OPERACIÓN CÓNDOR |
Me llamó la atención el nombre de la organización y quise saber algo más sobre sus actividades desde el día de su fundación. Así que busqué más información en Internet y, para mi grato asombro, me encontré con una página Web en alemán. En el portal se lee: “Verein für Erinnerugskultur zu Krisen und Konflikten” (Asociación para la Cultura de la Memoria, Crisis y Conflictos). Seguidamente se informa que MEMOS es un foro para conservar la memoria histórica y cultural de quienes han sufrido la violencia bajo regímenes totalitarios en los distintos países, incluido Alemania, donde viven personas con una experiencia marcada por la persecución, la tortura y los conflictos armados. Se aclara, con absoluta razón, que estos testimonios no sólo forman parte de una biografía personal, sino que también son importantes documentos históricos, que deben ser registrados y archivados para la posteridad.
La misión de MEMOS es crear un archivo, muy parecido a los que se tiene sobre el holocausto del nazismo, con el fin de darlo a conocer a un público mayor a través de actividades concretas, como son las conferencias, exposiciones, lecturas y talleres, con la participación de personalidades del ámbito científico, literario, artístico y periodístico, sin otro afán que motivar un debate necesario, abierto y dinámico sobre la memoria histórica y cultural de los pueblos.
La asociación MEMOS, que actualmente redobla esfuerzos por establecer una red nacional e internacional que articule a personas y organizaciones comprometidas con la defensa de los Derechos Humanos, está compuesta por la antropóloga y documentalista Judith Albrecht, quien es la directora y promotora de este valioso proyecto; la antropóloga Anne Wermbter, experta en conflictos bélicos y desastres naturales; la politóloga y periodista Sabine Rietz, quien trabajó durante años con la situación de los inmigrantes y refugiados en Alemania. Se trata, sin lugar a dudas, de un grupo de activistas capaces de documentar los recuerdos y testimonios de las personas cuya dignidad fue vulnerada por los sistemas de poder.
La “Operación Cóndor”
DICTADORES SURAMERICANOS |
La “Operación Cóndor”, cuyo plan siniestro consistía en instrumentar apresamientos, asesinatos y desapariciones forzadas de decenas de miles de opositores políticos, fue posible debido a una red de dictaduras establecidas en el Cono Sur. El general Alfredo Stroessner llevaba ya una década en el poder en Paraguay -desde 1954- cuando los militares brasileños derrocaron al gobierno democrático y popular de João Goulart, en 1964.
En Bolivia, después de una serie de golpes de Estado, se instaló en el Palacio Quemado una Junta Militar al mando del general Hugo Banzer Suárez, que dejó un reguero de muertos y heridos desde agosto de 1971. Durante su gobierno se inició el boom del narcotráfico, que se prolongó hasta la década de los '80, y se perpetró el asesinato de tres militares cuya imagen y popularidad se convirtió en un peligro dentro de las Fuerzas Armadas: Andrés Selich, Joaquín Zenteno Anaya y Juan José Torres. Más todavía, la osadía de Banzer, en plena “Guerra Fría”, le impulsó a declarar: “Mientras en Europa se peleaba con la diplomacia, en Latinoamérica nosotros poníamos los muertos”.
REPRESIÓN EN CHILE |
El 24 de marzo de 1976, una Junta Militar, presidida por el general Jorge Rafael Videla, asaltó el poder en Argentina, país en el cual había comenzado a actuar la Alianza Anticomunista Argentina (Triple A) desde el 21 de noviembre de 1973, cuando Juan Domingo Perón todavía era presidente. La Triple A actuó, en una coordinación criminal, con la dictadura de Pinochet. Esto surgirá en las investigaciones sobre la “Operación Colombo”, un modelo de guerra sucia que actuó impunemente en 1975.
La DINA chilena y la SIDE argentina, a partir de 1976, fueron la vanguardia del “Plan Cóndor”. De ahí que durante el llamado “Proceso de Reorganización Nacional”, en Argentina, no sólo se torturaron y asesinaron a los prisioneros, sino que también se conoció casos de “tráfico de bebés”, que eran los hijos de las prisioneras que dieron a luz en las mazmorras de la dictadura y que, una vez arrancados de los brazos de sus madres y suprimida su identidad, fueron entregados en adopción a oficiales o personas afines a la dictadura militar. La mayoría de estos “hijos de desaparecidos” aún tienen un paradero desconocido, a pesar de los esfuerzos desplegados por las “Abuelas de Plaza de Mayo”, quienes durante años lucharon por identificarlos y devolverlos al seno de sus verdaderas familias.
A estas alturas de la historia, para nadie es desconocido que los “vuelos de la muerte”, que fueron también utilizados durante la Guerra de Independencia en Argelia (1954-1962) por las fuerzas francesas, se aplicaron impunemente en Argentina, a fin de que los cadáveres, y por lo tanto las pruebas, desaparecieran sin dejar rastro alguno. Según confesiones de Rodolfo Scilingo, ex oficial de marina, se sabe cómo se llevó a la muerte a personas con vida, lanzándolas desde un avión al Río de la Plata. No importaba mucho si los prisioneros estaban conscientes o sedados. Lo importante era deshacerse de ellos a como de lugar. En los “vuelos de la muerte” fueron eliminados alrededor de 2.000 detenidos políticos.
La “Operación Cóndor”, además de las torturas y asesinatos, se ocupó de la captura y entrega de personas consideradas “sediciosas” o “subversivas” por los distintos regímenes dictatoriales. Es decir, los aparatos de represión no sólo intercambiaron información por encima de las fronteras nacionales, sino que también intercambiaron prisioneros. No en vano un documento desclasificado de la CIA, con fecha 23 de junio de 1976, explica que ya “a principios de 1974, oficiales de seguridad de Argentina, Chile, Uruguay, Paraguay y Bolivia se reunieron en Buenos Aires para preparar acciones coordinadas en contra de blancos subversivos”. En el acta de clausura de la reunión Interamericana de Inteligencia Nacional, se apuntó, entre otros, “Iniciar contactos bilaterales o multilaterales, proporcionar antecedentes de personas y organizaciones conectadas con la subversión y establecer un directorio completo con los nombres y las direcciones de aquellas personas que trabajen en Inteligencia para solicitar directamente los antecedentes de personas y organizaciones conectadas directa o indirectamente con el Marxismo...”.
Para refrescar y renovar la memoria. Las dictaduras un fenómeno irrepetible. Pero aún así me deja pensando los indicadores sociales de una dictadura vs "república democrática" http://bit.ly/gW2WrS
ResponderEliminarApreciado Carlos:
ResponderEliminarArtículos como el que empiezas a publicar en tu blog del escritor boliviano Víctor Montoya, nos ayudan a cobrar mas conciencia de que formamos parte de un contexto geográfico, político e histórico latinoamericano; nuestro destino como país está unido de modo inseperable a los demás países del subcontinente.
Cuando recientemente visité Argentina, me llamó mucho la atención el lugar que allí se le concede al trabajo por la memoria de las víctimas de la dictadura militar; varias instalaciones militares y centros clandestinos de tortura se han convertido en museos para mantener viva en las nuevas generaciones la memoria de tanta inhumanidad y barbarie.
¿Te imaginas en unos años el Cantón Norte de Bogotá convertido en Museo o Casa de la Memoria de la tortura durante la retoma del Palacio de Justicia?
Por eso valoro mucho tu actitud de invitar a tu blog al escritor boliviano; en esos relatos vamos encontrando los hilos que nos acercan y nos unen.
Un abrazo para ambos.
Juan Carlos Acebedo
Carlos, yo siempre he querido que esas historias de terror que vivieron nuestros antepasados y nosotros mismos no se pierdan. Seria muy importante rescatarlas de alguna manera, por lo menos este medio de comunicación es un gran comienzo. Cada uno de nosotros lleva una historia que le narro un familiar o amigo de lo que vivieron por culpa de la violencia en Colombia. Estoy lista para comenzar a trabajar en lo que sea útil. Ustedes hablo Juan Carlos y tu, deberian encabezar la idea y, no es sino que digan para que sirvo y comienzo a trabajar. En el Clarin de Argentina encuentran enlaces de estas organizaciones que se dedicaron a recopilar toda la información para que esto no se pierda ni se manipule.
ResponderEliminarIrma Londoño Periodista en el Exilio @irmalon
Me pregunto, NO fue igual de terrible el silencio de los países que en ese entonces ya tenían Gobiernos Democráticos como Colombia y Venezuela (había mucha afinidad de ambos con el Ex-Dictador Panameño, Omar Torrijos).
ResponderEliminar