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| Petro y Navarro de visita en la corte Constitucional |
A pesar de que apenas hace 25 días se posesionaron los gobernadores y los alcaldes locales, en todo el país, desde ya se hace notorio los diferentes enfoques que caracterizan las administraciones de Cali y Bogotá.
El señor Rodrigo Guerrero, ha estado lejos del dialogo con los ciudadanos, ocupado en sus acciones administrativas, el señor Gustavo Petro, ha tomado decisiones de alto impacto; públicamente y de frente a sus conciudadanos, ofreciendo entrevistas y a través de la red twitter, informando y aclarando el porqué de algunas decisiones cuestionadas, como el desarrollo de la avenida longitudinal de occidente, o la desaprobación a la promoción y apoyo económico con dinero público de la fiesta taurina en Bogotá.
Petro dirige todo su accionar a resolver el drama humano de la desigualdad, Guerrero liquida el programa de las Ciudadelas educativas, proyecto elogiado por el presidente Santos, y que según para el entender de Guerrero, a los pobres no es necesario darles instalaciones de calidad, porque es mejor reparar (léase maquillar) la vieja infraestructura educativa de la ciudad.
La ciudad de Cali además presenta sus empresas de servicios públicos intervenidas y con el drama de un servicio de acueducto inestable, que continuamente deja de operar, debido a la turbiedad del rio que lo alimenta, hecho que ocasiona que más de un millón cuatrocientos mil caleños, debamos soportar estoicamente el drama del racionamiento de agua. Para estas dos complejas situaciones, el alcalde Guerrero aun no ha informado a sus electores y conciudadanos, cual son las acciones que su administración piensa tomar.
El alcalde Petro, ya está en la tarea de abaratar el servicio de acueducto en Bogotá, principalmente para los estratos menos favorecidos de la sociedad.
Mientras en Bogotá se logra suprimir el porte de armas por 3 meses como medida cautelar y de laboratorio, en Cali solo se piensa en aumentar con limosnas el pie de fuerza, el toque de queda para menores y otras medidas policiales, sin enfocarse en el problema principal, que son las medidas sociales contra la pobreza y la desigualdad, a pesar de algunos anuncios al respecto, de realizar inversiones por varios miles de millones de pesos, que no tienen aparentemente recursos, ni planes concretos para poderlas acometer.
Y así suene a argumentos de diferencias de clases, mientras el médico Gurrero desconoce la pobreza por completo pues pertenece a una de las familias más acomodadas de la ciudad, Petro convivió siendo joven en los barrios marginados de Zipaquirá, ciudad vecina a la capital, estudió becado en la universidad privada y su familia pertenece a la clase media tradicional de Colombia; el señor Guerrero siendo de la clase alta difícilmente puede entender y razonar sobre las medidas en busca de la equidad.
En síntesis intuyo, que con el pasar de los meses veremos ampliar esta brecha, entre una administración con sentido humano y la otra que cumple, pero sirve a los intereses del círculo social aristocrático local.
si, para ser gobernante hay que saber coger bus.
ResponderEliminarYo esperaría con el Doctor Guerrero, puesto que ha demostrado ser una Persona de Ideas, ya fue Alcalde de Cali y tiene el perfil para sacar la Sultana del Valle de la olla donde la han dejado los JorgeIvanes, los Ciegos (con todo respeto), los RicardosCobos, los JuánCarlos....
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