martes, 16 de octubre de 2012

BUSCANDO EL CONSENSO


Fotografía www.nobelprize.org/
Quizás una de las acciones humanas mas ardua, es la consecución de acuerdos fruto del consentimiento entre los miembros de una comunidad, colectivo o sociedad.

Y de esta premisa parte una gran infinidad de situaciones y acontecimientos en nuestra aldea global, que son causa de álgidas controversias, conflictos internos o hasta de confrontaciones bélicas internacionales; motivados todos estos hechos en esa gran dificultad de establecer acuerdos perennes entre las partes antagónicas o a veces hasta alcanzarlos entre grupos u organizaciones afines.

Y solo es escrudiñar un poco entre las historias noticiosas del día a día para encontrar ejemplos por toda la geografía global.

Desde las controversias que se originan a partir de informaciones de carácter favorable, como la notificación de otorgar el premio nobel de paz 2012 a la Unión Europea, polémica que juzga si esta institución goza de los méritos necesarios para alcanzar este reconocimiento; hasta discusiones bizantinas como la recientemente acaecida en mi ciudad natal, en donde se ha establecido todo un debate sobre que autoridad civil administrativa es la responsable de sufragar el importe y ejecutar la instalación del alumbrado conmemorativo de las fiestas decembrinas.

En síntesis los conglomerados humanos encuentran toda suerte de sutiles justificaciones para debatir y disputarse responsabilidades, acreditaciones, merecimientos y ejecuciones en cualquier materia.

¿Por qué es tan difícil conciliar las diferentes posturas humanas sobre un mismo concepto?

¿Es parte de nuestra intrínseca naturaleza tal vez?

Como es posible que prefiramos afrontar situaciones de incertidumbre, pobreza, congoja, conflicto, humillación o destierro, antes que procurar establecer materias de entendimiento y reconciliación.

Cuando leo las posiciones tan distantes entre la subversión y la sociedad colombiana representada en su gobierno, valoro al menos el esfuerzo y la intención de nuevamente sentarse a discutir sobre los diferentes puntos de vista de como se debe administrar el país y sus recursos, a pesar de las radicales posturas ideológicas que deben ser concertadas para propugnar unos acuerdos que determinen el fin de las hostilidades.

Así que me resulta inaudito que los ciudadanos de Europa cuestionen al comité nobel de paz, por procurar con el premio del 2012 en darle oxigeno y base a la desprestigiada hoy en día estructura política y económica que ha consolidado la estabilidad del viejo continente a  partir del tratado de Roma de 1957, y cuyos efectos prácticos se percibe con la disminución de conflictos desde 1945 hasta la actualidad, con la notable excepción del enfrentamiento en los Balcanes acontecido en la década de los 90s.

Esta estabilidad política, militar y económica del continente ha suavizado nacionalismos, ha eliminado viejas disputas territoriales, ha anestesiado intereses separatistas, así en este momento por la vía del referéndum los ciudadanos en Cataluña en noviembre próximo y en Escocia en el 2014 evalúen en las urnas las posible escinsiones de sus respectivos estados actuales, todo dentro de un marco jurídico conveniente para todas las partes.

Por todo esto creo que de manera sensata líderes políticos, religiosos, militares y financieros, deberían comprender que el único camino que le va quedando a la humanidad para la preservación propia y el amparo del ecosistema, se basa en instruirse cada día mas en la razonable manera de constituir consenso, por muy extremas que sean las diferencias, y con esto extrapolar el ejemplo a todo el entorno social.

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