viernes, 31 de octubre de 2014

PENOSAS SIMILITUDES


Aeropuerto Castellón

Foto Aerocas.com
Resulta poco honroso y bastante insatisfactorio descubrir que el manejo político, económico y de beneficios comunes orientado por el liderato español, cada día se asemeja con mayor condición al colombiano. La corrupción, el despilfarro, la improvisación, la escaza planeación o la desconexión con los gobernados hacen carrera aquí y allá.

En España un nuevo y amplio caso de corrupción golpea las estructuras del partido popular, con varias decenas de altos cargos implicados. Aun así sus máximos líderes continúan como si nada o pretenden justificar o hasta defender la actuación de varios de sus subordinados.

Mientras tanto en nuestro país día tras día se denuncian nuevos y escandaloso casos de desidia y corrupción, pero los responsable en su mayoría escapan con escasas probabilidades de ser condenados y obligados a resarcir los daños causado al erario público. Además algunos de los que han sido condenados por multimillonarios defraudaciones al estado, reciben penas irrisorias; casi como si se pretendiera sugerir con esta subliminal lectura, que quienes desfalcan al estado reciben penas minúsculas frente a sus descomunales saqueos, así que resulta negocio realizar estos fraudes contra el peculio público. Pero parecer ser que en España los jueces y sus leyes también premian con pequeñas penas a los desfalcadores del estado. Además las multas y embargos a sus fortunas mal habidas se evaden con singulares trampas al sistema judicial en ambos lados del Atlántico.

Pero no solo en el tema de la moral pública nos asemejamos, cada día con mayor ahínco en muchas otras situaciones de la administración del estado nos equiparamos. La crisis del Ébola presento a una ministra de sanidad española desubicada en conjunto con sus inmediatos colaboradores. El desconocimiento del manejo de dolencias tan contagiosas y mortales evidenció la improvisación, la desatención de las medidas sanitarias de contención y la subestimación de un problema de salud pública que afortunadamente no se multiplico; mas por la suerte que por el manejo preventivo, puesto que la enfermera involucrada en el contagio tuvo tiempo de infectar a las personas del entorno cercano.

En Colombia mientras tanto el dengue, la vacuna del papiloma humano o el virus Chikunguya ponen al sistema de salud en apuros. No quisiera imaginar que pasaría si hubiese que manejar un paciente con Ébola.

Pero la lista de acontecimientos con resultados parecidos no termina aquí.

La sinfonía de obras inconclusas o de uso inicuo como resultado de la inversión engañosa de las regalías petroleras en Colombia, compite con la feria de obras innecesarias o extravagantes construidas en España a crédito, cuando era la época de las vacas gordas y el crédito infinito. Hay un aeropuerto en Castellón sin uso como mudo testigo de ello.


Pero la semejanza más escandalosa es el cinismo y la desfachatez de los políticos a ambos lados del atlántico cuando asumen sus delitos y despilfarros con natural desvergüenza o también cuando intentan protegerse entre todos justificando las malas inversiones y planeaciones con el dinero de los contribuyentes.

Las justificaciones a sus pecados van desde la persecución política hasta señalar culpables en todas las dependencias subalternas.

Hasta cuando seguiremos inermes los ciudadanos soportando todas estas fechorías, sin que protestemos para que se le ponga un freno a tanto abuso y contención a los ataques contra los recursos de todos. Cada uno medite su respuesta.

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