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CARPETAS DE DESCARGAS |
Diseñador
La Semana pasada mientras escribía sobre la ley Lleras, me imagine como seguramente muchas otras personas en el país, que todo el asunto era un problema de carácter local por la necesidad de complacer a Washington y sus políticas de derecho de propiedad intelectual, tan obviamente vulneradas en los países pobres; además estaba la vehemente influencia Española, pues uno de los proveedores de Internet de mayor penetración en Colombia es la compañía Telefónica, cuya casa matriz está en la península Ibérica, país en el que se acaba de aprobar otra polémica ley de control al acceso y contenidos de la red; ley denominada Simde como reconocimiento a la ministra impulsora. Hasta ese momento el modelo estaba claro, pero en la medida que las circunstancias se fueron desarrollando a través de foros y escritos en periódicos y blogs, empecé a conocer enlaces y a leer noticias de otras regiones del mundo, en las que de manera casual por estos días se debatían por los gobiernos leyes con contenidos de control muy parecidas a la propuesta Colombiana; y recurriendo a subterfugios como el caso de Nueva Zelanda en donde estas leyes fueron anexadas a la ley de emergencia por el sismo en Christchurch o en España que se anexo a una ley de economía sostenida.
En el Reino Unido se está llevando en este momento una revisión a la ley de Economía Digital, en la que el nuevo ingrediente es el bloqueo a páginas y contenidos dependiendo de las ISP y los titulares de derecho de autor, práctica que la ley Lleras desea imponer en Colombia, pero que es tendenciosa a realizar errores como lo describe el señor Richard Clayton investigador de seguridad de la universidad de Cambridge; o como lo plantea el grupo Británico de activistas Open Right Group, abre una puerta a una práctica de políticas de censura inexplicables.
A todas estas confusas historias que se están desarrollando al mismo tiempo debo agregar una noticia publicada en el portal de la revista Atlantic, en la que se hace la reseña de un experimento organizado en Nueva Zelanda, en el que tres grupos de investigadores en ingeniería social desarrollaron “Robots Sociales” que son falsas identidades que pueden imitar la conversación humana en twitter; todo esto para probar si es posible infiltrar las redes sociales e influir en ellas a gran escala, como en el caso de las manifestaciones del Medio Oriente.
Al reunir estas aparentes noticias inconexas se establece la duda, si todo este afán de aprobar leyes de regulación de contenidos alrededor del mundo, unidos a estos proyectos de intervención e influencia en la psiquis colectiva a gran escala, no son más que el afán de los políticos de mantener muchas de sus decisiones y obras capciosas bajo el esquema del desconocimiento y la ignorancia para sus gobernados en general. Wikileaks ha dejado un legado a los políticos de cómo sus males procederes pueden fácilmente salir a la luz pública, además de plantear un nuevo estilo periodístico sin fronteras ni grandes secretos.
¿Estamos concurriendo a un esfuerzo mancomunado por ponerle fin a la libertad de comunicación y neutralidad de la Internet? O son meras casualidades de este mundo Globalizado los sucesos que he mencionado.
Con certeza en unos pocos meses tendremos la respuesta clara; ojala podamos continuar disfrutando de la plena libertad y comunicación global.
Toca hacer una pregunta: los que redactaron la Ley Lleras, ¿son lo suficientemente expertos en Internet y Redes Sociales para darse cuenta en lo que se están metiendo?
ResponderEliminarQueda demostrado en esta entrada de Carlos Armando que la cuestión de la #leyLLeras no se puede entender sino como parte de una tendencia global, internacional, orientada a suprimir la llamada "neutralidad de Internet", a establecer procedimientos expeditos de censura en las redes, y a favorecer a grandes empresas transnacionales de producción de contenidos digitales ( cine, video, música, software, entre otras). Todo lo cual se ha ido amarrando a tratados de libre comercio y acuerdos de esa naturaleza, para garantizar una actuación homogénea de los Estados y gobiernos en todo el orbe.
ResponderEliminarSurgen múltiples interrogantes, entre ellos si los derechos de los ciudadanos e internautas a una comunicación libre e intercambio de contenidos en la red, y a la participación en el debate político democrático, se están desconociendo en este tipo de embestidas legislativas y penales.
Nos toca a los miembros de la comunidad de internautas colombianos, tuiteros, facebuqueros, blogueros y demás, reconocernos como sujetos políticos con derechos que debemos defender a una libre comunicación digital y a la neutralidad de internet, y empezar a obrar en consecuencia.
El aporte del blog Pulso de Opinión y de su autor en este sentido, ya empieza a ser notable.
Juan Carlos Acebedo
Me apropio del comentario de Juan Carlos Acevedo: "Nos toca a los miembros de la comunidad de internautas colombianos (...) reconocernos como sujetos políticos con derechos que debemos defender a una libre comunicación digital y a la neutralidad de internet, y empezar a obrar en consecuencia".
ResponderEliminarEsa ha sido y es mi idea en twitter, aunada a la de ser pro minoría.
Bien @albinoni6 en recordarnos los peligros que acechan la libertad virtual.
Libertad virtual un derecho de todos.