Nuevamente esta insensata lucha nos ubica al borde de la ingobernabilidad total, que pena con el recién nombrado gobernador Lourido, quien a pesar de toda su buena intención se puede ver envuelto hasta en problemas jurídicos, porque su designación parece tener vicios de ilegalidad, pero quien gana y quien pierde en este estúpida pelea engendrada en el abuso y la torpe mirada de un grupo de dirigentes de nuestra región, que favor tan lúgubre el que le hacen al Valle del Cauca, para que así continuemos hacia atrás. Al momento de escribir estas notas se ha producido un documento del consejo superior de la judicatura, aclarando que la destitución esta suspendida hasta que el magistrado ponente no resuelva un nuevo recurso presentado por los abogados del gobernador Abadía; no olvidemos que en el consejo de estado marcha otra demanda de nulidad simple que apenas comienza su tortuosa camino, que podría enviar al piso, todo el pobre argumento jurídico del principal culpable de este lio legal, nuestro procurador Nacional Alejandro Ordoñez quien ya nos viene acostumbrando a sus tropicales y bananeras interpretaciones de la ley, recordemos tres de sus fallos torpes y cuestionados.
El primero, declarar constitucional la aprobación en el congreso del referendo reeleccionista, para que Álvaro Uribe, hubiese sido candidato por tercera vez ; el segundo declarar inocentes al grupo del palacio presidencial que intervino en las negociaciones con Yidis Medina, quien a pesar de estar condenada por cohecho impropio, delito que requiere de cómplices dentro del estado para poderse establecer, aun a esta fecha estos no se han podido encontrar y el procurador con su inmensa imaginación jurídica no lo ha podido explicar; el tercero declarar prudente la licitación del tercer canal de televisión, a pesar de estar claro que para realizar una subasta deben existir al menos dos proponentes, parece ser que señor Ordoñez, a parte de mal abogado ni siquiera sabe hablar y entender el español, pues subasta significa venta pública al mejor postor.
A este grupo de elocuentes juristas se tuvo que anexar el hoy ex ministro de Interior y justicia Fabio Valencia Cossío que es prenda de garantía y de moral pero a medias, porque siempre actúa con eficiencia perversa para manipular y conseguir sus objetivos, recordemos como su hermano sigue siendo investigado porque aparte de haber sido director regional de fiscalías al parecer tenia negocios con los narcos de Medellín y al señor Fabio Valencia eso le parecía lo mas de normal.
Cerremos esta historia recordando que por estos días el departamento queda acéfalo de gobierno y poder, la contratación se detiene, los pagos y las obras se retrasan mucho más; pero a los dirigentes y gremios poco les importa, con tal de imponer su odiosa manera de seguir creyendo que el departamento y su gente son sus míseros lacayos de un gran latifundio feudal. Esperemos cuanto dinero finalmente nos costará a nosotros los contribuyentes esta pugna de egos y poder, porque jurídicamente Juan Carlos Abadía tiene mucho todavía por pelear y ganar
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