lunes, 10 de febrero de 2014

LAS DISPUTAS ENTORNO AL MODELO DE DESARROLLO ECONÓMICO

Fotografía pagina ministerio de Hacienda
 Presidente Santos y el  ministros de hacienda

Continuando con mi exposición de motivos ante la urgencia actual de ejercer el derecho a elegir, y con vistas al proceso electoral que se avecina, además de ser un buen vehículo para comprender porque subsiste la eterna crisis que sabiamente deben capotear las clases medias y populares del país; he optado por opinar sobre nuestro modelo de desarrollo económico, prototipo de la receta que los organismos de crédito multilateral imponen con respecto a Latinoamérica, y fielmente acogida por nuestra dirigencia sin chistar al menos en los últimos 60.

Para comprender un poco la estrategia que el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo y el Fondo Monetario Internacional sugieren aplicar a nuestra economía, debemos adentrarnos en la historia del liberalismo económico y político a través de dos de sus postulantes iniciales.

Como consecuencia del enfoque con el que se atendió la instauración del absolutismo monárquico en la Inglaterra del siglo 17, cuando el rey Jacobo I y su sucesor su hijo Carlos I impusieron este modelo político a sus súbditos, a partir de ello se estableció una línea de pensamiento que planteaba el gobierno de mano férrea, dueño y controlador de todo el poder sin la expresión parlamentaria y otra postura que proponía que este dominio residía en tres pilares el Rey, el parlamento y el pueblo, Thomas Hobbe célebre pensador ingles era defensor por excelencia de la causa que establecía el afincamiento del poder absoluto del monarca sobre sus súbditos y John Locke era el estudioso que se oponía a esta cantidad superlativa de poder que implicaba el intervencionismo estatal a un nivel que eliminaba la privacidad, la libertad y los derechos que cualquier ciudadano debe disfrutar, lo que hoy reconocemos como totalitarismo.  

Estas importantes controversias del razonamiento y de las posturas derivadas, como la reflexión que establecía que la autoridad real de un monarca inglés, era un poder designado por Dios, que le permitía al soberano tener todos los derechos sobre las haciendas y vidas de sus súbditos sin limitación alguna; establecieron las bases de pensamiento para desarrollar más adelante los fundamentos de la teoría liberal económica que desarrolló Adam Smith, en la que se establecía la separación entre el estado y las fuerzas de producción, además se propondría a mantener el estado con un mínimo tamaño y a limitar su intervención en el aparato productivo y la economía. 
  
Todos estos razonamientos fueron acogidos por los exiliados de la escuela filosófica de Viena, quienes emigraron a Estados Unidos como consecuencia del surgimiento del totalitarismo Nazi en Europa; estos pensadores encabezados por Von Hayek defendían la importancia de combatir el totalitarismo de los Nazis, primo lejano del absolutismo monárquico del siglo 17, y para ello nada mejor que la teoría del estado de mínimo tamaño.

La estrategia perseguía disminuir la excesiva intervención estatal en la vida común de las personas, al eliminar los principios estatistas enraizados en el imaginario colectivo germano, que eran una consecuencia de esa intervención, en la que el gobierno monopoliza los medios productivos, se controlaba la educación, se vigila con rigor a la prensa, al nivel de censurar toda oposición a los designios del régimen y se eliminaba la disidencia política.

Von Hayek encontró eco en sus políticas económicas y sociales en Milton Friedman, célebre economista norteamericano, quien tenía doctrinas muy parecidas que ya eran apoyadas por algunas prestigiosas universidades, además de algunos ricos empresarios estadounidenses, lo que permitió extender por el mundo sus premisas del estado de mínimo tamaño, teoría madre del tan mencionado neo-liberalismo económico.

Esta hipótesis sostiene, que la seguridad interna y externa, el control de las fronteras y la administración de los impuestos, son las únicas funciones inherentes al estado, el resto de actividades propias de la administración de cualquier nación, deben pasar a manos privadas y su esfera de influencia incluyendo la impresión del dinero, la fijación de los tipos de interés, la prestación de servicios en salud, educación, potabilización del agua, generación de energía eléctrica, recolección de basura, la explotación de los recursos mineros, además de todo el resto de actividades financieras, industriales y comerciales.

Inicialmente el modelo se implementó lentamente en Latinoamérica, pero a mediados de la década de los ochentas tomo un vigoroso impulso, como reflejo de las agresivas políticas que al respecto asumieron Ronald Reagan Y Margaret Thatcher en Estados Unidos e Inglaterra respectivamente.

 Para el caso colombiano se evidenció la ampliación en la elección de este modelo de desarrollo económico a partir de la administración Barco, y se profundizó con mayor ahínco en el periodo de Cesar Gaviria, con su pretendida apertura económica, continuando con esta fórmula sin mayores modificaciones en las subsiguientes administraciones.

Vista desde la esfera del idealismo moral, los pensamientos de Friedman y Van Hayek no eran alocados o extremistas, pues en ese momento histórico en que el estalinismo se erigía como el otro modelo estatista y totalitario por excelencia, avanzando sobre media Europa con su esfera de influencia denominada cortina de hierro, se hacía prudente lanzar una hipótesis contraria que defendiera al individuo, su privacidad y sus derechos inherentes a esta calidad de vida.

Pero como toda teoría aplicada por humanos, el liberalismo económico y político se desvió de sus iniciales ideales, convirtiéndose en una máquina de privatizar servicios, eliminar subsidios estatales y en profundizar en las grandes diferencias económicas, educativas y sociales de la actual sociedad; todo como consecuencia de la desregulación legal que se formuló en las diferentes naciones, para incentivar y profundizar en las reformas normativas que esta corriente de pensamiento necesitaba.

Como consecuencia de la eliminación de normas, la privatización se enfatizó en el lucro económico por encima de la prestación eficiente y justa de los servicios aun en los muy esenciales, como educación, salud y servicios públicos domiciliarios (Aseo, Energía, potabilización del agua) y los ejemplos son sumamente palpables como lo es el caso en la ciudad de Cali en la prestación del servicio de alumbrado público, ahora privado, costoso e ineficiente y con un desempeño de calidad en desmejora año tras año.

Por ello debemos cuestionarnos sobre la conveniencia de tener un congreso que solo premia y protege los intereses de la pequeña camarilla que maneja las finanzas, la gran industria, los servicios a gran escala y la comercialización de productos de consumo masivo, promulgando leyes que protegen los derechos de esta minoría sin la respectiva equidad con los derechos de la mayoría; y con ello aclaro que no se trata de establecer políticas populistas de izquierda o un socialismo al estilo latinoamericano, simplemente que quienes están en el pináculo de los beneficios económicos cedan un poco, estableciendo nuevas fuentes de trabajo remunerando con salarios dignos, presten con ética los servicios o comercialicen honestamente los bienes que producen o distribuyen, que tributen con justicia sin evadir o engañar al fisco y contribuyan a disminuir la brecha tan extensa que hay entre ellos y los demás como ocurre en la Europa nórdica; utopías para una sociedad provista de una inmensa iniquidad mezclada con una gran falta de equidad.

Ahora solo resta que cada uno reflexione para sí, cual es el modelo económico que nos conviene más y de esta manera decidir a cual lista de congreso debe apoyar, estimados lectores no lo olviden quien no vota no tiene derecho a exigir o protestar.

1 comentario:

  1. Para que cualquier modelo económico sea positivo, se necesita que esté acorde con las necesidades del país, que promueva la autosostenibilidad y que respete al Medio Ambiente....

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