Fotografiá portal Casa Blanca En el artículo publicado el pasado sábado 1 de octubre, planteé como ningún sistema político-económico, está exento de errores y de malas aplicaciones, debido a que al ponerse en ejecución siempre se estancan o se desbordan en sus manejos por poco prácticos o antiéticos.
Pero deliberadamente excluí el término socialismo de la disertación, por ser el origen de lo que hoy conocemos como la socialdemocracia; y que aun sigue siendo el coco para todos los seguidores del neoliberalismo económico, principalmente en estados Unidos, México, Honduras, Panamá, Colombia y Chile en nuestro continente.
La social democracia, nació en Europa a finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX, está definida como la humanización del capitalismo, tuvo su mayor auge después de la segunda guerra mundial, con la implementación del estado de bienestar en el viejo continente, gracias al apoyo estadounidense; hay que destacar que algunos estudiosos de las ciencias económicas y sociales no reconocen como evolución de la socialdemocracia, este estado de bienestar que transcurrió entre 1945 a 1973, hasta cuando la crisis del petróleo y el excesivo endeudamiento estatal, determinaron un replanteamiento, que hábilmente aprovecho Friedman para impulsar a través de sus más grandes discípulos y políticos influyentes en esa época la implementación del neoliberalismo; con Ronald Reagan y Margareth Thatcher, se desmontaron los controles y leyes que por muchas décadas habían enfocado y fortalecido el crecimiento económico y social ordenado.
De este lapso histórico antes de Reagan y después de este poderoso político, debemos considerar las lagunas que mostró el auge de la socialdemocracia, entre las que se destacan el excesivo proteccionismo por medio de subsidios y prebendas que distorsiono el crecimiento económico de los estados y mal acostumbro a sindicatos y al público en general a disfrutar de conquista (jubilaciones tempranas), que cuando ya los impuestos y aportes no pudieron subsanar, influenciaron un peligroso proceso de lastre fiscal a través del progresivo endeudamiento, que al unísono con la desregulación bancaria y de los mercados accionarios y de divisas impuesta por Friedman, obligaron a los ya endeudados estados a salir a amortizar y a refinanciar a los banqueros e inversionistas inescrupulosos, trayéndonos hasta este escenario en el que nos encontramos actualmente.
La clase media en Grecia la está pasando muy mal, el semanario Alemán Spiegel, ha venido realizando crónicas sobre la manera como el pueblo Helénico, le viene haciendo el quite a la mala situación, llegando a medidas desesperadas, como en barrios en donde los habitantes son comunidades mayormente de universitarios graduados, en los que ya hay gente rebuscando comida entre las sobras de sus vecinos o de la comida vencida que los supermercados eliminan; un panorama muy desgarrador el que ahí se describe.
En Colombia este modelo de bienestar no lo hemos conocido aun, de ahí que presentemos esas espantosas cifras de iniquidad, con un escandaloso y vergonzoso nivel de pobreza cercano al 38%, aunque recordemos que disminuyó, gracias a la nueva metodología impuesta por planeación nacional.
Ahora tenemos menos pobres, aun así a pesar de estas mentiras técnicas de nuestro gobierno, la realidad es que para salvaguardar nuestra sociedad debemos transformar nuestra floreciente economía, que solo favorece al 10% de la población a un modelo socialdemócrata, como son los postulados progresistas del grupo político que dirige Gustavo Petro; ya los esquemas planteados por Aurelio Suarez o los del congresista Jorge Robledo están en desuso, pues ellos se quedaron anclados en el socialismo de los países de Europa del este, de los años 50s y 60s; ideología caduca y en vía de extinción, como lo podemos observar en Cuba y en el mal llamado socialismo del siglo XXI, de Chávez que es intolerante, totalitario y regresivo y que solo sobrevive por los petrodólares.
En cuanto al grupo de Petro y su plataforma ideológica, habrá que proponer que le hagan ajustes, pues ellos aun confían en implantar un modelo socialdemócrata extremadamente protector, que como expuse colapsó y generó en parte esta recesión por la que atraviesa el mundo hoy en día.
Según el sociólogo ingles Anthony Giddens, los postulados actuales de la socialdemocracia residen, en la gobernanza de la economía mundial; la gestión ecológica global; la regulación del poder corporativo; el control de las guerras y el fomento de la democracia transnacional.
Termino con esta frase de Adam Smith, que les dejo para su respectivo razonamiento. “Sentir mucho por los demás y poco por nosotros mismos; reprimir nuestro egoísmo y practicar nuestras inclinaciones benevolentes, esto constituye la perfección de la naturaleza humana”.
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