JUAN MANUEL SANTOS SU CITA CON LA HISTORIA Y LA POSTERIDAD

Hoy es viernes 6 de agosto, muy a propósito he esperado para transcribir estos pensamientos e ideas sobre lo que se puede esperar en apariencia del gobierno que mañana se ha de posesionar.

Los desafíos son inmensos, las expectativas ni hablar, aun así con la excepción del ministro de desarrollo quien a mi parecer esta menos rankeado que sus colegas economistas de las carteras de minas, hacienda, agricultura y la dirección nacional de planeación. Todos los escogidos para ocupar un sitio en las altas instancias estatales han sido elegidos con manos de cirujano cardiovascular maestro.

 Estos próximos 4 años van a estar enmarcados y direccionados por el importante crecimiento de las exportaciones del sector minero, la imprescindible tarea de recuperar los millones de hectáreas robadas a los campesinos, por culpa de nuestro desplazamiento originado en el conflicto interno, a quienes el gobierno quiere reorganizar devolviéndoles su tierra titulándolos y ofreciéndoles créditos, entrenamiento y tecnificación, para llevar al sector de alimentos a un altísimo nivel de competición y enfrentar con éxito los retos y desafíos que generarán los ya firmados TLCS, con Europa y Canadá.

A parte de estos 2 elementos nombrados algunas carteras enfrentarán gravísimos problemas heredados del gobierno que mañana termina como son: resolver el problema de la salud, encontrando verdaderas y sostenibles fuentes de financiación para que los afiliados al sistema subsidiado de salud tengan un servicio y atención adecuado conforme a los dictados que estableció la corte constitucional en su fallo C-463 del 14 de mayo de 2008.

También es de imperante solución el conflicto internacional que tiene al área de la frontera norte sumido en una aguda crisis económica y social, pues nuestro energúmeno vecino, se desquita con furia sin par, con los pobres Colombianos que por necesidad deben pasar la frontera a su país, sometiéndolos a humillaciones y decomisos de compras y pertenencias sin mediar explicación a parte de su muy publicitado cierre de compras en general a los industriales y agricultores de nuestra nación.

En el ministerio del medio Ambiente, existen complejos problemas, por un lado los permisos ambientales para 2 magnos proyectos como son el Puerto de Aguas Profundas de Bahía Málaga y la famosa carretera que nos unirá a Panamá, atravesando el famoso tapón del Darién, ambos asuntos que escandalizan y preocupan a los ambientalistas con razones verdaderas, pero que deben ser evaluadas con mucho sentido común. A este ministerio llega también el problema del agua, pues muchas ciudades de Colombia se están quedando sin fuentes de agua, como en el caso de Cali que a pesar de poseer el segundo rio tutelar del país como fuente de agua para potabilizar, enfrenta grandes dificultades por la tremenda contaminación.

En comunicaciones, queda la papa caliente de la famosa subasta del tercer canal privado y la licitación del satélite para comunicaciones declarado desierto en dos ocasiones ya, pero que nos coloca en esta materia en un atraso total frente al entorno Latino Americano, pues hasta la empobrecida Bolivia ya contrató la construcción con los chinos de su satélite.

Cerramos esta historia con la cartera de justicia, plaza que ocupa el ministro con los mejores pergaminos de todo el grupo de notables convocados para acompañar a Juan Manuel, Germán Vargas Lleras llega a tratar de acabar con el famoso choque de trenes o invasión de fueros entre las cortes y ayudar a escoger una terna seria, transparente y objetiva para nombrar al fiscal general y sacarnos de esta interinidad que por casi un año presenta esta importante dependencia judicial.

Como ven amables lectores los retos son arduos y las esperanzas de sus 9.1 millones de electores son inmensas, además de las expectativas de cuanto podrá y querrá cumplir para casi 4 millones que veíamos en la otra alternativa una mejor solución; así que señor Santos veremos como pasará usted al libro de la historia y su legado que permitirá germinar para la posteridad.