HAMBRUNAS EN NIGERIA |
El 12 de julio de 1968 la revista Life, publicó en su portada las imágenes iniciales de un reportaje fotográfico dedicado a los niños de Biafra y a la terrible hambruna soportada allí, que costó la vida a 2 millones de personas en ese tiempo, escasez generada por cuenta de una guerra civil; Biafra como nación en la actualidad no existe y su territorio es parte de Nigeria, estas imágenes impactantes permearon mi memoria hasta la época actual, yo era un niño de cinco años entonces, y son entre bambalinas el escenario que se recrea en la actualidad por la crisis de alimentos que se registra en las naciones del cuerno de África, Etiopía, Eritrea, Somalia, Sudan y Kenia.
Los estimados de Naciones Unidas hablan de once millones de personas enfrentándose a una penosa situación en la que la pobreza extrema, exponenciada por una intensa sequía han disminuido dramáticamente la oferta de alimentos y agua.
Pero desde aquellas lejanas fotos de 1968, África ha soportado estoicamente crisis alimentarias como las de las naciones del Sahel (límite del desierto del Sahara semiárido y semiseco) entre 1968 y 1973 o luego en Etiopía pasando el año de 1972, mas adelante en Somalia en 1992, y en Zaire en 1994, por lo que se deriva que es un ciclo de problemas políticos y económicos que parece no tener fin.
La pésima administración económica, la extrema corrupción, la ignorancia absoluta de la mayoría de las poblaciones afectadas, la explotación colonial a la que fueron sometidas sin misericordia y ahora la indiferencia de las potencias occidentales, salvo cuando las crisis son tan escandalosas y se proyectan en las primeras planas de revistas y diarios; son el caldo de cultivo de estas aberrantes e interminables fases de hambre; a esto añadamos que a pesar del esfuerzo de las organizaciones de la ONU y de las ONGS particulares, que palían el hambre, mientras no se elaboren y ejecuten planes de mejoramiento agrícola y se eduque un poco a estos habitantes, el mundo seguirá observando estas periódicas crisis.
Europa Mediterránea ve con preocupación las inmensas olas de inmigración Africana con las que se enfrenta y a las que combate casi inerme y que generan grandes apuros como en la isla de Lampedusa, pues a pesar de los esfuerzos militares, cientos de pateras o barcazas se lanzan al mar en busca del anhelado mundo de progreso y de bienestar que ansian miles de personas que proceden de todos estos países que encaran la crueldad de la pobreza extrema y las condiciones insalubres de vida; si los países de la Unión Europea dedicaran un poco de esfuerzo mejor a “enseñar a pescar y no regalarles el pescado” posiblemente las corrientes migratorias tenderían a disminuir, pues normalmente nadie quiere abandonar su terruño, si se hallan las condiciones de vida mínimas para sobrellevar la existencia con dignidad.
¿Será que a los educados y muy preparados ejecutivos de las ONU y de las organizaciones de ayuda de la Unión Europea no se las ha ocurrido transformar todos los planes de donaciones y ayudas humanitarias, en otros de educación, tecnificación, saneamiento ambiental y mejoramiento en general de las condiciones de vida, para ir superando estas cíclicas vicisitudes?
Ahora que apuradamente Berlín y muchas ONGS difunden imágenes y relatos; recogen dinero, agua y alimentos y los envían a las zonas afectadas me queda la indignante duda, de cuando nuevamente en el futuro inmediato estaremos observando a través de la televisión o la Internet, las mismas imágenes que capto la lente de la Nikon de Don McCullin en el verano de 1968 en Biafra.
Ojala en un día no muy lejano los esfuerzos solidarios se dirijan a recuperar mínimamente las apuestas económicas de estos países para así capear las épocas de hambrunas.
Para mi patria que se ve sometida a intensos problemas pero por culpa de las violentas lluvias, queda como amonestación que vivimos en una franja del planeta bendecida, y que la planificación y la contención anticipada reducirían a mínimos las pérdidas humanas y económicas.
Desafortunadamente, para las Grandes Potencias, África NO pasa de ser un continente condenado a la muerte y a la extinción....
ResponderEliminarUna verdad del Neoliberalismo: los ricos cada vez más ricos, los pobres cada vez más pobres. Evidentemente no es el único caso, pero si uno de los más extremos, Y mientras leemos y observamos muchas excentricidades de los millonarios gracias a sus negocios capitalistas, la barbarie del individualismo flota sin consideraciones. Razón suficiente para ellos, pero carente para los demás. Pero como culparlos si gracias a los procesos descentralizados los factores sociales han pasado a últimos planos. Sin democracia sin debate, sin nadie que haga algo... Porque para muchos el fin justifica los medios siempre y cuando los intereses propios no se vean afectados. No creo en la igualdad pero si en el respeto de nuestros derechos. Debate sumamente extenso y triste, una lastima no poseer soluciones ni acompañarlas con la Praxis. En Poder no es algo que se alcance con buenas intensiones. @JhonEngl
ResponderEliminar