martes, 15 de febrero de 2011

BACRIM Y FARC, HIJOS DE LA VIOLENCIA HABITUAL DE COLOMBIA

PRESIDENTE SANTOS, ALMIRANTE CELY
Este comienzo de año ha traído a nuestro conocimiento una triste y brutal realidad, la inseguridad campea por pueblos, villas y ciudades de gran parte de la geografía nacional.


De repente los cantos de sirena de cinco analistas, RCN y Caracol Tv sobre la recuperación de la seguridad se dividen en varios tramos dejándonos ver una realidad cruel; que desde el 2006 ya se veía venir según informa La Silla Vacía, pero que ingenuamente no se le hizo el seguimiento necesario.


Pero el punto que quiero señalar hoy seguramente levantará ampollas y rabietas, pues este no es un análisis de la violencia, para eso hay muchos expertos violentólogos y yo no formo parte de esa élite intelectual.


Nuestra situación actual de violencia demencial no solo es una responsabilidad del general Naranjo, del ministro Vargas Lleras, o del presidente anterior o del actual; también es responsabilidad de todos los Colombianos.


Es una realidad a la que 44 millones de ciudadanos le damos la espalda continuamente, mientras la desgracia no toque a nuestra puerta.


A los primeros que exijo un pronunciamiento claro es a los señores analistas y estudiosos del fenómeno de la violencia que despilfarran millones en simposios y congresos en Santa Marta en el hotel Irotama, sin que nunca formulen una propuesta seria y coherente para posicionar en la conciencia colectiva de la sociedad, el deseo por la convivencia y la paz. A los que despilfarran litros de tinta y de papel, analizando lo obvio y sin proponer de fondo absolutamente nada más que sofismas y frases elaboradas para distraer, ofreciendo cero propuestas y programas para atacar el problema de raíz.


Después que se pronuncien los comandantes de policía y del ejercito de las zonas en donde la violencia ha hecho de nuevo un fortín; a estos señores se les olvidó que se les paga para eso, que no nos vengan con la historia que a grupos de hombres patrullando en motocicletas pueblos y playas en el departamento de Córdoba nadie los notó.


Y finalmente todos nosotros, cada uno de los habitantes de este país ¿Cuál es nuestro aporte a parte de escritos y conversaciones para ayudar a crear el escenario de la paz?


Las Bacrim, las Farc y todas las bandas de bandoleros de este país tienen el mismo origen, campesinos y residentes de pueblos y ciudades de los estratos cero y uno a los que el estado les ha negado toda posibilidad y a los que la ciudadanía también les da la espalda; hijos de la violencia histórica, hijos de desplazados, hijos de padres y madres masacrados a través de la historia republicana y la geografía nacional, hijos del analfabetismo, hijos del hambre e hijos de la intolerancia total.


Si Vargas Lleras y Rodrigo Rivera logran diezmar a las bandas criminales y el almirante Cely logra neutralizar a las Farc, deteniendo o eliminando a Cano y otros del secretariado, no pasaran más de doce meses en que nuevas bandas de bandoleros y guerrillas carentes de ideología, reemplazaran a los antiguos instigadores y ejecutores de la violencia en Colombia; porque en un país que no existe equidad y que a los ciudadanos de a pie les parece aburridor y exclusivo del gobierno tratar en profundidad temas como este que describo hoy, necesariamente estará condenado a vivir en guerra.


¿Y cómo podemos aportar? Sencillo en todas las grandes ciudades existen ONGs y ORGs dedicados con muy pocos recursos a auxiliar a los más desprotegidos que son 20 millones de Colombianos, si los otros 24 millones decidiéramos a colaborar no con dinero pero si con horas de trabajo social o aportando víveres secos o granos para calmar el hambre y la desesperanza de millones, por ahí comenzaríamos a transitar un sendero de verdadera reconciliación al hacernos sensibles y responsables junto al gobierno, militares y policía de la pacificación de nuestra sociedad.


Hernando Gómez Buendía esta semana en el portal Razón Pública, exterioriza una débil señal hacia la paz por parte de las Farc y María Victoria Duque resalta la diferencia sutil que estableció Santos entre las Farc y las Bacrim; pero como lo anote en el párrafo anterior mientras todos no contribuyamos a extinguir la hoguera de la pobreza, el analfabetismo y la iniquidad, ellas serán el combustible para que más grupos de delincuentes o bandoleros o guerrilleros o como se les quiera llamar se integren al conflicto.


Invito a todos los lectores a hacer una contrición y reflexión de cómo puede cada uno aportar en algo concreto para construir el escenario de la reconciliación y la paz.

5 comentarios:

  1. Yo pienso que las FARC hoy en dia son un cartel mas de la droga con alianzas estrechas en México y, que esta fortalecido por el trafico de drogas. Es el cartel mas poderoso de Colombia y maneja el trafico desde dos frentes, por un lado por México con sus aliados saca la droga para Estados Unidos y Canadá y por el otro lado, Brasil y Venezuela manda la droga hacia africa, Sierra Leona y Costa de Marfil de donde se encargan de llevarla por toda Europa hasta Rusia donde tiene unos precios exorbitantes. Al mismo tiempo los enlaces de alla llevan a Colombia los insumos que vienn desde Alemania especialmete. La base de coca ya sabemos que la mayoria la llevan desde Bolivia donde esta la mejor porque es mas pura por la calidad de la hoja a mas de 3,500 metros de altura. Finalmente lo mejor los aliados de las FARC estan, dentro de la clase politica, judicial, periodística y hasta militar porque ellos tienen infiltrados en todas partes. Con esos enemigos es muy difícil cortarle la cabeza a la culebra que todos creen son las FARC "guerrilleros con un fusil camuflado y que estan en el monte". Pues no, estan por todas partes, hasta puede ser su vecino o su gobernate o el que usted cree su amigo.. entretre estos mencionados hay simpatizantes y amigos de las FARC que los han apoyado desde hace mas de 30 años y hoy los vemos con mucho poder dentro de Colombia. Por todo esto no creo en la paz del cartel de las FARC quien deje ese negocio tan bueno y a cambio de que. Que van a hacer con esos guerrilleritos que tienen en el monte que les hacen creer que tienen una causa social o política? No creo en la paz de las FARC y si la hacen Con que costos. Cuantos Ministerios? Cuantos senadores? Y?.....

    ResponderEliminar
  2. Lo importante es que junto con el Plan de Combate contra las FARC, ELN, AUC y Bacrim; vengan Planes de Inversión Social y Justicia Equitativa en las Zonas Recuperadas, que tengan tal magnitud que NO haya ninguna tentación de retornar al camino del crimen.

    ResponderEliminar
  3. Un país que se terminó construyendo en la violencia, ésta fue legitimada y aceptada en muchos círculos. Responsabilidad de aquel que avala la violencia como forma, de la corrupción y degeneración del pensamiento humano, guiado por es facilismo y las ansias de poder.

    ResponderEliminar
  4. si todos los colombianos y las personas que dejan su valiosa opinion expresada, dejaromos de criticar y de lamentarnos. Deberiamos de proponer soluciones serias, y ayudar atos las personas de los extratos cero y uno, educacion y alimento estariamos poniendo u granito de arena y en cierta forma presionar a nuestra clase politica prestar mas atencion y forsarlos a presentar propuestas serias, para dar fin a este conflicto absurdo que tenemos

    ResponderEliminar
  5. Carlos:
    Colocas el acento en el rol de los ciudadanos de a pie- todos nosotros- en el logro de la anhelada paz, en lo cual coincido. Durante el Uribato se intentó reducir el papel de los civiles al siguiente dilema: informantes de la fuerza pública o aliados de la subversión. Los que se pronunciaron contra la prolongación de la guerra y a favor de la solución política, fueron estigmatizados. Se trata de sacudirnos esa camisa de fuerza para entender, como tu lo subrayas, que si las causas profundas del conflicto se remontan a décadas de inequidades sociales y a la pervivencia de una cultura política antidemocrática, las soluciones no seran mágicas ni vendrán solamente de la boca de los fusiles. Nadie dijo que la tarea de alcanzar la paz vaya a ser fácil; pero sólo lo difícil es estimulante, según Lezama Lima. Apoyar la persistente labor de Piedad Córdoba en la búsqueda de la paz, es una de las acciones concretas que podemos realizar los ciudadanos.La otra es poner al desnudo a todos los actores que se benefician de la guerra sin fín y obstaculizan la búsqueda de la paz.
    Juan Carlos Acebedo

    ResponderEliminar