lunes, 12 de marzo de 2012

PROYECTOS CON BENEFICIOS CONTROVERTIDOS

Fotografía pagina web alcalde Mayor de Bogotá
Sin duda los recientes hechos de orden público, acontecidos en el departamento del Huila y en Bogotá, auspiciados por la inflexibilidad con que se han tomado algunas determinaciones impopulares, es la razón de la consideración de hoy.

La construcción de la represa del Quimbo, que remonta su historia al año de 2008 en el segundo gobierno de Álvaro Uribe, es una obra, que según reportó Alfredo Molano en marzo de 2009 para el periódico el Espectador, se construye para exportar excedentes de energía, al Ecuador, Centro América y el Caribe; la obra ocasionará el desplazamiento de 800 familias que residen en la zona de inundación además de una amplia lista de efectos ambientales y sociales nocivos, sin más argumento que la confianza inversionista promovida ávidamente por el gobierno anterior y con una justificación manida, sobre la ampliación de las reservas energéticas del país, como lo sostiene el presidente actual.

El segundo suceso relevante puesto de manifiesto en la semana que concluyo, es el creciente caos en la movilidad del transporte público, que subsiste hoy en día en la ciudad de Bogotá.

Desde la alcaldía del señor Enrique Peñalosa, se gestó y desarrolló el proyecto de transporte masivo llamado Trans-Milenio, inaugurado en el diciembre del 2000, que auguraba la solución para el confuso desplazamiento vial dentro de la capital; lamentablemente 11 años mas tarde y como algunos estudiosos de los temas de desarrollo urbano lo habían advertido, el sistema ha venido colapsando por una serie de motivos de los cuales trataré de esbozar algunos.

El mayor problema que adolece el sistema de buses articulados es que su máxima eficiencia está calculada para urbes con poblaciones inferiores a dos millones y medio de habitantes, de ahí en adelante el exceso de viajeros va deteriorando el sincronismo; a mayor flujo de pasajeros crece la lentitud en los abordajes y desembarcos, aumenta el número de articulados en la vía, disminuyendo la velocidad de desplazamiento entre estaciones y obstruye las rutas denominadas expresos.

Pero en Bogotá para acrecentar más los problemas, los señores empresarios del transporte no despachan todos los buses que exige la creciente demanda, por una jugada magistral de los operadores que sacrifican a los usuarios, para obtener mayores ganancias. Así que aparte de que hay demasiados pasajeros, no salen a circulación los buses necesarios para toda esta cantidad de viajeros, ralentizando en mayor escala todo el servicio, anexémosle que las estaciones ya no dan abasto para el flujo de usuarios, por la deficiente planeación inicial de hace 11 años; lo que finalmente ha llevado a los ciudadanos a iniciar protestas y bloqueos que finalizaron con el vandalismo registrado por los medios.

Todo este desorden es el producto de sobrevalorar las bondades del proyecto, que en ciudades como Bogotá, con una alta densidad poblacional, se convierten en la alternativa de suministrar pasajeros a un sistema verdaderamente masivo, como el metro o un tren ligero.

Muchas discusiones se han levantado sobre este asunto, por lo costoso que resulta la construcción de un metro en la actualidad; pero mientras la ciudad se ahoga en sus inmensos problemas de circulación, los políticos oportunistas pescan en medio de las dificultades planteando soluciones superficiales, aplazando la verdadera solución, mientras los ciudadanos del común siguen sufriendo por la lentitud en el desplazamiento y el apiñamiento abusivo en las estaciones y los buses articulados.

No he pretendido dar una charla académica sobre transporte y movilidad; simplemente es esbozar como el oportunismo de políticos y líderes  empresariales, venden planes maquillados con el supuesto beneficio común, que finalmente solo recompensa  a sus gestores tanto públicos como privados a costa del pueblo raso, para ello cuentan con medios periodístico prostituidos que difunden sus engaños y de ciudadanos desinformados que creen ciegamente en todos los decires de estos administradores públicos, que hábilmente confunden al ciudadano y legitiman sus ideas.

No son los desarrollos de los proyectos del Quimbo y de Trans-milenio la causa de los problemas acaecidos, son los enfoques distorsionados sobre los beneficios, y el lucro exagerado para unos pocos los que ocasionan los conflictos.

Los articulados han sido una buena idea, que marcharía medianamente en la actualidad si se respetaran los flujos de buses, se ampliara la cobertura de las estaciones y se desarrollara a la par con la búsqueda de soluciones menos efímeras, para nuestros crecientes aumentos poblacionales.

En cuanto a la producción de energía hidráulica, es obvio que necesitamos del aumento de la capacidad instalada de generación, pero respetando los derechos de los pobladores directamente afectados y favoreciéndolos con verdaderos proyectos de desarrollo alternativo, salud y educación, además de premiarlos con costos de energía ampliamente subsidiada, dado el sacrificio que estas comunidades se ven obligadas a aceptar.

Finalmente raciocinemos sobre como la mala orientación y el desarrollo distorsionado de los grandes proyectos, los convierten en fracasos para el colectivo, ya que terminan generando más violencia e iniquidad como lo podemos comprobar con las protestas realizadas a orillas del rio Magdalena en el Huila y en la capital del país.

3 comentarios:

  1. En el caso de El Quimbo, se sacrificaron las condiciones de vida y trabajo de numerosos habitantes de cinco municipios del Huila, en función de metas nacionales de producción de energía, con la complicidad de la clase política regional y la actitud soberbia del gobierno Nacional, tanto del anterior como del actual. Algunos conocedores del tema hablan de que luego de finalizado el Quimbo se proyectarán otras represas similares en otros puntos del río Magdalena hacia su nacimiento en el sur del Huila. De modo que el río emblemático del país, el Magdalena, se convertirá en una secuencia de represas para la producción de energía eléctrica, lo que alterará sustancialmente las condicions de vida y medioambientales de los huilenses y de los colombianos. Hay otras opciones alternativas a las represas para la producción de energía eléctrica que están siendo desestimadas por el gobierno nacional.

    Juan Carlos Acebedo

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  2. Aquí ocurrió que estos Proyectos, inicialmente de Interés Comunal, se transformaron en los Conejillos de Indias de los Politiqueros de este país, cuya corrupción y deshonestidad no tienen límites....

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  3. Excelente reflexión Armando, creo que son muestra de lo que sucede a nivel nacional,. Saludos.

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