sábado, 13 de noviembre de 2010

VALORACIÓN O MANIPULACIÓN EN LO POLÍTICO, EN LOS MERCADOS Y EN LA INFORMACIÓN PERIODÍSTICA; NUEVA POLÉMICA QUE CRECE EN COLOMBIA

MEGA OBRA AV COLOMBIA
Todos los días los medios noticiosos nos informan de alguna historia que de alguna manera afecta más a unos ciudadanos que a otros.

Comencemos el debate por el entorno más cercano. El hundimiento de la avenida Colombia, con sus defensores como el alcalde y la arquitecta Elly Burchardt diseñadora del proyecto y sus detractores el ingeniero civil Ramiro Varela y el arquitecto Benjamín Barney. Cada bando expone sus conceptos de lo beneficioso frente a lo perjudicial del asunto; y he aquí como comienza el juego de informar parcialmente y valorar según las conveniencias políticas y de egos personales, por encima del bienestar general.

Queda para el auditorio en general leer concienzudamente a las dos facciones en controversia, para poder asumir nuestra propia postura y no permitir que nuestras ideas sobre el progreso de la ciudad sean refutadas con argumentos triviales, como el de viejas estructuras del puente Ortiz enterradas hace por lo menos 70 años, que hoy en día no aportarán nada en lo absoluto al embellecimiento o utilidad en la movilidad y el esparcimiento de los caleños.

El presidente de la bolsa de Valores de Colombia, Pablo Córdova Garcés, ha defendido ante todos los medios que no existe una burbuja en las cotizaciones de la bolsa, en contravía a lo que los más respetables analistas económicos esgrimen; nuevamente toca leer muy sutilmente y asesorarse de especialistas y consejeros en el tema bursátil, porque aunque estoy de acuerdo en que el señor Córdova tiene que minimizar estos comentarios que le hacen daño al bienestar de la bolsa, lo debería hacer de manera menos pública y más dirigida a los verdaderos interesados (corredores y grandes fondos de inversión), no sea que su excesiva defensa genere más pánico y desconfianza entre los inversores en general.

Las chuzadas del DAS han extraído a la luz pública como empresas de fachada creadas por esta organización, pagaban a periodistas respetables para desinformar y difundír documentos e infundios (chivas periodísticas) sobre magistrados de la corte, políticos de la oposición y otros comunicadores opuestos al régimen, entre casi todos los medios escritos, radiados y televisivos del país, lo que ha demostrado a toda costa la falta de ética y de responsabilidad de los grandes medios y sus representantes más afamados que en virtud de la chiva y el protagonismo han quedado en ridículo pues fueron simplemente idiotas útiles del anterior gobierno.

De aquí lo importante de valorar y cuestionar toda la información hoy en día, para evitarse la tristeza de ser víctima de la manipulación y el engaño, buscando y leyendo muchas fuentes enfrentadas para así descubrir información no tan sesgada.

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