Hoy he decidido escribir sobre una materia muy sensible al interés general, siendo el derecho a la información un bien incuestionable de cualesquier sociedad actual, es por tanto terrible asistir sin comentar el papel vulgar que asumen algunos medios periodísticos del país con tal de proteger los intereses de los grupos económicos en los que se hayan inscritos, además de la insaciable ambición personal de sus directores, editores y jefes de noticias o de redacción. Como ejemplo sobresaliente de por si cito la manipulación de la información y la imparable capacidad de penetración que se tiene desde los niveles más pobres a los más poderosos de nuestra sociedad con la televisión; adentrándonos en el caso particular de los espacios informativos al servicio de la conocida casa periodística RCN TV, dirigidos y presentados por las famosas periodistas Clara Elvira Ospina, Vicky Dávila y Claudia Gurisatti, quienes generan en la población del país una terrible polarización y un cuestionable suministro de ignorancia en todo aquello que estas respetables damas asumen como contrario a su forma de pensar.
Para recrear la idea simplemente es recordar dos episodios noticiosos en el último mes. La destitución del gobernador del Valle, al que desde el primer momento a través de sus sagaces comentarios y versiones incompletas de los hechos, crucificaron sin mas ni mas al punto que para el pueblo sin instrucción este compatriota se convirtió en un temible delincuente. No es sino leer las replicas en internet en todos los portales noticiosos de la nación, en los que la gente cuestiona la moralidad de este señor sin tener el menor elemento y educación en juridicidad envalentonados en esa montaña de información televisiva alineada a favor del procurador general.
En segundo lugar los episodios de los famosos debates presidenciales de segunda vuelta en donde comunicadores que parecen al servicio del régimen se dedicaron a estudiar las debilidades de uno de los dos aspirantes presidenciales para con sevicia y extrema desfachatez ridiculizaran los planteamientos de este respetable señor.
Pero ellos y ellas creen que para todos sus televidentes es invisible su lamentable accionar y cada día mas nos llevan a desconfiar y a generar desinterés en su labor como periodistas importantes del país.
Cierro este episodio retomando algunos párrafos de los códigos de ética periodística profesional que al parecer hay que hacerles recordar a varios de los mas connotados comunicadores de la nación.
La autorregulación es un compromiso explicito con la opinión pública en cuanto a veracidad e imparcialidad.
La ética no es una condición ocasional sino que debe acompañar todos los días al periodista.
Debe existir el respeto y el servicio a la verdad.
Es necesario el reflejo de las distintas posiciones sobre un mismo tema.
Es vital el servicio a la justicia y la defensa de la libertad.
Por tanto queda para ustedes lectores de este blog con sus comentarios y apreciaciones ayudar a enderezar el camino equivocado que estos apreciables compatriotas nos quieren enseñar.
los periodistas deberian tener un juramento hipocratico que deberian respetar ya que tienen el deber de informar con veracidad y sin amaños
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