GAMBERRISMO O INDIGNACIÓN POR EL INCREMENTO DE LA BRECHA SOCIAL

DAVID CAMERON EN CROYDON UK

Fotografía Number10.gov.uk
Hace siete meses europeos y norteamericanos  empleando sus medios de comunicación y por intermedio de los portavoces oficiales de sus gobiernos y los más eminentes periodistas, celebraban con alborozo la irrupción de las masas oprimidas en Oriente Medio; el grito de la democracia y la libertad retumbaban en el norte del África y el canal del Suez; ahora en pleno mes de agosto cuando hemos asistido al surgimiento del movimiento español de los indignados, que vale la pena expresar ha llevado su protesta de manera muy civilizada con mínimas escaramuzas, surge en Gran Bretaña, una nueva y más escandalosa manifestación de repudio al manejo monetarista y socialmente excluyente, de políticas que recortan los beneficios y subsidios para los más desfavorecidos.

La emblemática Inglaterra se ve sumergida en un caos como quizás en muchas décadas no se vivía, y los protagonistas  son en su mayoría hombres y mujeres menores de 30 años, de clase popular y media, pero unidos por el enigmático futuro sin oportunidades y que se visualiza cada día mas oscuro, gracias a la simplista puesta política de David Cameron primer ministro conservador.

Ahora imputarle toda la culpa a los ideólogos conservadores, sería también ingenuo, pues en España el gobierno es conducido por la izquierda democrática, que tampoco ha podido resolver el asunto con ingenio, más  allá de auspiciar recortes y sacrificios para los más pobres.

Hay dos puntos en consecuencia importantes de analizar; ¿Está este caos originado en la vagancia y la intrascendencia o hay fundamentos más profundos? Y ¿Es la crisis de todo el sistema económico como lo conocemos, que solo inspira codicia, avaricia e individualismo repotenciado?

Para el primer interrogante, habría que reconocer que en estas manifestaciones populares y desordenadas; convergen todos los modelos sociales que componen las capas bajas de la comunidad como ladrones, drogadictos, etc; y que son parte de este entramado y sacan ventaja en medio de la confusión y la anarquía; por lo que es  razonable pensar que hay tanto de futilidad como de rebeldía  en todas estas demostraciones de violencia; en el caso ingles se exterioriza un componente adicional de discriminación racial, contra los asiáticos, como se evidencio en Birminghan con la muerte de tres hombres que evitaban el daño a sus negocio de lavado de carros, o en Londres con un chico que estando casi inconsciente,  tras una terrible golpiza fue robado sin el menor asomo de benevolencia por parte de sus verdugos.

Sin lugar a dudas se abren dos escenarios complejos, xenofobia y rebeldía ante la exclusión y la pobreza.

Con el segundo interrogante, al reflexionar sobre el origen de estos infortunios en Europa y Estados Unidos, todo confluye a un elemento común, banqueros y administradores de fondos de inversión ambiciosos, auspiciados en legislaciones flexibles  y laxas, que permitieron crear la famosa burbuja inmobiliaria, que ha menoscabado las tesorerías estatales por los esfuerzos en el rescate bancario y que a pesar de ello, después de auxiliarlos y de ayudarles a enderezar las cargas, los avariciosos dueños del dinero le dieron la espalda a los gobiernos, encareciendo el crédito y restringiéndolo al máximo, lo que ha engendrado este círculo vicioso de empobrecimiento del empleo, disminución del consumo, balances con utilidades menguadas en casi todos los sectores, con el desenlace de golpear a todo el ciclo económico.

Esta variable establece otro cuestionamiento, neoliberalismo aplicado según la escuela de Chicago o Keynesianismo.

No olvidemos que en Europa en menor o mayor escala, las teorías de Keynes, han sido tomadas y aplicadas.

El norte de Europa, presenta los niveles más bajos de desigualdades sociales, debido a que los que tienen más ingresos, tributan  con mayor vigor, para que de esta manera los gobiernos protejan con subsidios y beneficios en todo lo que implique seguridad social a los menos hábiles, o menos creativos intelectualmente.

Europa mediterránea ha aplicado el intervencionismo de Keynes, al apostarle a mantener lejos del capital privado a los servicios fundamentales y permitir leyes de jubilación aplicables para retiros más tempranos en edad, que sus pares del centro y norte de Europa; las medidas han tenido sus falencias en no acompañar la intervención estatal con cargas impositivas mas fuertes para los mas poderosos; el modelo ha funcionado apostándole al alto consumo de las clases medias. Para que impuestos como el IVA, sustenten gran parte de los ingresos, además de la figura del endeudamiento por medio  de los bonos de tesorería y el crédito normal, pero con la atenuación de la economía en general, la recaudación cae en picada y los déficit fiscales crecen como espuma, lo que finalmente conduce a la realización de recortes sociales y de beneficios de todo tipo; lo que nos devuelve al comienzo de esta historia, poblaciones humildes más afectadas, que  al entrar en cólera por alguna chispa, crean escenarios como los acontecidos en Londres.

En nuestra querida Colombia, a pesar que el coeficiente de Ginis, que mide la igualdad en los niveles de ingreso, nos ubica entre las naciones con más disparidad; la paciencia y la indiferencia, han permitido hasta ahora todos los abusos por cuenta de la mala administración de nuestra clase dirigente. No olvidemos que pagamos una de las gasolinas más costosas del continente, y que nuestras tasas de violencia y de miseria son las mayores en Suramérica; así que nuestros líderes deben ser cuidadosos, no vayamos a tener más adelante sorpresas tan desagradables como las que han recorrido a Europa.