lunes, 6 de mayo de 2013

DEBILIDAD Y PASIVIDAD



Fotografía Sitio Web CUT.org.co 
Marchas de Trabajadores
Congestionadas marchas del 1 de mayo reclamando derechos perdidos o demandando legítimas retribuciones salariales y pensionales, colmaron calles y plazas en muchas ciudades del mundo con motivo del día internacional del trabajo, caminatas salpicadas con algunas escaramuzas y adornadas con discursos enardecidos, elaborados por fogosos caballeros que caducan como líderes al no obtener resultados concretos.

España con cerca de 6 millones de desempleados colmó sus ciudades de caminantes protestando ante el cinismo de un fracasado Mariano Rajoy, conductor de las políticas económicas y sociales mas erráticas de toda su historia moderna, este hábil político no teme a sus detractores ni a sus electores y además no posee vergüenza ante la desesperanza y el agobio al que ha sometido a todos estos desdichados de tal manera que las marchas no lo intimidan.

Colombia estado inequitativo por costumbre instaurada desde su fundación y conducido con la incompetente teoría neo-liberal sin asomo de cambios, marchó con múltiples muestras de protesta, en busca de las reivindicaciones salariales y de seguridad social integral, pero al igual que en España la pasividad ciudadana y la falta de perseverancia de los dirigentes obreros, no facilita que las justas reclamaciones expuestas durante las caminatas trasciendan y se enfoquen en verdaderas soluciones negociadas con el estado y los empleadores.

Siempre me he cuestionado porqué somos tan débiles de carácter ante los innumerables problemas comunitarios que deterioran nuestra calidad de vida, además de cuál es la causa para que el grueso de la opinión pública  no se motive ni aún para escribir una nota de protesta, acompañar una caminata, realizar un plantón, apagar el teléfono móvil y menos apoyar una desobediencia civil.

Si como sociedad civil no manifestamos nuestra inconformidad contra los desmanes adjudicados al estado y nuestros dirigentes, entonces para que nos lamentamos en todas nuestras actividades sociales; a todo momento clamamos por el elevado costo de los combustibles  que crece cada mes, por las aberrantes prácticas corruptas que día a día resplandecen con mayor actividad además de reclamar por los abusos autoritarios del procurador, por los excesos verbales de Uribe, por la deslealtad de Santos ante promesas de su campaña, por la pusilanimidad de alcaldes y gobernadores que administran los recursos para satisfacer a sus aportantes financieros y padrinos políticos; pero de ahí no trascendemos,  evitándonos así con ello el consabido esfuerzo de proteger el bien común, que aún no comprendemos es la propiedad colectiva, que al ser despilfarrada genera una pérdida financiera para todos.

Pocos colectivos tienen el valor de reclamar con vehemencia sus derechos y de exigir a sus líderes por los deberes cumplidos a cabalidad, como si ocurre entre algunos de los pueblos árabes; pareciese que es una postura común en occidente, arrepentirnos  y contrariarnos  por los hechos acaecidos, sin asumir la responsabilidad de enfrentarnos ante las conductas indebidas o la inmoralidad en la gestión de los recursos públicos.

Elección de funcionarios con conductas polutas en Colombia, desahucios viles en España y Estados Unidos, desalojos y desplazamiento violentos por el control de la tierra en Colombia, abusos de la fuerza pública por toda Latinoamérica, inoperancia del sistema policivo y judicial mexicano ante la inaudita violencia de la mafia de ese país en contra de los periodistas y sus familias; son todos acontecimientos que forman parte de un interminable rosario de acciones innobles, que leemos o seguimos por la televisión despreocupadamente mientras no nos atañen dichos asuntos.   

Débiles y pasivos, es ahí en donde radica nuestra incomprensión del esfuerzo comunitario, solos somos totalmente frágiles, unidos podemos ser muy persuasivos y convincentes.

La decisión correcta está en nuestras manos, no más lloriqueos cobardes, se requiere solo de actitud luchadora ante lo aparentemente imbatible, puesto que todo problema es franqueable.

No hay comentarios:

Publicar un comentario