Cuando me preparé a escribir el ensayo sobre Colombia y sus retos de políticas frente a los TLCS (mayo 5 de 2010), empecé a observar como las cifras más importantes sobre el comportamiento económico del país se modificaban según la fuente de datos que a bien uno quisiera investigar; esto me pareció un serio descuido por parte de los investigadores y periodistas económicos, pero luego entendí que era un juego de desinformación usando los diferentes enfoques de la documentación, por ejemplo una circunstancia es hablar del producto interno bruto PIB, sin esclarecer si es PIB nominal o PIB real; porque ambos conceptos son verídicos pero difieren profundamente en cuanto a metodología y cotización en millones de dólares, y así se oponen radicalmente al análisis y resultados de las demás cifras financieras asociadas a esta variable macroeconómica, creando conclusiones manipulables al estilo del escritor de acuerdo a su credo e interés político.
De la misma manera están las megas empresas de análisis del riesgo crediticio o de inversión, tienen la inmensa capacidad de alterar sus cifran al antojo o interés de sus muy sofisticados clientes que son 100 países del mundo y todos los grandes bancos y conglomerados industriales. Es tan grave el asunto que no ha existido ley alguna en ningún país, que los regule y los obligue a explicar algo de su metodología de recaudo de datos ni tampoco sus procesos de deducción y estudio para calificar la deuda externa soberana de cualesquier nación; solo hasta ahora por culpa de la crisis recesiva mundial, con mucha timidez el gobierno de Obama en su nueva ley**** expedida en julio 21 de 2010, ha insistido medianamente en obligarlos a no ser tan sesgados y superficiales en sus procesos de información.
La modificación en la escala de contingencia de una calificadora de riesgo profesional, incrementa o disminuye el valor de los intereses de la deuda externa de una república, se imaginan señores lectores las presiones sobre estas empresas y sus empleados, por los prestamistas internacionales si estas modifican la categoría que altere en un punto decimal los intereses sobre deudas como la Colombiana que alcanza ya la impresionante suma de 54mil millones de dólares ¿cuanto aumento en la deuda en millones de dólares se ocasionará por el cambio del nivel de interés?
A toda estas queridos lectores, se preguntaran y quienes son estas poderosas compañías que están por encima de los gobiernos del G20 y el resto de la comunidad internacional.
Aquí se los describo concisamente a los tres dueños de esta vigorosa operación económica global.
Moody’s, fundada en 1909 por John Moody, hacia 1924 sus calificaciones crediticias cubrían casi el 100% del mercado de bonos de EE.UU.
Fictch Groups, fundada en 1913 por John Knowles.
Standard&Poor’s fundada en 1860 por Henry Varnun, inicialmente se llamaba H W Poor Co. En 1906 Luther Lee fundo Standard Statistic Bureau, luego en 1941 estas dos empresas se fusionaron y en 1966 se convirtió en la división financiera de la editorial Mc Graw Hill al ser adquirida la compañía por esta.
Y aunque parece un novela, y Mauricio Cárdenas en una columna reciente en el periódico El Tiempo, desmentía la existencia de poderes supranacionales, la supremacía demostrada por estas tres empresas asusta y compromete nuestro futuro económico y el de nuestros descendientes también.
****La SEC (Comisión de Valores y Bolsa de Los Estados Unidos) deberá fortalecer la regulación y supervisión de las agencias de calificación crediticia. Dentro de las instrucciones dictadas para robustecer los procesos de las agencias se encuentran temas como la presentación de pruebas de conocimiento de los empleados acerca de los procesos de calificación, estudios acerca de la independencia de las agencias, mitigación y administración de conflictos de interés, y revisión por parte de la SEC de las metodologías de calificación y documentos de soporte que contengan información cuantitativa y cualitativa para respaldar cada puntaje.
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