, más no las consecuencias del acto que dejan de interesar.


¿Puede un envidioso actuar motivado en sus propias limitaciones e impedimentos, sin valorar las consecuencias que sus acciones ocasionen?


Un ejemplo a la mano de esta definición del filósofo canadiense, resulta ser nuestro ex presidente viudo y necesitado del poder, quien obcecadamente ataca al actual inquilino del palacio de Nariño; basándose en sus motivaciones particulares de venganza en contra de la subversión, sin medir los resultados de la imprudente polarización en que ha llevado a la sociedad, que cada día se violenta con mayor ímpetu, alejándonos de cualquier posibilidad de paz, así se firme algún acuerdo en la Habana.


Voltaire desde el siglo XVIII nos entregó una reseña sobre el tema, afirmando con su postura que el envidioso es un miserable sin talento, celoso del mérito de los demás.


El filósofo holandés Baruch de Spinoza, en el siglo XVII dedicó desde las reflexiones éticas sus esfuerzos a conceptuarla. “Si imaginamos que alguien goza de alguna cosa que solo uno puede poseer, nos esforzaremos por conseguir que no posea esa cosa”  Vemos pues, como la naturaleza de los hombres esta ordinariamente dispuesta de tal modo que sienten conmiseración por aquellos a quienes les va mal, y envidian a quienes les va bien; concluye Spinoza en su deliberación sobre este asunto. 


Desde el campo de la psicología la estadounidense Shelley E Taylor, plantea diferentes tipos de envidia; la envidia-objeto y la envidia-estado.


El primer caso se ajusta a situaciones en las que se admira a alguien ante lo cual se denomina envidia ideal. Y en el segundo supuesto se envidia las cosas que la otra persona disfruta; al compararse con el otro individuo, se sienten las privaciones de lo que el otro posee y en este caso se percibe una ventaja comparativa en contra del envidioso, que él procura eliminar.



De otro lado y añadiendo otra significación desde este mismo campo humanista de la psicología; mi compañera del  taller de escritura creativa, la psicóloga psicoanalítica Aleyda Muñoz, me afirma que Sigmud Freud, estableció que desde los celos al campo empecinado de la envidia, no hay mucha diferencia, llegando a generar una persecución destructiva o acciones que arrebaten el objeto motivo de disputa o hasta usando el lenguaje corrosivo como la difamación; que Freud lo denominó “el narcisismo de las pequeñas diferencias” pues este subsiste entre pares como fanáticos de futbol rivales o compañeros universitarios.     



Estas definiciones y reflexiones nos conducen a establecer cuan envidiosos somos; y sin duda reflejan esa mal talante que involucra a muchos en el país, pues procuran hundir a quienes sobresalen.  No existe el espíritu de cuerpo para solidarizarnos y alegrarnos con los triunfos de otros.


Y ejemplos se surten por montones, como el científico Manuel Elkin Patarroyo, la maestra de ballet Gloria Castro, todos los políticos de centro y de la izquierda vituperados por los medios del establecimiento, la cantante barranquillera Shakira a quien critican por cantar en inglés y desarrollar su carrera en estados Unidos y de esta manera la lista crece de manera interminable.


 Con esto concluyo y establezco que con las reacciones a la muerte del nobel colombiano, se abre una puerta para reflexionar sobre el caso, y cuestionar el comportamiento de cada uno frente a este espinoso asunto.