martes, 16 de abril de 2013

EL CONFUSO TRAYECTO HACIA LA RECONCILIACIÓN NACIONAL

Evo Morales y Santos en la campaña contra las minas
Fotografía Web Presidencia de Colombia

Siento una inmensa decepción al contemplar como las especulaciones, la desinformación y la manipulación con fines electorales hacen curso en el país, despreciando el dolor y la muerte de miles de Colombianos; esta estratagema que está imponiendo su engaño entre muchos ciudadanos, que ignorantes del ardid de unos malos compatriotas, produce con ello el juego a los promotores del desplazamiento forzoso, a los gestores del empobrecimiento de miles y a los conciliábulos administradores de millonarios contratos distribuidos entre sus prosélitos y aportantes.

Encontrarme con individuos provistos de credibilidad social e informativa, además de ser intelectualmente calificados, boicoteando unas conversaciones hasta ahora confidenciales, con suposiciones e interpretaciones viciadas a partir de las escuetas informaciones y declaraciones de los comisionados de ambos bandos, solo produce suspicacias de cuáles son las reales intenciones y que beneficios ocultan para sí.

¿Serán intereses monetarios personales o actúan bajo la presión de los grupos económicos para los que laboran?

A todos ellos simplemente les recuerdo que al menos tenemos en el país cerca de cien mil minas anti personales instaladas en campos y bosques, a la espera de nuevas víctimas sin rostro para lisiar o matar, de ahí que poseamos el deshonroso tercer puesto en el mundo en esta estrategia de la guerra.

Huérfanos, viudas, desposeídos, desplazados, pobreza y más subdesarrollo son los efectos de esta guerra fratricida, así que cual es el problema de encontrar una metodología para terminar con 60 años de conflicto; perdón sin olvido, para no repetir los errores pasados, es la reflexión pragmática y elemental sobre la que debe girar cualquier negociación de paz, con mayor razón en unas hostilidades con guerrillas.

Lamentablemente las Farc no están vencidas y esta no es una guerra regular.

Cuanta sangre mas se debe derramar para que el procurador, los militantes del Centro Democrático, el analista Rangel, muchísimos otros  periodistas, algunos estudiosos de la violencia y ciudadanos de esos que se llaman de bien, comprendan de lo ilegitimo que son sus argumentos en favor de continuar con el esfuerzo militar como solución única a nuestro conflicto interno.

¡Que es desastroso tener que amnistiar o indultar a los violentos integrantes de las Farc¡

Si claro que lo es, pero no le estamos imponiendo condiciones a un ejército normal y derrotado, no señores negociamos la manera y las condiciones de terminar con un intrincado enfrentamiento armado de décadas, que está empantanado y para el que no lucen resultados absolutos por la vía militar.

Seguirle llevando la corriente a Uribe Velez es un suicidio para la nación; este hombre en el que confié en dos ocasiones, ha demeritado con sus irregulares actuaciones toda la credibilidad, que como sujeto pensante puedo depositar en un líder.  

Para el expresidente la única salida es aumentar la violencia estatal, más represión y añadir unos cuantos miles de muertos; total ni él ni sus hijos o nietos portaran alguna vez el uniforme del glorioso ejército nacional para defendernos de la subversión.

Así resulta fácil juzgar y condenar a las Farc desde la comodidad del congreso, de la casa de Nariño o en su defecto del complejo residencial de la policía en Bogotá.

A la gran mayoría de amigos, conocidos y lectores que cuestionan la injusticia o justicia de perdonar a los integrantes de las Farc, solo los invito a razonar, cuantos litros de sangre se deberán derramar aun, además de responderse así mismo si estarían dispuestos y conformes con incorporarse al ejército para colaborar en la captura y sometimiento de hasta el último integrante de la subversión.

Dejémonos de tanto fariseísmo y enfrentemos la realidad  para tomar la decisión del hasta aquí y hasta ahora, o que continúe este país en la guerra atroz otros cien años más.

Ahora sí que está en manos de los del común aprender a aceptar, apoyar  y comprender como es que se negocia con el enemigo no vencido la paz.

Señores es nuestra decisión intensificamos la guerra o apostémosle a la reconciliación.

2 comentarios:

  1. SOBRE TODO LA DECISIÓN DE LAS PARTES DE NEGOCIAR EN MEDIO DEL CONFLICTO

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  2. Si Alfredo Rangel es Analista y Jaime Granados es un Honorable Abogado, apague y vámonos....

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