CIBERGUERRA UN ASOMO DE CIVILIDAD



MAHAMUD AHMADINEYAD VISITANDO

CENTRIFUGADORAS NUCLEARES

El New York Times en su edición del domingo 15 nos trae la historia de cómo en Dimona en el desierto de Negev, en donde Israel tiene sus secretas instalaciones de armas nucleares se ha estudiado sobre el terreno la eficacia de los virus informáticos para sabotear instalaciones enemigas, siendo el objetivo concreto el complejo de Natanz en Irán en donde se trata de enriquecer uranio para su arsenal.
El virus probado y aparentemente usado es el gusano llamado Stuxnet que puso fuera de servicio las centrifugadoras nucleares de Irán en gran parte.


Aunque la historia podría sonar para el argumento de una película de James Bond, pone de manifiesto que la tecnología puede sustituir en algunos casos la intervención militar directa, pues es mejor la participación de un virus informático que el bombardeo de una instalación por un escuadrón de F 18 o de B2 con sus peligrosos daños colaterales (muerte de civiles).


¿Será que nos estamos acercando a un nuevo campo de batalla más civilizado y que no generará víctimas humanas?


Y que pensaran las grandes empresas desarrolladoras y constructoras de armamentos con el desarrollo de esta innovadora estrategia. Si permitirán acaso todos estos mercaderes de la muerte, que grupos de ingeniosos ingenieros desarrollen más y mejores virus capaces de paralizar comunicaciones, plantas de producción eléctrica y demás instalaciones estratégicas de países en disputa. Que sea el tiempo y los sucesos que establezcan la última palabra.


La ciberguerra también es una definición para las protestas alrededor del mundo contra instituciones públicas y privadas, puestas muy de moda a raíz de los ataques a Wikileaks por parte de las entidades financieras y de Hosting.


Es tal la novedad de estos hechos que la semana pasada los grupos de activistas paralizaban las páginas del gobierno corrupto de Túnez ayudando a acelerar su final, acontecido en este fin de semana.


Pero como en todo no se puede celebrar tan de manera olímpica, ya el gobierno Español creo leyes para castigar penalmente a los perpetradores de los llamados ataques DDOS, que es simplemente poner de acuerdo a numerosos usuarios a acceder a una página web, que se bloquea por el exceso de tráfico.


En Colombia salvo por las noticias procedentes de los supercomputadores de los abatidos jefes guerrilleros Reyes y Jojoy, que han arrojado sorprendentes conocimientos sobre contactos y modus operandi económico y militar de la guerrilla, poco hemos oído de estos nuevos campos de batalla.


De todas maneras hay que celebrar el hecho que estas nuevas estrategias deberán traer a los conflictos humanos un poco de civilidad.