FOBIAS NAVIDEÑAS

FOBIAS NAVIDEÑAS

Fotógrafo Alexz Bruda

Desde aquel lejano año de 1843, cuando Charles Dickens, con su pluma nos esbozó la vida  y actitudes del señor Ebenezer Scrooge, célebre hombre avaro y protagonista del Cuento de Navidad, quien representaba al clásico enemigo o fóbico personaje que detestaba el espíritu de la navidad, el compartir momentos entrañables con los amigos y la familia; hasta llegar al periodo actual, en el que las gentes afectadas por las fobias sociales llevan su angustia al pináculo en la temporada de navidad; poco se ha estudiado con diligencia sobre este trastorno de ansiedad, de los que temen sufrir situaciones humillantes en público o encontrarse en lugares en los que pueden ser juzgados y observados, haciéndose más evidente  por los innumerables eventos festivos con vecinos, familiares, compañeros de empresa, de universidad o cualquier otra índole de agasajos, que terminan por reflejar todo ese estrés del compromiso, del obsequio que le haga quedar bien, de la ropa que se debe lucir y del exceso de tiempo invertido en las compras de los presentes, en medio de las congestiones propias de esta temporada, y que sin duda son parte fundamental para incentivar las fobias de la navidad.

Pero además es la época de los balances, en donde la mayoría evaluamos, los logros, los fracasos, los estados sentimentales y las perdidas familiares por fallecimientos; forzando todo este cúmulo de sucesos a liberar en este tiempo, momentos de crisis y de angustia, que fomentan aun más el fastidio por las festividades decembrinas.

Adicionemos que en el citado periodo se nos hace casi obligatorio, las ingestas continuas de alcohol y de comidas recargadas que nos pueden enfermar o engordar, sin olvidarnos de los procesos de instalación de decorados y luces que también se convierten para algunos, en símbolos de competencia extravagante y vanagloria que solo conducen a mas depresión una vez terminadas las fiestas y crean más desasosiego.

Por todo esto se hace necesario no olvidar, que está en cada uno de nosotros actuar, para alivianar las intranquilidades que nos genera este periodo del año, aplicando que no es el regalo significativamente costoso el que hará a los amigos y familiares más felices, controlando los excesos en el comer y el beber y recordando que los decorados ostentosos no son los que le darán calidez y familiaridad a los espacios que ocupamos.

El verdadero espíritu de la navidad se construye a partir de la naturalidad y la originalidad de nuestros comportamientos, del afecto demostrado con honestidad y de participar con alegría en todos los eventos propios de las fechas con nuestros seres queridos y allegados.

Así es, que realmente se puede combatir toda la terrible angustia e inseguridad, que nos pueden traer las próximas fiestas de fin de año, y borrar de nuestros corazones las fobias a la navidad.