martes, 22 de febrero de 2011

UNIÓN EUROPEA, ONU, OEA, LIGA ÁRABE, MUCHO RUIDO Y POCAS NUECES

SEDE DE LA ONU NEW YORK
Hoy traigo a colación esta frase originaria de William Shakespeare por su obra de teatro etiquetada con este nombre y que en Español significa la decepción que genera algo sobre lo que se guardaban grandes expectativas; que hoy he querido asociar a todos los grandes organismos multilaterales.



Los organismos multilaterales constituidos en su gran mayoría tras el final de la segunda guerra mundial (La ONU remplazo a la sociedad de las Naciones en 1946), han ido cada día mostrando una excesiva burocratización que genera paquidermia e ineficiencia para entrar a resolver conflictos, estabilizar y ayudar a reconstruir países, defender derechos de minorías, hacer respetar el Derecho Internacional Humanitario y lo más execrable al momento de escribir estas líneas, no intervenir a tiempo para evitar la masacre generalizada contra el pueblo Libio por parte del establecimiento en el poder.


UNIÓN EUROPEA
Desde la ineficiencia tremendamente visible en la reconstrucción y recuperación de Haití, los silencios sospechosos en la década de los noventa frente al conflicto de los Balcanes, permitiendo las masacre en Kosovo, la nula actividad en golpes de estado como el de Honduras o en las protestas como la de Venezuela, en donde un grupo de jóvenes estudiantes exigen la presencia de la corte Interamericana de Derechos Humanos. Su escasa operatividad en conflictos no declarados como el Colombiano, me conducen a una total confusión pues cuando uno más repasa sus enunciados para los que fueron creados estas instituciones el contenido estatutario se convierte en letra muerta.


Como muchos asuntos humanos viene la pregunta si aun estas instituciones pueden retornar al camino y filosofía para las que fueros creadas. Los graves asuntos ambientales, de disminución de recursos como el agua, la destinación de alimentos a la industria de combustibles, la desforestación excesiva en los trópicos y la violencia generalizada, no son ya asuntos de los estados sino transnacionales, así a muchos les parezca apocalíptico, las decisiones que no se tomen en esta década con rigurosidad traerán consecuencias poco gratas para la convivencia y supervivencia de la humanidad.


La siguiente pregunta es ¿Permitirán los dueños del poder económico y militar recuperar el tiempo perdido? Hoy leía con desconcierto que el gobierno de Italia le preocupaba el declive de sus operaciones económicas en Libia por culpa de la crisis del país Norte Africano; al señor Berlusconi lo afligía la pérdida de sus negocios particulares en Trípoli, pero para condenar el asesinato de civiles desarmados utilizando armamento pesado militar, la repulsa era escueta.


La pregunta final es ¿En estos casos tan extremos en los que una sociedad entera es inmolada no deberían las Naciones Unidas intervenir expeditamente? Muchos me dirán que se debe mantener el respeto a la no intervención en los asuntos internos de los estados (Artículo 1, numeral 7 de la carta de Naciones Unidas) pero hay situaciones que abogan por una excepción a esta norma. Igualmente los estatutos con que se creó entre 1944 y 1946 deberían ser revisados y modernizados de acuerdo a la evolución de los problemas y nuevos desafíos del orden internacional.


Como siempre queda para la consideración de todos, cuales son los caminos a seguir cuando los excesos y los crímenes de lesa humanidad sobrepasan el legalismo y la indiferencia humana.
  
Anexo editorial de Febrero 23 El País de España 
Les recomiendo leerlo es un complemento a este artículo


1 comentario:

  1. Estoy de acuerdo, más empezando por reconocer cuál es objetivo común que dicen que va trabajar, este parece difuso. Qué tipo de problema, cómo y desde dónde se esta planteando intervenir. Sus objetivos se convirtieron en arrasadoras políticas de aprovechamiento y hasta imposición. Su reflexión final resalta la indiferencia humana, tan peligrosa y letal, incluso permite que los órganos se vuelvan inoperantes al no reflejar sus preocupaciones y menos acciones.

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