domingo, 23 de marzo de 2014

EL PULSO POR CRIMEA


Arsenii Yatseniuk primer ministro de Ucrania y Ban Ki Moon secretario generalde la ONU
EL ENFRENTAMIENTO ENTRE RUSIA, LA UNIÓN EUROPEA Y ESTADOS UNIDOS CON UCRANIA COMO INVITADO DE PIEDRA
Fotografía Pagina web de la republica de Ucrania

La imagen que nos han propuesto en occidente sobre la brusca incorporación de la península de Crimea, por parte de la Rusia de Putin, adolece de datos históricos pormenorizados, impidiéndonos establecer con mayor ecuanimidad la motivación legal de esta intervención; la cual les relato a continuación y con base en ello, cada uno llegue a su correspondiente conclusión.  
  

Crimea fue anexada a Ucrania en 1954 por Nikita kruschev, desvinculándola de su antigua nación Rusia, como consecuencia de arreglos territoriales determinados por el Kremlin, puesto que las dos repúblicas pertenecían a la hoy desaparecida Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y en aquel tiempo no se avizoraba la disgregación de este país.

Aunque era un poderoso argumento para solicitar la devolución del territorio a partir del fin de la URSS en 1989, por parte de Ucrania a Rusia; en 1991 tras sellarse la separación definitiva se determinó continuar con esta distribución territorial, otorgando a la península en disputa una autonomía limitada, además de arrendar por un valor determinado las tierras ocupadas por Moscú en el enclave militar de Sebastopol, sede de la poderosa flota rusa del mar negro.

Por si fuera poco en Crimea está la ciudad de Yalta recordada por ser sede de la conferencia realizada en 1945 por Roosevelt Stalin y Churchill, en la que se establecieron las bases de la Europa de la post guerra y se crearon nuevas fronteras ideológicas. Hoy en día Yalta es un balneario de los ciudadanos adinerados de Ucrania y Rusia.

Sebastopol es una ciudad fundada por Catalina la grande en 1783 y desde esa época sede de la naciente flota de guerra del imperio ruso.

Crimea tiene una historia de invasiones y anexiones que incluye a los romanos, a los godos, a los hunos, alanos, genoveses y otomanos hasta terminar en manos de los rusos.

La actual crisis nace a partir del naciente interés de la Unión Europea por incorporar el territorio de Ucrania a la esfera de influencia de Bruselas, lo que desagrada a Putin y a sus asociados del establecimiento moscovita.

Además es notable la inobservancia al compromiso pactado con Gorbachov al disolverse la URSS de no incorporar a la OTAN a las ex repúblicas, hecho ya incumplido con la integración de los tres estados bálticos Lituania, Estonia y Letonia; acontecimiento que incomodó al alto mando militar ruso.

Por ello la ampliación de los vínculos comerciales, industriales y financieros bajo la influencia de Bruselas, se percibió como la intromisión y ventaja que la OTAN intentaba aprovechar, obteniendo el control sutil sobre Ucrania y Crimea además de necesariamente sobre la ciudad de Sebastopol, actual sede de la flota del mar Negro, asunto de estrategia vital para Moscú que evidentemente el Kremlin no iba a permitir.

Ahora esta anexión tampoco resultará en una clara panacea para los rusos, como consecuencia que la península solo genera el 33% de su presupuesto de administración e inversión proviniendo el resto de Kiev, lo cual desde ahora será responsabilidad de Moscú, quien deberá enfrentar este déficit que asciende a 503 millones de Euros para inversión y en 600 millones para funcionamiento según estimaciones de Standar & Poors.

En una época de incertidumbre e inestabilidad económica, está será una nueva carga para la economía rusa que anda un poco atribulada.

Con esta exposición de motivos, confío en que ustedes estimados lectores, tomen sus propias deducciones sobre la medida de Putin de anexar a Crimea a la federación Rusa.

Yo lamento la forma casi violenta por la cual el presidente ruso realizó esta incorporación, pues habría podido llegar por las vías de la negociación debido a la fuerte dependencia que del gas ruso tienen Ucrania y el resto de Europa.

La geopolítica esconde muchas de sus razones y Putin es un hombre frío y de determinación. Solo resta esperar que el impredecible jefe de estado eslavo se detenga ahora y no decida anexar más regiones ucranianas, obligando a los europeos a tomar acciones por las cuales nos acerquemos a una confrontación militar.

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