FRIVOLIDAD, DESHUMANIZACIÓN Y SILICONA; A CARTAGENA Y SU REINADO NINGÚN INFORTUNIO LA VA A DETENER



INVIERNO CARTAGENA
NOVIEMBRE 2010

 




Por esta época Cartagena esta de celebración y de gala con su certamen festivo y carnavalesco, fundado desde el año de 1934 y suspendido solamente en los años de la segunda guerra mundial.

Desde 1947 año tras año, este inicialmente culto al estilo, al refinamiento y al buen vestir, ha venido trasegando hacia la más banal e ilegitima de las conmemoraciones, al punto que ya no participan de esta fiesta las señoritas de los entornos altos de la sociedad, como nos tenían acostumbrados hasta hace unos 20 años atrás.

En este año de 2010, a pesar de los embates de la naturaleza por el clima desenfrenado, el evento privado sigue en su normal realización, sin sentir el impacto de la tragedia que circunda la ciudad que esta medio inundada, por lo que su alcaldesa suspendió varios de los eventos populares.

Pero el campeonato de la indiferencia y la frialdad se lo llevaron las fiestas de elección de la señorita Colombia del año de 1985, el 6 de noviembre, el M19 se tomó el Palacio de Justicia en Bogotá, con los nefastos y absurdos resultados que todos recordamos en la actualidad; y dos días después de la velada de coronación, la naturaleza nos sorprendió con la avalancha sobre Armero el día 13 de ese mes con cerca de 26.000 muertos. No ha habido un año de más ingrata recordación para muchas familias Colombianas, período que no afecto al reinado ni en el más mínimo detalle y para el que sus directivas no ofrecieron ningún evento o excusa ante la magnitud de la tragedia que se vivió.



REINADO 2010

 En los últimos quince años ha estado envuelto en infundios de participantes sometidas a todo tipo de cirugías reconstructivas, jurados comprados por el poder de las clases emergentes, manejos inoportunos de los dineros recaudados para solidaridad con los necesitados, nepotismo del presidente del concurso y otra suerte de escándalos; pero como en un anterior discurso analicé, Colombia es pasión y al igual que el fanatismo por el fútbol, este evento de lentejuelas, canutillos, laca y colorete genera la total anestesia del país por unos 5 o 6 días, olvidándonos por completo de corrupción, chuzadas, revaluación y todos los males que nos envuelven en el momento actual.

Para bien o para mal Cartagena y su reinado están otra vez allí y que viva la mascarada por otro año más.