sábado, 1 de octubre de 2011

EL DESAFUERO NEOLIBERAL

Barra de Oro Símbolo del Capitalismo
Fotografiá Sebastian  Strobi
La Revista Semana, en circulación y su portal web, realizaron por estos días, una serie de escritos sobre la crisis del capitalismo, y si era probable su declive.
Muchos alarmistas y apocalípticos economistas, han querido justificar los inconvenientes desatados desde el 2008, como el fin del capitalismo. Pero como lo sostiene Tony Judt en su espectacular libro “Algo Va Mal”, son los excesos y la falta de regulación, los únicos responsables de la catastrófica situación.
Haciendo una fría evaluación de los sistemas económicos y políticos como el comunismo, el fascismo, el socialismo y el capitalismo; ninguna de estas estructuras es infalible en su máxima concepción e implementación perfecta.
El comunismo y su primo el fascismo, que son estructuras totalitarias, basadas en la rigidez  que elimina las fuerzas del mercado y la oposición o  el disentimiento político; con el paso del tiempo toleran la corrupción, el estancamiento y el desinterés en el esfuerzo productivo y comercial; su contraparte el capitalismo salvaje o neoliberalismo igualmente en su desaforada búsqueda de la maximización de las utilidades, con el mínimo control estatal y de regulaciones, exceden moralmente y éticamente el comportamiento del hombre conduciéndonos a crisis como la que actualmente enfrenta el mundo.
No hay que olvidar que los recursos naturales y la productividad no son infinitos; muchos célebres banqueros y presidentes de corporaciones supranacionales, parecen olvidar la fragilidad del género humano y del mismo planeta.
Y para recrear la inmoralidad y la extrema codicia, les traigo estos ejemplos publicados esta semana.
El Banco de América, primera  institución bancaria de los estados Unidos, informó con el mayor desparpajo que comenzaría a cobrar una comisión de 5 dólares mensuales a sus clientes por el uso de las tarjetas débito, todo esto motivado en la búsqueda de nuevas y fáciles fuentes de utilidades, como siempre la ciega soberbia, desborda a presidentes, gerentes y ejecutivos; pues la medida ha generado una ola de repudio de tal nivel que en las grandes cadenas televisivas y  redes sociales, el tema se ha debatido con inusual exasperación y con demostraciones como la destrucción en vivo de tarjetas débito de la institución bancaria.
El segundo ejemplo es todavía más elocuente y desaprensivo; cuenta el Wall Street Journal, que en 41 estados de la unión Americana, los bancos hipotecarios, a los deudores embargados a quienes han rematado sus casas, les están demandando nuevamente por los saldos no recuperados con los remates de las propiedades debido a la caída del mercado inmobiliario.
El término que en Español traduce juicios de definición, aplica que aparte de quedarse sin casa, le sigues debiendo dinero al banco, que intentara embargarte de por vida.
Son abusos llevados al límite por la desregulación bancaria, que alimentó las políticas económicas del célebre Milton Friedman, quien murió convencido que el mercado todo lo regula y controla; lástima que hace 5 años el célebre economista no nos acompaña en este mundo, pues hubiese sido muy interesante conocer su opinión, ante este debacle y prácticas exageradas de los mercados libres, carentes de legislación y control del estado.
En Colombia más de 100 mil familias perdieron sus viviendas en la crisis del Upac, que aumento los saldos de los intereses y de las deudas de capital a un ritmo que no alcanzaban los salarios para abonar a las deudas; de toda esta tragedia no hubo conclusiones, investigaciones ni culpables.
Los bancos simplemente embargaron y remataron las viviendas de miles, sin el menor dolor, aunque en algunos casos se pudo demostrar los excesos en el cobro de intereses sobre intereses y otros maltratos mayores, pero claro no hay congresista, ministro, codirector del banco de la república, superintendente bancario ni presidente del país, que tenga el valor civil y moral de enfrentar al sistema bancario y sus poderosos dueños y lobistas.
Al célebre cerebro de DMG, David Murcia se le persiguió y juzgo con máxima severidad, y a los señores que permitieron este desborde de los intereses y todas las sucias maniobras que afectaron a más colombianos que los afectados por DMG, nadie los criticó, denunció o condenó.
Pero Murcia, era un don nadie con ínfulas de empresario multinacional, los dueños de los bancos en Colombia, son parte del notariado que nos gobierna desde hace 200 años, he ahí la gran diferencia de a quien se le exigen responsabilidades y a quién no.
Hoy por hoy en el mundo, los empresarios del sector financiero son los más detestados, y si los estados no doblegan a estos tiranos; finalmente la sociedad hastiada tomará cartas en el asunto, como ya se vislumbra en USA, con las protesta ciudadanas desde hace 2 semanas en Wall Street, silenciadas por la prensa convenientemente.
Para reflexionar, la dinastía reinante en Francia nunca imagino que uno de los suyos terminaría en la guillotina, ¿Cómo y en que finalizaran los abusos de los dueños del dinero?

7 comentarios:

  1. Estimado amigo...cuando mas oscura es la noche..mas cerca esta la mañana. La evolución tiene millones de ejemplos, que nos enseñan que los seres vivos evolucionamos, y la evolución siempre tiene por antecedente una profunda crisis!!

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  2. Las Instituciones Financieras, en aras de ser las consentidas de los Gobiernos, son capaces de imponer a los pobres ahorradores los peores castigos por el solo hecho de depositar lo obtenido de su trabajo durante largos años....

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  3. Apreciado Carlos:

    Tu nuevo post tiene respira la indignación de un ciudadano que intenta develar los poderes que nos expolian- en este caso el capital financiero- , con vivos ejemplos tomados de la información internacional.

    El sector financiero se ha constituído en un poder extraordinario, que se apropia del trabajo, el ahorro y el esfuerzo de empresarios, empleados, ciudadanos del común, con tasas de interés de usura y maniobras de todo tipo. En Colombia, cuando el actual Ministro insinuó tímidamente que los bancos estaban cobrando en forma exagerada por los servicios financieros a los clientes, le callaron la boca a punta de reproches los propios implicados. Pocos se tomaron el trabajo de ahondar en la verdad de ese comentario. El capitalismo de nuestros días es, ante todo, el dominio del capital financiero sobre el conjunto de la sociedad.
    Así que me parecen buenas las noticias que traes en tu post sobre usuarios que protestan por los abusos de los banqueros; no queda otro camino que organizarnos como usuarios y , sobre todo, como ciudadanos, para que estos señores que viven del trabajo ajeno mientras realizan sus especulaciones y maniobras temerarias, no sigan haciendo de las suyas en las sombras y frente al silencio cómplice de todos.
    Juan Carlos Acebedo

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