martes, 1 de abril de 2014

BURÓCRATAS DOCTOS E INCONEXOS CON LA REALIDAD SOCIAL DE COLOMBIA



Posesión de María Fernanda campo en el 2010
Fotografía pag web presidencia de Colombia
Ante tanta incertidumbre y desasosiego producido por la inalterable situación de violencia que vive el país, además del cuestionable manejo económico y la inminencia de las elecciones; decidí evaluar el desempeño de tres de los muy educados miembros del sanedrín de Santos.

Para ello escogí a los representantes de las carteras de defensa, relaciones exteriores y educación.

Juan Carlos Pinzón economista de la universidad Javeriana se encuentra al frente del ministerio de defensa. Él es bachiller del colegio Patria, liceo destinado a educar los hijos de los mandos militares en Bogotá. También realizó una maestría en asuntos públicos e internacionales en la universidad de Princeton y otra de economía en la universidad Javeriana, además de asistir al programa de ciencias y tecnología de la universidad de Harvard.

Inobjetablemente el señor Pinzón posee un currículum vitae que prestigia su intelecto, en consecuencia considero inapropiadas sus intervenciones simplistas contrarias al desarrollo de los diálogos de paz en la Habana; también la falta de gobierno sobre sus subalternos, deficiencias comprobadas a través de los escándalos de corrupción en la contratación al interior de la fuerzas militares, o con el desarrollo de programas de interceptación de comunicaciones con aparente carácter inconsulto, realizados hasta contra altos dignatarios de la nación.
De igual manera por sus desacertadas opiniones en contra de las zonas de reserva campesina, o asimismo ante sus comentarios sobre las protestas y paros agrícolas realizados por el campesinado, avivados con los errores cometidos en la negociación de los tratados de libre comercio o debido a la ausencia de políticas para el sector.

Es razonable que siendo el vocero de los militares realice críticas a la insurgencia, como consecuencia de sus reiteradas prácticas violatorias del derecho internacional humanitario, en sus enfrentamientos contra las tropas; sin embargo resulta improcedente la generalidad establecida por Pinzón, al señalar como instrumentos de la guerrilla o auxiliadores de ella, a todo aquel que denuncie o proteste ante la inequidad desplegada por los miembros del establecimiento colombiano.

Este caballero prefiere privilegiar la explotación agrícola a gran escala de sus cofrades, en vez de apoyar la creación de minifundios a través de las zonas de reserva campesina, bajo las reglas emanadas del INCODER; permitiendo con ello a miles de labriegos obtener un sustento digno, y al estado desarrollar la presencia institucional en zonas de conflicto, limitando igualmente los espacios a los narcotraficantes, las bandas organizadas de delincuencia común y por supuesto a la insurgencia.   

Entiendo su dilema como economista que prefiere premiar al gran capital, pero no comprendo la actitud que asume frente a la solución de problemas al campesinado, resultándome incongruente con sus estudios en gestión pública y conflicto interno, pues resulta obvio que la legalidad de la tierra a través de minifundios debilita las bases de las hostilidades, acredita la titulación de predios, adiciona nuevas bases tributarias y fomenta el crédito bancario.

La señora María Fernanda Campo es la ministra de educación, estudió ingeniería industrial en la universidad de los Andes y luego cursó una maestría enfocada hacia las finanzas en la universidad Metodista de América.

Por consecuencia de sus estudios como ingeniera industrial con maestría en finanzas, resulta comprensible que tras su estadía en el ministerio promocione la minimización de gastos y costos, maximizando las utilidades de las instituciones a su cargo; pero resulta ininteligible que para optimizar tales resultados, pretenda tramitar desde hace tres años una reforma estructural a la educación superior, provista de innovaciones entre las que se destacan, cambiar el concepto del derecho fundamental a educarse por el del  servicio a educarse, prestado a través del estado y los particulares.     

Este intento de controvertir el derecho fundamental inalienable a educarse para todos en los niveles superiores, transformándolo en un rentable negocio para los particulares, sintetiza el interés de limitar cada día en mayor grado la posibilidad de los estratos populares a educarse, y dificultarlo considerablemente para los estratos medios.   

¿Por qué cómo justificar ese inusitado interés en redefinir la educación de derecho fundamental, a servicio prestado por los particulares y el estado?

O también como podemos interpretar el interés de asociar a los privados en las universidades públicas con inversiones formidables; hecho bastante osado, con propósitos manifiestos de retirar del control público a las instituciones de educación superior.

Sin duda, este propósito reformista de consolidarse le ocasionaría un gran éxito a la ministra entre la élite del país, pero sería un agravio para la gran mayoría; y ante ello los estudiantes, profesores y directivos de las entidades universitarias públicas, se han opuesto de manera tajante; por eso el fracaso de disponer en la actualidad esta inapropiada reforma.

Así que en síntesis a la señora Campo, no le  avanzó el programa bandera de su administración, como tampoco le funcionó el concurso de los estudiantes del país a las pruebas PISA en las que somos el hazme reír, y a pesar de ser señalada como muy exitosa por su jefe Juan Manuel.

María Ángela Holguín, ministra de relaciones exteriores es heredera de rancios abolengos granadinos, siendo la bisnieta del general Jorge Holguín Jaramillo, presidente encargados en 2 ocasiones del país en 1909 y 1921 y sindicado de haber participado en las leoninas negociaciones del tratado Urrutia Thomson que determinó la entrega de Panamá.

Ella es egresada de la facultad de ciencias políticas de la universidad de los Andes e igualmente cursó una especialización en la prestigiosa organización Centro de Estudios Estratégicos y Diplomáticos de París, además realizó una especialización en Gestión Pública e Instituciones en la universidad de los Andes.

Maria Ángela al igual que sus otros compañeros de gabinete exhibe un virtuoso palmarés profesional, por ello producen incredulidad sus razonamientos superficiales y las respuestas ligeras ante el litigio con Nicaragua; o sus desacertados comentarios sobre el porqué el gobierno desestimó las medidas cautelares otorgadas por el CIDH a Gustavo Petro.  


En esta última incursión en falso, desconoció que el capítulo primero de la constitución colombiana versa sobre nuestros derechos fundamentales, y que en el artículo 40 de dicha sección se encuentran definidas las disposiciones sobre los derechos políticos, como lo son elegir y ser elegido; principios que la ministra desconoce como derechos fundamentales.

Estas singulares cualidades de los tres reputados escuderos del actual gobierno generan un molesto tufo, ante sus acciones contrarias a las necesidades de la mayoría de compatriotas, bien sea por su escasa conciencia social, o porque al haber nacido en cunas de oro, los conflictos de los pobres no los entienden ni conduelen, como efecto de no haber padecido nunca penurias y en consecuencia es imposible que interioricen sus efectos; lo que me ocasiona un tremendo malestar, pues asumo que estamos muy mal gobernados.  

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