lunes, 27 de abril de 2015

LOS HABITUALES IMPASSES HUMANITARIOS


Como consecuencia del naufragio de un barco pesquero con cerca de trecientos inmigrantes en el Mediterráneo, los países europeos elevaron la situación reiterada de refugiados en riesgo a desastre humanitario, para de esta manera asumir con una menor precariedad logística el control a la navegación de estos barcos y el rescate oportuno de los que sufren desperfectos o zozobran.

Pero de igual manera asi como asistimos a esta penosa circunstancia, también advertimos periódicamente sin interesarnos el martirio y la ejecución de cristianos en los países mediterráneos de Asia y Africa o al desplazamiento de Kurdos en Turquía e Irak, o la persecución de homosexuales en todas las regiones en donde la prédica del Islam es mayoritaria, así mismo las hambrunas en el Sahel africano y los ininterrumpidos flujos de refugiados provenientes de los conflictos en Afganistán, Pakistán, Irak, Siria, Yemen, Libia, Centro América y Colombia.

El común denominador ante este conjunto de acontecimientos dolorosos e inhumanos es la escasa atención y la nula o mínima respuesta de la comunidad internacional; además de la desidia para enfrentar las raíces de estas hecatombes sociales por los lideres de los gobiernos involucrados.

Una parte del origen del problema en el Mediterráneo está en la incidencia de la intervención por parte de los servicios secretos europeos, israelitas y estadounidense en la llamada primavera árabe, cuyo error mayoritario se evidenció en Egipto con la salida de mubarak y el ascenso al poder de los hermanos musulmanes; corregido con un contragolpe auspiciado por los gobiernos que  hablan eliminado al régimen anterior. Esta serie de hechos desencadenó en la zona una inestabilidad política y un escalamiento de la violencia, generando  aumentos sostenidos  en el flujo de inmigrantes, quienes huyen en busca de la seguridad y de hallar un  trabajo digno y estable. A ello debemos anexar el influjo de las políticas colonialistas en el resto de Africa por los principales países europeos quienes han auspiciado regímenes autoritarios y expoliadores, los cuales  sepultan en la total miseria a grandes mayorías.
Todos estos acontecimientos reunidos han alentado a emigrar a miles, tras de un sueño de prosperidad en Europa.

En Centro América las políticas excluyentes en contra del campesinado y las complacientes actitudes ante el narcotráfico y sus bandas criminales (Maras) con sus violentos métodos, han sembrado el clima necesario para originar un éxodo para cientos de familias que ven en los Estados Unidos la tierra prometida. La verdad asistimos a un conflicto humanitario de proporciones escandalosas con refugiados  albergados de manera inhumana en la frontera sur de esta nación, principalmente menores de edad en estado de indefensión y alojados con la mayor precariedad.

En Colombia mi país de residencia, tras 55 años de guerra sucia e irregular, el flujo de desplazados creció año tras año hasta ajustar al menos 5 millones de personas. A pesar de las nuevas leyes de restitución de tierras legisladas y aprobadas por el actual gobierno, los esfuerzos se han visto menguados ante la falta de aplicar políticas de seguridad que permitan a los despojados regresar a sus parcelas sin amenazas contra su integridad.

Europa al igual que Estados Unidos, pueden disminuir intensamente  sus flujos de inmigrantes clandestinos en las naciones de origen, para ello se requiere de políticas audaces que permitan recuperar las precarias instituciones democráticas y estabilicen sus pequeñas economías, todo con el fin de eliminar el caos social en el que viven.

Sino continuaremos asistiendo al dantesco escenario de tragedias, hambrunas, matanzas y violaciones a los derechos humanos, acrecentadas o disminuidas por los medios de comunicación. Por ello en ocasiones reflexiono si a los países de Europa y Norte América,  realmente les interesa resolver con seriedad estos hechos o simplemente no les inquieta solucionar estas tragedias que atañen a ciudadanos de segunda categoría por no ser connacionales de estos ricos y organizados estados.

Con el próximo titular sensacionalistas descubriremos que tanto disminuyen categóricamente las simientes de estos sucesos.

martes, 14 de abril de 2015

CATÁSTROFE EN LA EUROZONA


El premio Nobel de economía Paul Krugman vaticinó hace al menos 10 años, como la Unión monetaria concebida para emitir una moneda única estaba condenada al fracaso, por la falta de una política económica y fiscal  estándar   además de obligatoria a todos los socios.
Ingenuamente en Bruselas, las autoridades comunes pensaron que bastaba con un pacto de ajuste fiscal progresivo para equilibrar el gasto y controlar la recaudación de impuestos, ejercicio con el cual todos los Estados a futuro quedarían en igualdad de condiciones.
A partir del 2009 este acuerdo que venia aplicándose sin estricto acatamiento, coincidió con una inestabilidad bancaria  proveniente de la mayor crisis hipotecaria mundial jamás registrada. Esta erosionó al sistema financiero internacional generando una iliquidez de tal magnitud,  que  motivó el encarecimiento del crédito y dejó desprotegidas las tesorerías de  quienes  no estaban cumpliendo cabalmente con el ajuste pactado. 
Los dos fenómeno arrastraron a la comunidad a una recesión de la cual aún no se recupera por completo a pesar de los  ajustes draconianos realizados, terminando con el estado de bienestar europeo en varios países.
Ahora con el advenimiento al poder de Alexis Tsipras y su grupo político de izquierda en Grecia, nación con la mayor afectación por la pauperización de su sociedad, se baraja la salida de este país de la Unión Europea. Asunto motivado porque este líder plantea suavizar las medidas económicas  que pesan sobre sus connacionales, implicando quebrantar los acuerdos anteriormente pactados con los prestamistas.De esta manera a la luz de estos acontecimientos las cábalas de Krugman parecen ser reales.
El asunto radica en una clara posibilidad de excluir a Grecia procurando evitar una corrida bancaria sin de por medio quebrar al sistema financiero europeo. Pero los expertos quienes valoran estos modelos parecen desestimar un segundo impacto que vendría con la exclusión del país heleno y es el emocional.  Este sentir podría desencadenar un efecto de domino como consecuencia del temor de los inversionistas a nuevos problemas en otros  países miembros, motivo para encarecer a niveles escandalosos el dinero, así mismo ocasionaría un resultado político entre los ciudadanos de varias de estas naciones quienes acogerían por desconfianza a partidos políticos nacionalistas o populistas contrarios a la integración. Y el año entrante es de elecciones en muchos estados de la euro zona. 
De ahí al abandono del euro y al inició de impresión monetaria propia solo hay un mero movimiento, el cual facilitaría encontrar soluciones simplistas a los problemas de déficit. Aun así no dejaré de resaltar cómo estas decisiones económicas elementales e ingenuas tienen inmensos efectos nocivos sobre la inflación y el empleo.
Este escenario recrearía el final de la Unión y reviviría rencillas fronterizas, como así mismo provocaría la desmembración de estados. En síntesis este singular además de bello modelo de integración desaparecería por el escaso olfato político y la ausencia de estadistas entre la actual dirigencia europea.
Ojalá los políticos asentados en Bruselas valoren con ecuanimidad el riesgo proyectado por los acontecimientos  e igual asuman su responsabilidad histórica para mantener a la moneda única y  la Unión europea solida o vendrán vientos de guerra sobre este continente.

domingo, 5 de abril de 2015

DESVIRTUANDO ESTEREOTIPOS

Los acontecimientos económicos que predominan en Europa desde el 2009 han permitido instituir estereotipos sobre el comportamiento de los europeos mediterráneos y los del centro y norte de Europa.

De esa manera se estableció una imagen deshonrosa sobre los europeos del sur, a quienes se sindicó de holgazanes, fiesteros y despilfarradores en antagonismo a los ciudadanos del centro y del norte calificados como austeros, disciplinados y sobrios.


Pero como la naturaleza humana resulta impredecible y nuestros comportamientos no obedecen a esquemas irrefutables, con el siniestro ocurrido en los Alpes quedó al descubierto como toda esta alharaca del hombre estricto, cumplidor de normas además de adusto, no es mas que un molde el cual empieza a presentar fisuras y Andreas Lubitz al igual que el perpetrador de Oslo, Anders Behring Breivik son un buen ejemplo de ello.


El estatista hombre europeo riguroso y obediente hasta el extremo de la rigidez alemana, parece ya no ser tan real sino prefabricado.  Y ahora emerge un ciudadano que bajo tantas imposiciones se angustia, se deprime y produce acontecimientos terroristas en contra de sus propios connacionales.


Es como si se agotó el efecto narcótico producido después de la derrota y división en dos estados,   el cual permitió a la sociedad alemana trabajar bajo parámetros de disciplina y excesivo estoicismo, para alcanzar después de la reunificación el mejor nivel económico de la eurozona. Pero al mismo tiempo este esquema se fue convirtiendo  en una camisa de fuerza que en esta época ahoga a algunos individuos y aparece  con una furiosa protesta, como en el caso del joven aviador.


Conocemos de otras historias de pilotos suicidas provenientes de sociedades mas caóticas, pero nunca se habla evidenciado por un ciudadano de una nación industrializada del primer mundo, y menos de un país en donde el orden y el respeto resuelve casi todo.


Todo ello invita a reflexionar si el comportamiento estatista germano y norte europeo es impuesto y construido como imagen de estas sociedades y por ello ahora se resquebraja. Asi de esa manera evidenciando como estos ciudadanos requieren de un poco del carácter relajado y fiestero de sus hermanos del sur. Creo que al menos vale como teoría para ser analizada.