jueves, 3 de mayo de 2012

DUALIDAD Y SUTILEZA EN LA CORRESPONSALIA DE GUERRA


Presidente, Ministro de defensa Y altos mandos
Fotografía web presidencia de Colombia

El episodio que involucra esta semana al corresponsal del canal France 24 Romeo Langlois, rememora el episodio ocurrido en Siria en febrero pasado con los corresponsales occidentales muertos y heridos en el enclave de Baba-Amro.

Los periodistas Marie Colvin del Sunday Times, Romi Ochilk del IP3, Edith Bouvier de Le Figaro, Paul Conray del Sunday Times, Javier Espinoza del Mundo de España y Willian Daniel de Time Magazine, espoleados por la maniquea premisa occidental de juzgar según nuestras convicciones, además de tener la agudeza para crear los suficientes testimonios amañados, para así justificar las intervenciones militares encubiertas de sus naciones en este conflicto de baja intensidad; complementariamente realizaban informes de inteligencia para los servicios secretos de los países de sus respectivas nacionalidades,  siendo  denunciados por periodistas no pertenecientes a los canales oficiales por realizar estos hechos diferentes del trabajo periodístico encomendado.

Este lamentable episodio me siembra la duda hasta donde hombres como el comunicador francés, desaparecido en Colombia en las selvas del Caquetá, actúan por su convicción y profesionalismo para informar equilibradamente sobre nuestra contienda militar de poca magnitud, o solo están impulsados por el morbo y el prestigio profesional que conceden los informes escandalosos en zonas de guerra, además de actuar para los intereses de las agencias de seguridad para las que quizás laboran.

Del episodio en Siria se puede extractar que varios de estos prestigiosos periodistas, trabajaban a la par de sus medios con los servicios de inteligencia de Estados Unidos, Francia y el Reino Unido.

Entonces es el señor Langlois un desinteresado comunicador o es un híbrido entre contratista de seguridad y periodista.

¿Por qué la guerrilla lo convierte en un prisionero de guerra?

A la luz del artículo 3 del protocolo 2 de Ginebra de agosto 12 de 1949 que establece la protección a las victimas de los conflictos armados sin carácter internacional, las Farc cometen nuevamente un suicidio político frente a Europa, o estamos asistiendo al igual que en Siria a eventos en donde solo podíamos leer una parte de la historia.

Ahora a Roméo también le puede impulsar la necesidad excesiva de figurar y para ello no tuvo escrúpulo ni duda alguna en buscar abrigo con los miembros del frente 15 de la organización subversiva;  en el país estamos mas que acostumbrados a esa tramposa intención del periodismo extranjero de Europa y Norte América de incrementar el interés y provocar el escándalo en sus lectores y seguidores, con sensacionalistas visiones de los problemas internos del país.

Solo recuerden el inmenso alboroto creado con el tema de las prostitutas y los agentes del servicio secreto en Cartagena, en donde se llego a especular que 
esas damas eran informantes de terroristas.

Es notable el morboso interés del ciudadano promedio por nutrirse con todo este tipo de información especulativa, sin sustento y sin objetivos honestos para comunicar.

La crónica roja solo es eso, información vulgar, maliciosa y descarnada de hechos de sangre que no promueve beneficio intelectual, social o cultural alguno, pero que genera mucho lucro a partir de nuestra obsesión de mirar lo desagradable y lo prohibido o moralmente cuestionable; y lo reafirmo los medios europeos y norteamericanos promueven al extremo estas practicas periodísticas al exterior de sus fronteras nacionales.

Habrá que esperar a la liberación del famoso comunicador, para conocer sus explicaciones para tan desventurado comportamiento de la guerrilla y del periodista.

Ojalá este episodio no nos cueste una gran cantidad de dinero o de violaciones a nuestras decisiones internas, producto de las acostumbradas presiones que el gobierno Galo realizará para beneficio de su connacional retenido en Colombia.

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