Nuevamente dos importantes políticos de la vieja guardia dirigente Colombiana, cada uno desde su facción, reniegan y vituperan de otras instituciones, autoridades y personas respetables, únicamente porque están en contra de sus ambiciones políticas, económicas y personales.
En una inusitada columna en el diario el Tiempo, el ex ministro Fernando Londoño Hoyos, la emprende contra el provincial Jesuita en Colombia, padre Francisco José de Roux Rengifo, y adicionalmente impugna al padre jesuita Javier Giraldo Moreno, actual director del Centro de Investigaciones y Educación Popular CINEP. Para ambos sacerdotes las imputaciones del soberbio señor Londoño son muy descalificadoras, sesgadas y peligrosas, pues en un país como Colombia, el que a alguien lo califiquen como “Marxista trasnochado” y otra suerte de epítetos parecidos lo condena a muerte. Al padre de Roux Rengifo, lo critica por un discurso leído en el colegio de San Bartolomé, en el que el sacerdote llama cínicos a una clase dirigente que legisla y gobierna de espaldas al país, parece que el discurso tocó mucho a este ex ministro en donde más le duele, puesto que él, como líder y ministro poco o nada ha podido mostrar a la nación. Al padre Giraldo lo acusa de causarle problemas a unos líderes del Bajo Atrato, tamaña felonía siquiera insinuar que un sacerdote que ha estado al frente de una institución que lucha contra la desigualdad y la mejoría de las condiciones en salud, educación, vivienda y derechos humanos en general, pueda ser generador de violencia y perseguidor de ciudadanos; queda para el análisis y comprensión de cada uno, queridos lectores, este triste episodio de la vida nacional.
Bueno y del lado de la izquierda no podría faltar sino una ciudadana que sale a cuanto foro o tribuna internacional la reciba a despotricar de el país y sus autoridades; la muy cínica señora senadora Piedad Córdova, como hoy en día ha visto diluir por completo su brillo e imagen mediática de gestora de paz, trata como sea de torpedear cualquier buen resultado de convenios y diplomacia de los negociadores internacionales de la nación. Piedad Córdova, debería agradecer que en Colombia a pesar de su violencia e intolerancia se le soporta su virulencia y desamor por el país; si ella fuera ciudadana de Venezuela, Cuba, Irán u otro de esos países donde no se tiene derecho a la libertad de expresión y pensamiento, estaría ya en una cómoda mazmorra; la infortunada intervención de esta semana en el parlamento Europeo nos obliga a repudiarla públicamente y pedir a la justicia Colombiana que le ponga coto a tantas murmuraciones de esta veterana política, que perjudican a 46 millones que habitamos el país.
Concluyo que no es el color político ni las ideas las que mueven a estos dos personajes, son solo sus odios, pasiones y egocentrismo que los estimulan a ellos y a otros más y no debemos caer en el engaño que generan estos provocadores en nuestra pobre y afligida nación.
Hoy miércoles 29 de septiembre, he recibido una comunicación del padre Mauricio Garcia Duran SJ. en la que se me aclara que el padre Javier Giraldo Moreno SJ. no es ni ha sido el director del CINEP, y que el actual director es el sacerdote Garcia Duran, por tanto corrijo este lamentable error.
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