A veces hay ciudadanos del mundo que sorprenden a la humanidad con propuestas filantrópicas de proporciones casi bíblicas y no hablo mas que de el fundador y mayor accionista de Microsoft, señor Bill Gates quien en compañía de otro afamado industrial el señor Warren Bufet han iniciado una campaña para convencer a otros miembros de este exclusivo club de multimillonarios a donar para obras de beneficencia y sostenimiento de instituciones de educación la mitad de sus fortunas. Pero del otro lado vemos a los ejecutivos de los bancos, corredores de bolsa y asesores financieros de Walt Street representados en esencia por Bernard Madoff quienes ha pesar de haber generado la peor recesión en la historia desde 1930 con sus consecuentes perdidas de dinero y quiebras para muchas familias, continúan devengando sus inmensos salarios y bonificaciones sin el más mínimo sentimiento de vergüenza o culpabilidad. Este es el encuadre general que enfrenta la discusión que hoy pretendo ilustrar, la codicia humana versus la filantropía.
¿Cómo nos encontramos en Colombia en el desarrollo de estos 2 tópicos? Como es mas grato y enaltecedor para el espíritu comenzaré por hablar de la situación filantrópica en nuestro país.
Simplemente es claro que hay familias e individuos que se regodean con su altruismo al dar felicidad, trabajo, salud y alimentación a sus conciudadanos mas desfavorecidos, por esto en Colombia se creo COLOMBIA INCLUYENTE, que reune a 7 de las mas grandes fundaciones filantrópicas del país y que son: Fundación Carvajal fundada en 1961; la Fundación Compartir fundada en 1979; la Fundación Restrepo Barco fundada en 1967; la fundación Salariaba Concha fundada en 1973; la fundación Social fundada en 1911; la Fundación Corona fundada en 1963 y la Fundación Ideas para la Paz fundada en 1998. Todas estas sin excepción distribuyen esfuerzos y recursos para mejorar el modus vivendi de la población vulnerable a través de educación, reconstrucción de estructuras, fomento a la equidad, auxilio a discapacitados, practicas de gobernabilidad y de participación ciudadana.
Aun así existen otras pequeñas fundaciones como la fundación MARÍA DE LOS APÓSTOLES, dirigida por las monjas del divino Salvador, cuya labor con madres gestantes habitantes de los barrios de la ladera de Cali, comprende atención en profilaxis, control prenatal, asistencia a los neonatos hasta llegar a las primeras instancias de la infancia y talleres educativos y artesanales para las jóvenes madres. ¿Se preguntaran porque tanta explicación que da este escritor de esta fundación? La respuesta sencilla es que las organizaciones agrupadas en Colombia Incluyente tienen el fuertísimo respaldo de las empresas y compañías de las que sus fundadores son dueños.
MARÍA DE LOS APÓSTOLES es una fundación muy pequeña que sobrevive con lo mínimo sin ningún apoyo estatal o privado a gran escala y como este blog pregona la participación ciudadana, he aquí una invitación señores lectores a contribuir de manera gradual en ayudar a las pequeñas fundaciones y así demostrar que la clase media también puede ayudar a combatir ese flagelo que es la pobreza y la exclusión social. Recomiendo que la participación no solo sea con dinero, también puede ser con mercados que incluyan los libros en educacion y cuidado de la primera infancia, comida, pañales y cualesquier utensilio que sirva para el desarrollo normal y saludable de los neonatos y sus jóvenes madres, aparte de la intervención convirtiéndose en maestros de artes y oficios que ayudaran a que estas madres se instruyan y progresen para su propio bien y el de sus entorno familiar. No quiero dejar de comentar que en el país existen muchas otra fundaciones que de alguna manera ayudan a apañar esta calamidad, como la fundación Telefónica que se dedica a apoyar la educación de los niños de los estratos mas desposeídos; la fundación Propal que mejora la calidad de vida en las aéreas de influencia de la empresa; la fundación Ecopetrol para el Desarrollo del Magdalena Medio que genera procesos de formación integral gestión social y empresarial.
Finalmente les vuelvo a recordar cuan importante es compartir y tomar parte en las soluciones que benefician a la población mas vulnerable porque así señores se siembra la semilla que nos puede llevar a la tan anhelada paz.
Sin embargo se ha quedado en el tintero la discusión sobre el otro elemento de este tratado y es la codicia en Colombia; aquí también el sector financiero no ha sido precisamente muy dado a contribuir pues ¿Cómo se puede uno explicar? que en el año 2009 con un crecimiento del PIB real de solo el 0.36% Según cifras del banco de la República, el sector financiero obtuvo utilidades por cerca de 8.49 Billones de pesos, de los cuales al sector de bancos, cooperativas y compañías de financiamiento comercial le corresponden 5.47 Billones con un crecimiento para todo el sector del 12.6% frente al 2008, no quiero caer en el exceso de criticar sin fundamento, pero creo que estas cifras hablan por si solas, así que quedan para el razonamiento y el juicio de cada uno.
De otro lado la tan criticada corrupción se lleva cerca de 4 o 5 Billones de pesos del presupuesto anual de la nación, que va a parar a manos de inescrupulosos que creen que los elementos del bien común son para su beneficio personal y el de sus familias, olvidando por completo que al descuadrar las finanzas publicas siembran mas inequidad, abono de nuestra gran desigualdad y violencia nacional. Seguramente podría detallar con mucha mas precisión los excesos de la codicia humana aquí en Colombia, pero esta disertación solo trata de ilustrar asuntos para que en conciencia y en soledad cada uno de nosotros decida de que lado quiere estar y así contribuir un poco en la consecución de la paz y el equilibrio social.
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