PLAYAS EN SAN BERNARDO DEL VIENTO |
Con el asesinato de los dos jóvenes biólogos en las playas de San Bernardo del Viento, se retomó el interés nacional por la escandalosa situación delincuencial del departamento de Córdoba, en donde bandas de Narco paramilitares han establecido un imperio de crimen y violencia en extremo demencial, ante la mirada impávida de las comunidades afectadas y sus autoridades civiles y militares. Claro lamentablemente al ser asesinados dos jóvenes hijos de familias prominentes de Bogotá, los medios desplegaron todo su interés informativo lo que saco del anonimato a 30 personas que habían sido asesinadas entre el 1 de enero al jueves 13 del mismo mes, obligando al gobierno central y demás autoridades nacionales a tomar cartas en el asunto y a transformarlo en objetivo de escala nacional.
La inflexión o giro de la historia, es que se aclararán muchos de los otros crímenes cometidos en la región y regresará algo de tranquilidad y seguridad a esa exuberante zona.
El segundo acontecimiento que ha devuelto a la discusión el tema de la violencia política verbal, es el asesinato de la niña de 9 años en Tucson Arizona. El pasado miércoles el presidente Norteamericano convirtió a la niña en el ejemplo de lo que la intolerancia y el odio político llegan a ocasionar y pidió a sus conciudadanos cerrar las puertas a estas prácticas y a recuperar el respeto por el discurso ajeno, a no juzgar mas los acontecimientos del pasado (discursos de Sarah Palin) y a regresar a los sentimientos de una sola nación a pesar de las diferencias ideológicas.
Qué gran discurso y que gran ejemplo para nuestro polarizado país, en donde cualquier comentario a favor de los derechos de los más desfavorecidos o de las minorías afectadas por el conflicto interno genera la calificación del disertador como terrorista o comunista o auxiliador de las Farc. Qué lamentable y execrable error que solo suscita más violencia y peligro para las personas señaladas.
Es necesario cambiar en Colombia el rumbo del discurso sectario e irresponsable, porque nos aleja mas y mas de la tan anhelada paz.
En la medida que la tolerancia y la controversia sana y reflexiva lleguen a todo nivel de nuestra sociedad, las escalofriantes estadísticas de muertes violentas realmente tenderán a disminuir sensiblemente.
Termino esta plática trayendo a colación las palabras del señor Arrieh Neier, exdirector ejecutivo de Human Rights Watch y presidente de Open Society, “Las sanciones penales no son el medio adecuado para controlar el fanatismo expresado por los políticos irresponsables como Sarah Palin, el único remedio es denunciar ante los medios a los gestores del odio y la intolerancia”
"En la medida que la tolerancia y la controversia sana y reflexiva lleguen a todo nivel de nuestra sociedad, las escalofriantes estadísticas de muertes violentas realmente tenderán a disminuir sensiblemente." Buen post, buena reflexión.
ResponderEliminar