jueves, 7 de julio de 2011

EL RENACIMIENTO DE LA DERECHA

LIBERTADES COHIBIDAS
Fotógrafo @sgarbe Vinicius Sgarbe

En algunas ocasiones deploro que un alto porcentaje de mis escritos versen sobre asuntos preocupantes y funestos; informo que no me produce gracia alguna el reiterativamente asumir estas tareas, pero guardar silencio no los hace desvanecer, quizás los acrecienta, razón que me obliga hoy a referirme a ese peligroso resurgimiento de agrupaciones respaldadas por ideologías de extrema derecha.

En un país como Colombia, mestizo hasta en sus más profundas raíces, hablar de supremacías de razas suena absurdo, a esto agreguemos un estado teocrático con argumentos religiosos retrógrados y una involución legal que persigue eliminar la constitución de 1991, para retornar a esa vetusta y obsoleta ultra conservadora constitución de 1886, que era mas anticuada que la constitución de Río Negro de 1863 y como desenlace nos encontramos con los argumentos de una nueva y perversa agrupación, que reseña por estos días el portal de la Silla Vacía, y que según esa nota periodística tiene pagina en Facebook con un poco más de 1300 seguidores, entre paréntesis surge un nuevo generador de violencia potencial en nuestra amado país; pero como si esto no fuera suficiente la revista Semana informo hace unos 15 días sobre las periódicas reuniones de un grupo de orientación Nazi en Bogotá, amantes del nacionalismo extremo y de una gran cantidad de ideas y tradiciones neoconservadoras.

Rematemos toda esta mezcla de contracultura ideológica y retorno a valores prescritos con las declaraciones del presidente Juan Manuel Santos, sobre una mano negra que se cierne sobre ciertos procesos democráticos y de justicia y paz, y tenemos las bases de un nuevo conflicto político para alimentar mas la hoguera del odio y la crueldad ¿Cómo es posible que en pleno siglo XXI se regeneren y sobrevivan tales planteamientos en Colombia, con toda la estela de muerte y guerra que nos precede?

Infortunadamente no es solo un problema Colombiano, en Centro América, en USA y en Europa, vienen de regreso los partidos de extrema derecha (Como el Tea Party de EE.UU.) y con carácter ultranacionalista y xenófobo; albergando muchos adeptos entre los inmensas masas de jóvenes desempleados y de educación deficiente, hasta las familias de la clase media afectadas con la cruenta situación económica, seducidos por estos expertos embaucadores que centran la culpa de la inmensa mayoría de los problemas en las masas de inmigrantes pobres o desplazados de la violencia en sus respectivos lugares de origen; en el caso europeo Africanos del norte y Asiáticos de Pakistán y los países Árabes, todos en su gran mayoría musulmanes.

Tan profundo ha calado su infausta teoría, que en la Unión europea el libre tránsito fronterizo instituido por el acuerdo de Schengen que regula los procedimientos de visados, los asilos y controles fronterizos está siendo reformado de manera unilateral por el gobierno de Dinamarca, gracias a una coalición de extrema derecha en su parlamento, ejemplo que puede extenderse a otros estados con formaciones parlamentarias parecidas como Francia, Holanda y Austria.

Los partidos de extrema derecha siempre se han caracterizado por sus dogmáticas ideas religiosas y morales que no admiten deliberación o disentimiento alguno, reniegan de la evolución social, del dinamismo técnico y del avance tecnológico, condenan todo lo que ellos consideran atentados contra la pureza y las buenas costumbres, con decálogos que incluyen el uso de la violencia.

De ahí lo importante de alertar para restringirles el paso pues se aprovechan de las facilidades que les ofrece la democracia, para luego cuando ya se instalan en el poder demolerla y destruirla con sus obstinados postulados y deberes; Colombia acaba de salir de un sombrío periodo en el que estas enseñanzas hacían carrera y sus resultados nos han decepcionado y desconcertados a muchos que distamos de las posturas radicales o de izquierda, por los excesos cometidos y la intolerancia expresada con sus actuaciones .

Solo nos resta rechazar todas estas premisas y apoyar las doctrinas que respetan las diferencias de credos y de comportamientos sociales, para disfrutar de una sociedad tolerante y justa.

3 comentarios:

  1. La paradoja del ser humano "homo sapiens" la constituye que sobrevivimos por la fortaleza interna-externa. Grosso modo, "existen muchas pruebas de que las sociedades primitivas peleaban continuamente" ( http://bit.ly/a1lDbe )
    Y muy a pesar de proyectarnos como sociedad y Estado, seguimos la pelea: Para darle altura, la llamamos guerra.
    En peor, por malquerencias personales -naderías de incapaces-, no exentos de la apropiación de una minoría de la riqueza natural o explotable de territorios.
    Y sin calificativos, subyugar por raza, religión, sexo, nacionalismos, etc., etc.
    Perogrullo: En pleno siglo XXI, no ha sido el ser humano "homo sapiens" establecer ese vínculo natural que impone el asentamiento en una partícula llamada Tierra.
    Puedo equivocarme, entiendo que, en parte, el budismo -como otra rarezas- predica esa compasión de la que todos brillamos por su carencia.
    No resulto coherente, pero parece ser nuestra natural condición.
    @marinogiraldo

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  2. Ejemplo, en Francia existe un líder de ultraderecha como Le Pen, quien ha disputado elecciones presidenciales obteniendo las segundas votaciones, y que bien, podría dar el salto el año entrante, gracias a la problemática de los socialistas con Dominique de Straus-Khan y el desprestigio de Nicolas Sarcozy. Otro ejemplo, el PAN en México, que durante los últimos once años, pese a sus drásticas medidas, no ha podido controlar el flagelo del narcotráfico.

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  3. Querido Carlos

    De izquierda, derecha, ultraderecha, ultraizquierda ... el problema en el mundo es que dejamos la el timón del barco en manos de otros, la democracia aplicada a la antigua genera una falla sistemática en un sistema social complejo y gigante en términos de concentraciones urbanas, este mundo seguirá siendo lo que nosotros decidamos y si dejamos que otros decidan será lo que ellos decidan.

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