viernes, 25 de mayo de 2012

MI VOTO POR LA HONORABILIDAD

VOTEMOS EN BLANCO PARA RECUPERAR LAS DIÁFANAS COSTUMBRES EN LA POLÍTICA VALLECAUCANA

El pasado 31 de octubre de 2011, en el municipio antioqueño de Bello, la ciudadanía demostró el altísimo valor que tiene el voto en blanco, al determinar sus habitantes que ese candidato era el ganador de las elecciones locales para alcalde; sin duda un magnifico ejemplo, que hoy en día debemos emular todos los vallecaucanos, que nos hallamos hastiados de los irregulares comportamientos de la clase política y la dirigencia económica de la región.

Desde las épocas de la gobernación de Álvarez Gardeazábal, convirtieron la pugna por alcanzar el primer cargo departamental, en un botín para obtener prebendas burocráticas exageradas, contratos y negocios no muy claros en todas las dimensiones.

De ahí que por ello hemos visto la destitución de 3 gobernadores, la oposición irracional a otro, además de la perdida del liderazgo, la credibilidad y la aceptación a nivel nacional de programas y propuestas, a parte de la degradación ante el ministerio de hacienda y planeación nacional de la categoría del departamento, por el mal manejo de las finanzas publicas.

Somos el hazmerreir en Bogotá, gracias a que a lo único que se han dedicado con esmerado empeño nuestros dirigentes, es a querellarse, obstaculizarse y difamarse con el fin de que el botín oficial no  escape de las manos que lo usufructuaron por décadas.

Los actuales candidatos a las elecciones atípicas del próximo julio se caracterizan entre el sociólogo y sindicalista casi desconocido, el político  de provincia lleno de ambiciosa necesidad de figuración, hasta el curtido ex senador y político de corte tradicional, de formación empírica, que no alcanzó mayor merito en su tarea legislativa ante el congreso.

Ante tanta desolación de propuestas y con unos personajes comprometidos a gobernar con las múltiples alianzas burocráticas de siempre, solo me resta llamar a la consideración a todos los que sienten algún arraigo con esta hermosa comarca, a castigar la indignidad con su voto en blanco.


Es hora que el valle y su ciudadanía demuestren al país, que somos algo más que salsa, mafia y mujeres bonitas y descomplicadas como nos sindican en casi todo el país.

Ojalá esta nueva cita electoral marque el hasta aquí definitivo para que la dirigencia despierte, y recuerde que somos los ciudadanos del común la mayoría, que tiene en sus manos la capacidad de elegir a hombres o mujeres completamente intachables, sin compromisos y amaños con ningún grupo político o económico cuestionable.

Sé que es difícil animar a votar a la mayoría indiferente, que prefiere entregar en las manos de unos pocos los destinos regionales, pero aun estamos a tiempo de revertir este espinoso camino de ingobernabilidad y de elecciones manipuladas por las pequeñas camarillas de siempre.

La invitación a todos quienes me leen, es por lo menos a considerar hasta donde debemos permitir que la dirección administrativa y las políticas públicas continúen manejadas de manera tan desordenada, y analizar cual es el futuro que nos merecemos y si no vale la pena realizar este esfuerzo de votar aunque sea solo por esta vez.  

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