miércoles, 8 de febrero de 2012

DESAPARICIÓN FORZOSA EN MEDIO DE LA APATÍA GENERAL


Entrega despojos de desaparecidos
Fotografía Medicina Legal.Gov.co
El escándalo mediático generado por el fallo de segunda estancia expedido por el tribunal superior de Bogotá, con respecto a los desaparecidos del palacio de Justicia, convierte el caso de estos ciudadanos, en un icono que determina a estas 11 personas como los casi únicos colombianos desaparecidos en el país.

Pero la realidad es escalofriante y lamentable, los datos obtenidos de medicina legal, así lo concluyen.

Con un estimado de 52630 personas sobre las que no se conoce el paradero  hasta el 7 de febrero de 2012, se prueba que tan acentuado es realmente el problema.

Cuando expuse mi tesis, sobre la radicalización que generaba este fallo, contemplaba como el asunto en si ocultaba muchas de las raíces y medios de nuestra violencia desbordada.

Al grado que en Colombia la desaparición forzosa, la practican todos los actores que violentan a la población, desde la delincuencia común, el narcotráfico, las nuevas bandas criminales, las guerrillas, los grupos de ultra derecha y las fuerzas de seguridad del estado.

Es una mezcla diabólica en la que el ciudadano del común queda a expensas de cualquiera de estos generadores de violencia; aunque lo verdaderamente condenable es que para casi todos nosotros y la gran prensa nacional, no es motivo de preocupación, análisis, repudio y condena.

Estamos tan acostumbrados a esta guerra, que nos hemos anestesiado para no sentir el dolor de los afectados por estos aberrantes casos, pero mientras estas execrables prácticas no cesen difícilmente podremos recuperar la tranquilidad, pues cualquiera puede ser objeto de una pesadilla de estas; como los famosos paseos millonarios bajo los efectos de drogas dopantes como la escopolamina o por incurrir en denuncias contra organizaciones de izquierda o derecha o por el simple hecho de defender derechos de comunidades y minorías como sucedió en Cali con una ingeniera Agrónoma el año pasado.

Al menos y como un consuelo pequeño, el estado a través de medicina legal estableció una base de datos confiable, enlazando a todas las instituciones que reciben las denuncias sobre esta sistemática contingencia, lo que permite a estas instituciones contar con una estadística y  a los usuarios saber a dónde acudir en caso de sufrir de este problema.

Finalmente medito que estamos  lejos de consolidar un país seguro y pacifico, pues la carga de violencia es tan alta que hemos aprendido a convivir con ella sin vislumbrar soluciones reales a todo este conflicto, lo que nos convierte en prisioneros  pues  aun subsisten muchos lugares prohibidos para visitar o en habitantes censurados sobre muchos  tópicos y asuntos.

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