martes, 22 de noviembre de 2011

EL PAÍS DEL SAGRADO CORAZÓN Y LA IMPROVISACIÓN

Alto de la Linea Colombia
Fotografiá Página del ministerio de TRANSPORTES
Aun estoy tratando de meditar en el adjetivo apropiado, para puntualizar mi opinión sobre los hechos acontecidos en las últimas semanas por cuenta de la temporada invernal.
El presidente lo advirtió, no en una, sino en muchas ocasiones, “la temporada invernal que se avecina será más rigurosa que el periodo anterior”.
De ahí surge el interrogante de porque seguimos asistiendo a la innumerable sucesión de hechos trágicos, con un buen número de pérdidas de vidas humanas e invaluables detrimentos económicos.
Episodios como el cierre por varias semanas de la carretera entre Ibagué y Armenia en el alto de la línea, el desprendimiento de un alud de tierra sobre la planta de potabilización de agua en Manizales, que dejo por 15 días a esa ciudad sin producción de agua tratada, la avalancha de lodo en esa misma urbe que dejo más de 40 fallecidos, el desprendimiento y ruptura del tubo conductor del gas natural, que dejo sin servicio energético  a los departamentos del Valle, Cauca, Risaralda y Caldas, con más de un millón de usuarios residenciales, además de muchísimas industrias y del parque automotor que se sirve de este combustible. Incidente último que no contaba con un plan alternativo eficiente de conducción del gas, a sabiendas que el tendido atraviesa zonas  geológicamente inestables, que se tornan más inseguras con el recrudecimiento de las lluvias, y que desde la instalación de la línea de transporte del gas estaban necesariamente plenamente identificadas.
Toda esta serie de eventos medianamente previsibles, muestran nuestro alto grado de mediocridad, falta de preparación y prudencia en el manejo de emergencias a futuro.
Y lanzan un segundo cuestionamiento implacable, de cómo vamos a manejar la producción y el transporte  de bienes industriales, agrícolas y ganaderos de cara a la entrada en vigor de los TLC, con Canadá, la Unión Europea y los Estados Unidos.
Estamos en pañales y a portas de comenzar a incumplirles a nuestros nuevos socios comerciales, por las fallas de nuestra endeble red vial y energética.
A todo esto agreguemos los interminables aplazamientos al dragado del canal de acceso al puerto de Buenaventura, primer puerto del país y a la modernización de la casi inexistente red férrea nacional.
Mi desconcierto es total, Álvaro Uribe aplico al TLC con USA y Canadá desde el 2006 ¿Qué sucedió con nuestra modernización vial y de puertos marítimos?
A todo este grupo de eventos, solo se les puede calificar con el máximo grado de falta de planificación y ejecución de políticas públicas y privadas, por lo que se concluye que nuestros líderes no tienen el arrojo y la determinación para actuar en beneficio del país y de sus propios intereses.
Perplejidad es la sensación que me queda como observador, lector y analista de los grandes esfuerzos realizados, para la aprobación de estos tratados comerciales y ante la evidencia de la falta de preparación estratégica, solo nos resta expresar que vamos hacia un futuro comercial muy incierto.
Señores gremios económicos  e industriales, tienen ustedes la palabra, pues evidentemente saldrán muy afectados por todo este despliegue de incapacidad en la preparación del país, ante la gran competitividad comercial que se nos viene por cuenta de la integración comercial.

1 comentario:

  1. Como en Colombia NO se planifica ni a largo, ni a medio ni a corto plazo, entonces la plata que no cuesta obtenerla, la volvemos fiesta....

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