LA INAUDITA CRECIENTE CRIMINALIDAD

INEPTITUD EN LAS POLÍTICAS DE SEGURIDAD CIUDADANA

Comandante General de la Policía en operativos en Cali

En muchas oportunidades procuro, que mis percepciones o mis sentimientos afecten mínimamente mi capacidad de disertar para no perder objetividad; pero hay momentos en que los temas se tienen que tratar a pesar de la influencia personal.

En Cali venimos hace meses en una ardua polémica con el alcalde y el comandante de la policía metropolitana, sobre el deterioro en nuestros índices de seguridad; los crímenes de Alto impacto social no disminuyen, el paseo millonario, el asalto a residencias, el atraco callejero y el fleteo parecen aumentar exponencialmente o se visualizan cada vez más, aumentando nuestra sensación de inseguridad.

En el sur de la ciudad existe un centro comercial en el que realizar operaciones bancarias para retirar dinero en efectivo, se ha convertido en una verdadera lotería o juego de la ruleta rusa, para no terminar en manos de las sofisticadas bandas de fleteros; para mis lectores extranjeros, los fleteros son atracadores motorizados, bien armados, que asociados con usuarios espías en el sistema bancario, marcan a sus víctimas para ser identificadas por los bandidos motorizados, y con mucha violencia arrebatan a sus víctimas los retiros en efectivo de las entidades bancarias.

De las entidades bancarias establecidas en este Mall, ubicado en la intersección de la calle 5 con avenida Roosevelt, he conocido 4 casos concretos en los últimos 12 meses, incluyendo a mi hermano, en los que el modo de operar es el mismo; a no más la víctima se apea de su vehículo para pagar cuentas o hacer compras, aparecen los ladrones desafiantes y amenazantes en extremo para hurtar el efectivo.

Si yo he conocido 4 casos, ¿porque las autoridades que deben manejar un reporte mayor de sucesos no han iniciado una campaña de inteligencia con señuelos para atrapar  a los delincuentes? la solución es elemental y con mucho sentido común.

De otro lado al establecer los famosos cuadrantes para repartir el pie de fuerza disponible, los resultados arrojan un fracaso absoluto; en el sector donde habito, es inaudito el aumento del robo de celulares, carteras y bolsos, sin contar con el hurto a viviendas como ocurrió con unos buenos amigos hace apenas 30 días.

Cuanto más tendremos que esperar; o solo hasta que haya una víctima de nivel social reconocido, actuará el estamento policial con verdadera dedicación.

Pero si en Cali Colombia nos sentimos desprotegidos; en México en la ciudad de Nuevo Laredo las historias son escandalosas. El asesinato con sevicia de periodistas y usuarios de redes sociales que han cometido el atrevimiento de hacer denuncias y señalamientos de los innumerables crímenes cometidos por los carteles de las drogas que están desbordados.

Ya hasta amnistía internacional se ha pronunciado por lo escabroso del tema, y las autoridades mexicanas guardando un silencio vergonzoso y sin esclarecer el significativo número de casos; muy oscuros días se prevén para la hermana república y su paciente pueblo, que inerme ve el sacrificio de muchas conciudadanos que buscan mantener los valores éticos y morales de esa sociedad.

Resulta difícil de aceptar que los aparatos policivos sean tan ineficientes y cándidos, para no poder establecer una línea de conductas delincuenciales tanto en Colombia como en México.

Solo nos resta seguir realizando la protesta pública y proclamar nuestros derechos a vivir con seguridad y en paz.