Imagen Aerea del deshielo Ártico |
Fotografía cortesia NASA y del Centro Nacional de datos del Hielo y Nieve Universidad de Colorado Boulder
Irrefutablemente
el clima y las condiciones ambientales adecuadas de vida en muchos sectores del
planeta, se están modificando a pasos agigantados en medio de sequias o de
intensos periodos lluviosos, y a pesar de ello cientos de políticos y de
funcionarios estatales ciegos y necios se rehúsan a aceptarlo desatendiendo la
necesidad de crear mas leyes de protección al hábitat o de aplicar con
rigurosidad las existentes.
El
equilibrio entre el desarrollo humano y la explotación de los recursos
naturales renovables, ahora conocido como desarrollo sostenible, es la nueva
panacea con la que se pretende mitigar el desafuero al que se someten bosques,
glaciares, ríos y todos aquellos bienes de carácter natural que el hombre ha
explotado inmisericordemente desde nuestra aparición en el planeta.
Deplorablemente
el abuso sobre todos estos medios no se detiene, a pesar de las premisas del
desarrollo sostenible y en mayor causa por culpa del avaricioso afán de
multiplicar ganancias y acumular éxitos; por ello se continúan adelantando
proyectos como el de la mina la Colosa en el departamento del Tolima, que si
bien es dirigida su explotación por una empresa legalmente establecida con amplia
experticia en el manejo de la extracción minera, no deja de provocar mucha
preocupación, debido a que el área establecida
para la extracción aurífera compromete al bosque andino de niebla, del que se
surten acueductos veredales y municipales, además es la vertiente del departamento
del Tolima que conduce sus aguas al rio Magdalena, cuencas que podrían resultar
considerablemente contaminadas en su hábitat con residuos muy tóxicos,
provenientes del lavado del oro con el cianuro en su proceso de purificación de
otros minerales; acontecimientos ambientales suscitados de hechos impredecibles
a nivel tectónico o de simples accidentes geológicos por la inestabilidad del
suelo en esta zona, que podrían alterar el mejor plan de contención de químicos
con las lagunas de lixiviados. La legislación debería ser extremadamente
excluyente con la intervención minera en lugares como este por los riesgos y daños al entorno tan evidentes.
Igualmente
surge un inquietante documento que la revista semana a ayudado a difundir en asociación
con Connetas.org, sobre la devastación causada a la selva amazónica y a su frágil
ecosistema; daño ocasionado por la culminación desde hace un año de la
carretera denominada interoceánica sur, que con un recorrido de 5404 kilómetros
conecta la rivera Atlántica brasilera con el pacífico peruano. Esta mega obra
concluida en su totalidad ha provocado la desforestación del bosque tropical en
grandes extensiones sobre las dos márgenes de la carretera, trayendo el
desplazamiento de fauna y debilitando el suelo que termina en casi un desierto
seco como lo denuncia un documento periodístico realizado por esta ONG.
Adicionalmente
a este aciago informe debemos adicionar la disminución del hielo ártico, que en
este septiembre de 2012 ha reflejado el más alto nivel de deshielo desde 1979,
año en el que se comenzaron a llevar registros pormenorizados de medición por satélite,
lo que ha llevado a los climatólogos y especialistas en los hielos perpetuos a
especular sobre los inminentes afectaciones sobre el clima global, que puede causar este calentamiento excesivo
del polo norte, agravado en el hecho de que los modelos climáticos no preveían
un proceso de descongelación tan extremo en esta época.
Al
igual que con los problemas económicos o sociales de gran envergadura, las
soluciones terminaran en imposiciones de carácter autócrata y estatista, pues
las discusiones sobre las medidas encaminadas a disminuir nuestros aportes en
la destrucción del ecosistema terrestre son interminables y desprovistas de
base legal estricta y con mínima aceptación por las sociedades mas
industrializadas.
Pero
penosamente como acontece con todos los problemas transnacionales, solo cuando
las naciones con mas poder militar y económico perciban el inminente riesgo que
todas estos aprovechamientos excesivos pueden producir sobre sus habitantes y
territorios, afectando plenamente su seguridad y supervivencia; entonces ahí si,
se decretaran de manera poco democrática las acciones que todos sin exclusión deberemos
acatar.
Que
absurdo que debamos llegar a esas instancias tan extremas para comprender que
estamos apostando contra nuestra supervivencia como especie en el frágil
ecosistema del planeta como tal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario