jueves, 17 de mayo de 2012

EL LENGUAJE DEL EXTREMISMO POLÍTICO


Icono del terror Zona 0 New York
Fotógrafo Patrick Moore

Cuanto quisiéramos la gran mayoría de los ciudadanos en este país, que se pasara de la pagina de la intensa violencia hacia la de la tranquilidad; más cuando nos sacuden sucesos como el acaecido, el martes 15 de mayo hacia el medio día en Bogotá.

¿Por qué como muchos se lo preguntan hoy?  Siempre que se entabla alguna probabilidad de crear las bases legales, para tramitar las resoluciones necesarias e iniciar las negociaciones de acuerdos para la paz, ocurren estos hechos de violencia extrema.

¿Qué fuerzas oscuras torpedean toda posibilidad de que los colombianos podamos algún día disfrutar de absoluto sosiego?

Y cuales son los inmensos beneficios que perciben estas fuerzas oscuras, para 
promover la violencia sistémica, oponiéndose con el máximo rigor a cualquier intento de enarbolar principios legales hacia la paz.

Por lo pronto la única explicación que puedo encontrar a tanta demencia, es establecer como se define el extremismo político, y así entender como estos exóticos personajes justifican su trastornada manera de actuar.

El extremismo procede del hecho de identificarse con el carácter maximalista, expresión que determina a los partidarios de las soluciones mas extremadas en el logro de cualquier aspiración.

De ahí que el remedio de la violencia en cualquier nivel, está legitimado bajo este criterio del maximalismo.

Ahora establezcamos varios cortos conceptos, emitidos por especialistas y estudiosos de las ciencias políticas, para así intentar comprender que sucede en el país.

Seymour Lipset y Earl Raab, lo definen al extremismo como la tendencia a rebasar los limites de los procedimientos normativos, que definen el proceso político democrático.

Silvano Belligni, catedrático de ciencias políticas de la universidad de Turín lo define como un modelo de acción política adoptado por un movimiento o grupo político, que rechaza las reglas de juego de una comunidad política y que actúa para modificarlas radicalmente.

Vale la pena aclarar que el término radicalismo político, no es sinónimo de extremismo, pues claramente los expertos en el tema definen que es un gran error comparar como iguales estos 2 conceptos.

Ya establecida una idea de a lo que se refiere el pensamiento extremista, 
identificaré unas características propias de este proceder.

El extremismo se vale de la violación de los procedimientos legales existentes, bajo la premisa del fracaso de todas las vías legales alternativas.

Lo extra legal se ampara en la obtención de unos fines políticos de carácter maximalista, aunque no necesariamente siempre este sea su interés.

Para definir la obtención de lo que se desea, acepta el uso de las medidas de fuerza y por este medio justifica el uso de la violencia y el terror.

El extremismo tiende a considerar ilegitimo el orden sociopolítico establecido, por lo cual legitima los métodos de crueldad para combatir ante la ilegitimidad del orden vigente, e implantar la llegada de un nuevo orden.

El extremismo rechaza tajantemente el pluralismo de conceptos, la negociación y el consenso que se logra entre la mayoría.

Tanto la extrema izquierda como la extrema derecha se sirven de recurrir a la justificación de sus luchas y causas, bajo este concepto del extremismo.

Lo que me lleva a recordar como Maquiavelo en su obra el príncipe, definía que en algunos momentos un príncipe, deberá tomar decisiones crueles, en las que no pueden tomar parte sus creencias religiosas, su humanidad y la caridad para con sus gobernados, con tal de mantener su estado.

Así que con la observancia de este precepto de control político establecido desde el siglo 16, que no admite reglas morales ni sensibilidad humana alguna, comienza las justificaciones para este aberrante modo de actuar.

Este concepto también ayuda a entender porque los extremistas de derecha actúan con el interés de mantener el estatus quo y los de izquierda con la creencia  de renovar el orden establecido.

Al leer y comprender las razones que esgrimen los extremistas para actuar, se establece que en Colombia hay una inmensa necesidad de mantener nuestro actual estado de guerra y anormalidad social; queda para el juicio de cada uno de los lectores, establecer cuales son los estamentos sociales beneficiados, con estas circunstancias por las que atraviesa nuestra sociedad.

Finalmente no olvidemos que como colectivo somos muchísimos más, y solo unidos podremos vencer a estos fanáticos, que con su demencial proceder tratan de mantener posiciones y privilegios, sacrificándonos a todos sin ningún miramiento de misericordia.

Termino con la inmensa esperanza que esta vez las investigaciones esclarezcan los hechos, e identifiquen sin sesgo alguno a todos estos malhechores, para poder continuar en la búsqueda de las bases legales necesarias, para negociar una paz duradera.

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