EL FMI Y LA PIFIA DE DSK

FONDO MONETARIO INTERNACIONAL

El novelón de la semana que transcurre viene ambientado por cuenta del ardiente director Francés del fondo Monetario Internacional, Dominique Strauss Kahn, todos los diarios del mundo han hecho aunque sea una mínima reseña a esta estrella eclipsada por su aparente error de juicio, que lo ha llevado de su cómoda suite del hotel Sofitel en Nueva York a una celda en la cárcel de Rikers Island.

Pero el problema real de fondo es la concentración de poder y de decisión que recae sobre este poderoso banquero, quien se aprestaba a reunirse el lunes pasado con la canciller Alemana, para discutir los métodos y modelos económicos a seguir para continuar apuntalando la maltrecha economía griega y mirar el asunto de otras estados más; expresado de otra manera 11 millones de Griegos, 10 millones de Portugueses y 4.5 millones de Irlandeses afectados por los desaciertos administrativos de sus líderes, quedaron a la espera de una nueva solución gracias a la perdida de cabeza de Strauss Kahn.

Como puede ser posible que la suerte y seguridad social de tanta gente esté sujeta aparentemente al raciocinio de un solo hombre, tanto que la sorpresa que causó su extravío permitió que solo hasta anoche (miércoles 18) hubiese una carta de dimisión por parte del señor director. Los ministros de finanzas Europeos y el secretario del tesoro de Estados Unidos Timothy Geithner a duras penas tímidamente habían expresado la necesidad de sustituir al hábil banquero y experimentado negociador.

La ironía del asunto corre por cuenta de que en las manos de un hombre afectado con inmadurez sexual estaba el organismo económico más poderoso del planeta, ¿sería un pequeño descuido en la evaluación del perfil psicológico? O las poderosas fuerzas de la geopolítica Europea habían podido camuflar las debilidades del político Francés, o en un escenario más escalofriante a nadie le importo el comportamiento extremadamente machista y discriminatorio con las mujeres del señor Strauss Kahn, pues corren rumores de su tormentoso pasado.

Quedará la moraleja para los políticos más poderosos del planeta que un traspié o un error de juicio los puede llevar al final de sus exitosas carreras y para nosotros los mortales normales a reflexionar de cómo el mundo está en manos de hombres y mujeres inestables, que nos venden sus imágenes de estadistas y de ciudadanos del mundo, pero que en verdad son como cualquier hijo de vecino con errores y aciertos en sus juicios y no infalibles como ellos nos quieren hacer creer.