MINISTRO DE AGRICULTURA |
Siempre que escribo un nuevo artículo, investigo y busco muchas fuentes técnicas y académicas con la sana intención de realizar la más equilibrada y justa opinión sobre los temas que analizo; y procuro que mis sesgos ideológicos, económicos, religiosos y sociales no nublen mi visión.
Siendo extremadamente honesto, sé que es imposible ser completamente imparcial, pero de ahí a transformarme en muñeco de ventrílocuo de personas y causas ajenas; tengo la absoluta convicción de que no.
Es muy lamentable como algunos autores que gozan de fama y de prestigio social por culpa de sus escritos realicen la supuesta labor de opinar con tal grado de sesgo, que más vale deberían de firmar sus columnas como relatores o informadores de acontecimientos o decires de los personajes sobre los cuales se atreven a escribir.
A raíz de esto alce mi voz contra el análisis simplista de una reconocida periodista Bogotana quien en una entrevista hablaba sobre los proyectos banderas de Santos y fui objeto de censura por parte de otra periodista de la capital quien consideró que mi disentimiento era superficial y carente de raciocinio por falta de lectura.
Lo que la señora en cuestión desconoce, es que el autor de estas líneas es un enamorado de la historia Universal y Colombiana; que vengo trabajando con temas relativos a violencia y desplazados desde enero del 2010, que tengo cercanías muy altas con destacados investigadores y que desde hace varios años sigo los estudios del CINEP por interés personal y empatía con sus directivas. Que el tema de la restitución de Tierras lo vengo siguiendo y analizando desde Julio pasado al punto que he leído y archivado toda la documentación que el ministerio de agricultura ha puesto a disposición del público incluyendo el articulado completo del proyecto de ley por el cual se establecen normas transicionales para la restitución de tierras; y por tanto me considero con la autoridad moral y educativa para al menos disentir con argumentos sobre algunas posiciones superficiales sobre el tema.
La mayoría de los analistas en este país se han limitado a repetir todos en coro, que Juan Manuel Santos no va a poder hacer aprobar este paquete de leyes por falta de voluntad política al ser miembro del grupo privilegiado que siempre ha ostentado el poder en Colombia o que en su defecto los congresistas pertenecientes a la unidad nacional, vinculados a los diferentes gremios y asociaciones agroindustriales del país sabotearan la aprobación de estas leyes.
Hay algunas razones para estos supuestos, pero aun no se ha terminado el trámite del proyecto en el congreso, y de las declaraciones de Santos a Patricia Lara se puede deducir que está más que interesado en su aprobación sin mayores cambios, por tanto predicar que todo va camino al desastre es un despropósito total.
Si Juan Manuel Santos, es el camaleón del que todos se quejan, no tendrá ningún inconveniente en volverlo a ser con tal de completar y ejecutar sus ideales políticos verdaderos, que nadie más que él conoce en su realidad, puesto que ninguno de nosotros podrá entrar en su mente y leer lo que concretamente este hombre desea para el país.
Tampoco podemos olvidar incluyendo a los encopetados analistas, que la presidencia de la república como cabeza de la rama ejecutiva es la que tiene el mayor poder en Colombia, pues con el manejo de las finanzas públicas puede apretar o suavizar el trámite de las leyes por el congreso del país, porque ningún congresista desea enemistades con el poder ejecutivo, so pena de perder burocracia y recibir el retardamiento de recursos y proyectos para su región, que finalmente se convertirán en dificultades para su reelección.
Termino deseando que Santos tenga todo el triunfo en la aprobación por parte del congreso de sus dos proyectos banderas y que las leyes que reglamentes su aplicación tengan la severidad para controlar la voracidad y corrupción de mandos medios y bajos de los ministerios de defensa, agricultura y de justicia e interior, quienes serán en ultimas con su eficiencia o ineficacia quienes tendrán en sus manos el fracaso o el éxito de la implementación de todas las normas, más la capacitación, financiación, legalización y seguridad de los miles de desplazados y víctimas de la violencia que podrán beneficiarse de estos decretos y que necesariamente al ejecutarse correctamente, contribuirán a disminuir los índices de violencia en las principales capitales del país, por la simple disminución de ciudadanos dedicados a sobrevivir en la indigencia absoluta.
OJALA A SANTOS LO DEJEN HACER TODO LO QUE HAY EN EL TEXTO
ResponderEliminarLo más importante es que el Bien General (REPÚBLICA DE COLOMBIA) prime sobre el Bien Particular, y si hay alguién que no esté de acuerdo con lo que se piensa, está bien, es su opinión y es tan respetable como la de uno.
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