jueves, 15 de mayo de 2014

ASUNTOS SINGULARES



Primer ministro Ucraniano

Foto web del gobierno de Ucrania
La singularidad hace referencia al carácter extraordinario, único o raro de un acontecimiento, siendo un adjetivo impactante y concreto, que me ayudará a definir las historias a las que me quiero referir.

Otra notable particularidad que percibo de los acontecimientos provistos de singularidad es su capacidad de perturbar el entorno de vida de miles o de millones a través del tiempo; determinando consecuencias adversas por el efecto de un hecho puntual.  Ahora examinen como ejemplo la decisión de un grupo de ciudadanos del este de Ucrania, de independizarse de Kiev, proclamar dicha autonomía y procurar anexarse a Rusia; este es un patrón proclive a imitarse en otros lugares de Europa e inclusive de Estados Unidos. Y solo lean o busquen informes al respecto. Los estados de Arizona y Texas han deseado la posibilidad de separarse de la Unión americana, solo se necesita de algún populista seductor para volver a revitalizar ideas como estas entre las masas que habitan en esas regiones. O el estado Prusiano que subsiste en el imaginarios de miles de alemanes y de polacos a través de la amplia frontera de esos 2 países. Cuán difícil será evocar la marcialidad, el chauvinismo y el espíritu guerrero que ha caracterizado a estos habitantes europeos por cientos de años y que ahora solo yace adormitado por encontrase divididos entre dos países; subsisten iguales discrepancias en Cataluña y en Escocia.

Y es así con estas muestras como pretendo destacar porqué un suceso singular actúa sobre vastas zonas y el tiempo no lo afecta.

Entrando ya en la reseña encuentro un hecho impresionante, que si bien ha sido destacado por los medios, no despierta preocupaciones mayores en la gente.

Y el acontecimiento es nada menos que la comprobación por dos estudios diferentes de las extraordinarias modificaciones en cuatro glaciares ubicados en la Antártida occidental, que han reformado la hidrodinámica de los hielos en esa zona austral, afectando el clima futuro y los niveles del mar hasta en cuatro metros, en un periodo de tiempo estimado entre los 100 a 400 años. ¡Oh! pero es demasiado tiempo para preocuparnos, debido a que un ser humano actual no sobrepasa normalmente los 90 años.

Claro esa es una reflexión verdadera, pero estos cambios se están efectuando ya, y sus consecuencias en el clima y el nivel de las mareas subsisten desde ahora, creando dificultades para las ciudades costeras en tiempos de tormentas; obligando hacia el futuro a desplazar a miles o quizás millones de personas por culpa de las secuelas que producen las inundaciones cíclicas o las grandes marejadas destructoras de todo a su paso.

Estamos en presencia de eventos geo transformadores para los cuales el hombre no posee soluciones, ni aun siquiera moderando los efectos del cambio climático, pues las conclusiones de los estudios señalan que ya una vez iniciados estos cambios ellos no se detienen.

El siguiente tema implica asuntos económicos, políticos además de sociales, y es la ya avanzada desarticulación de Ucrania, que transcurre inexorablemente ante la impasibilidad de Bruselas, las estratagemas de Putin y el establecimiento ruso y en medio de las inconveniencias de Obama y su gobierno para intervenir en el patio trasero de Moscú. El resultado a futuro sugiere que este país quedará adsorbido en su totalidad por su poderoso vecino, o en su defecto fraccionado y absorbido en gran parte, con excepción de Kiev y las provincias del oeste que son más nacionalistas y dadas a pertenecer al estado ucraniano actual.

De nuevo retomo la idea expresada en el párrafo segundo en donde manifiesto que este mal ejemplo puede tener repercusiones en otras regiones de Europa o América reviviendo controversias territoriales ya superadas, puesto que en los últimos cien años han sobrevenido conflictos que ocasionaron la disolución de reinos, principados y estados, incorporados en las nuevas distribuciones de fronteras y esa lista es bastante abundante.

Con este resultado en Ucrania confluimos en un revés para los planes de la Unión Europea, la OTAN y del mismo Estados unidos, que ambicionaban la posibilidad de instalarse en las proximidades de las fronteras del gran imperio ruso. Además se puede concluir que aunque los estadounidenses se creen con el derecho de intervenir, sancionar y administrar a lo largo y ancho de muchas regiones del mundo, aún existen espacios territoriales vedados para ellos y Ucrania es uno de ellos.

En el siguiente apartado narro como resultan de asombrosas las nuevas dinámicas y ajustes que está sufriendo la política interna de Colombia; como las uniones entre el candidato presidente siendo este de derecha y el grupo de izquierda moderada que poya a Petro.

De un lado nos encontramos frente a una campaña presidencial exigua de ideas, limitada a un absurdo debate en torno a los diálogos de la Habana, contenido del que los candidatos evalúan tanto su avance lento, como las discusiones en torno a las penas y castigos para los jefes guerrilleros, la reparación a las víctimas, la oportunidad de aplicar el perdón y el olvido; llegando al culmen en el  que varios de los candidatos hablan de cancelar las actuales negociaciones mientras la guerrilla no cese en sus ataques.

De esta manera la campaña solo se ha centrado en esta discusión, dejando sin valoración todos los demás problemas que enfrenta la sociedad colombiana que están representados: en la alta informalidad laboral que distorsiona las cifras del empleo, pues en las estadísticas no se distingue entre el formal, y el informal que carece de prestaciones legales, como las de seguridad social.

Igualmente existen otro número de necesidades básicas por resolver, entre ellas reducir la alta inequidad entre las clases sociales, que es una de las mayores del continente; disminuir las altas tasas de violencia urbana; mejorar la capacitación educativa imponiendo metas de calidad y competitividad con sociedades más avanzadas; mejorar la prestación de servicios médicos obligatorios eliminando entre otros el lucro que se obtiene de ellos; determinar una política menos ambiciosa para calcular el precio de los combustibles; fijar y socializar las condiciones para que las comunidades aquejadas por las futuras explotaciones mineras puedan opinar y decidir si desean en sus territorios tales afectaciones al medio ambiente.

Y al igual que estas necesidades sin solución por los aspirantes, existen otras que están a medias, como las políticas de protección a la agricultura y a la ganadería frente a los tratados de libre comercio; la estructuración de zonas de reserva campesina, convertidas en tabú por culpa de la explotación intensiva de monocultivos como la palma de aceite, y que son motivo de controversias entre campesinos y grandes agroindustriales; la distribución y legalización de baldíos. Temas todos que requieren de urgente atención y de implementación de políticas públicas concretas, pero que no existen en la agenda de los postulantes a la presidencia.

Todo este sinnúmero de hechos, además de la polarización política han despertado en muchos de mis conciudadanos un inmenso temor a Uribe y sus prosélitos, puesto que se percibe el olor a guerra civil o a gobierno totalitario de extrema derecha, si el candidato que apoya el expresidente obtiene el favor de la mayoría mínima. 

Mal rumbo para una democracia que se jacta de ser la más antigua de Latinoamérica. Por ello como lo enuncie en un principio, esta situación para el país es singular, y requiere de toda nuestra atención porque sus consecuencias son a largo plazo y afectaran sin duda el vivir tranquilo de millones.   

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