lunes, 7 de junio de 2010

UNA APROXIMACION AL IGNORADO Y OLVIDADO SIGNIFICADO DEL BIEN COMUN

Desde lo que hace que tengo memoria, difícilmente puedo evocar algún momento en la historia del deporte Colombiano en el que la participación de equipos o conjuntos dígase fútbol, voleibol, básquetbol, hayan obtenido alguna vez una intervención deslumbrante; el ejemplo más descomunal es el balompié, poseemos jugadores talentosos en casi todas las ligas importantes del mundo; argentina, española, mexicana, inglesa e italiana mas sin embargo desde 1994 no hemos vuelto a competir en un mundial de fútbol; perniciosamente parece que es imposible para el colombiano promedio trabajar o participar en equipo, sacrificando la intervención personal por el objetivo del conjunto. Esta consigna inicial me ayuda a introducirme en el escabroso tema de que es el BIEN COMUN.

¿Estimado lector asiste usted a todas las citaciones de la junta de administración de su edificio o unidad residencial donde habita?

¿El día que se dirige tarde a su trabajo o universidad se pega del pito en el semáforo para tratar de hacer volar su vehículo por encima de los demás?

¿A usted le parece normal y un aval a la libre expresión pintar grafitis o consignas en los paraderos del masivo integral de occidente?

Realizar contravía en su vehículo es lo más común, sobre todo cuando va de afán.

¿No se incomoda cuando sus vecinos se quejan por lo ruidosa que puede ser su celebración de cumpleaños o aniversario?

¿Le parece lo más normal adelantar en una cola de cine, banco u otro espectáculo al encontrarse con un amigo que tiene mejor ubicación?

Señor lector estos son pequeños ejemplos del día a día de los habitantes de cualesquier ciudad de Colombia; a nosotros no nos han enseñado a respetar y entender el concepto del BIEN COMUN.

Pero estas situaciones se extrapolan al común general de nuestro vivir en sociedad al punto que cuando un candidato presidencial llama al respeto y la legalidad y a la gran mayoría del país; incluyendo a sus más representativos periodistas, esto les parece superficial, banal y sin fundamento político para una campaña presidencial. Por esto somos los campeones en la marrulla (malicia indígena) el atajo y la trampa.

No pagamos completos nuestros impuestos, damos primas o dadivas para realizar contratos o servicios con toda entidad estatal, buscamos recomendaciones especiales para ganar un cupo en la universidad o el puesto de trabajo en cualesquier organización, veneramos a todos los que sin mayor esfuerzo pasan de andar a pie a conducir un BMW en poco tiempo, nos parece normal que para hacer política hay que comprar votos y conciencias y hemos llegado al extremo de ver como normal el asesinato de compatriotas, ciudadanos del común y que los disfracen de terroristas para que asi algunos militares cumplan con una meta estatal.

Asistimos impávidos a la elección de un gobernante que a través de su historial como dirigente ha recurrido a todo tipo de subterfugios con tal de llegar a su objetivo final.

Pero a veces nos molestamos y tratamos desordenadamente de protestar cuando alguna violación del BIEN COMUN nos mete la mano directamente en el bolsillo y nos toca pagar; claramente me refiero al cobro de las mega obras hijas en su mayoría del deficiente diseño del MIO; 300 millones de dólares es su costo total cobrado a través del impuesto directo de valorización a todos los ciudadanos propietarios de bienes inmuebles en el área del municipio de Cali. Mas esto nos hace olvidar que pronto también tendremos que pagar 250 millones de dólares de los sobrecostos del MIO vía impuestos indirectos, pues la ley de metros prohíbe a la nación subvencionar los excesos presupuestales de obras de esta magnitud; si señores por no entender el elemental concepto del BIEN COMUN, prontamente al cacareado impuesto de valorización tendremos que anexar otros para así poder concluir las famosas obras del transporte masivo de la ciudad de Cali.

Y termino este articulo invitándolos a leer su factura de servicios públicos y vean como en Cali pagamos un 20% mas por el agua residual o servida que por el agua potable, por culpa de otro pecadillo contra el BIEN COMUN, los sobrecostos de la PTAR Cañaveralejo de los que nadie quiere dar cuenta, ni siquiera la nación que nos prometió financiarla en un 80% sin que a la fecha haya algún documento CONPES para legalizar el compromiso estatal.

Finalmente en síntesis a los Colombianos no nos interesa respetar ni interiorizar el concepto de BIEN COMUN, lo que nos hace ser mas primitivos como sociedad.

3 comentarios:

  1. .. Muy bien Calitos! empecemos a plantear soluciones!

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  2. ESTOY DISPUESTO A INICIAR EL EJERCICIO DE BUSCAR SOLUCIONES, PERO LOS LECTORES DEBEN CONTRIBUIR.
    A TODOS LOS QUE SE IDENTIFIQUEN Y DEJEN DIRECCION DE CORREO CON MUCHO GUSTO LES VOY A CONTESTAR

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  3. definitivamente el letargo y la ignorancia del pueblo colombiano frente alo que pasa con los recursos publicos y las actuaciones de sus dirigentes es bastante deprimente.
    gusstavo arango.
    ga_arquitect@hotmail.com

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