viernes, 11 de octubre de 2013

EL DILEMA DE LA PAZ


REELECCIÓN, DERECHA O TERCERIA

Humberto de la Calle jefe de negociadores de paz
Fotografía web de la presidencia de Colombia
Los ciudadanos colombianos nos encontramos ante complejas disyuntivas que desde este mes de octubre motivarán debates y controversias, promoviendo profundos cuestionamientos y atrayendo mucha tensión sobre el próximo proceso electoral, en el que elegiremos presidente de la nación.

El mayor dilema gira en torno al desarrollo de los diálogos con las Farc en la Habana, se deben posponer o continuar, mientras se desenvuelve el proceso electoral; además si se mantienen, habrá que favorecer al candidato presidente o por el contrario apoyar a su mayor contradictor Álvaro Uribe y su candidato del Centro Democrático.

Nuevamente la guerrilla colombiana es el protagonista de primera línea del proceso electoral, como ocurrió en la elección de Pastrana y luego en la de su sucesor Uribe.

Mientras tanto el sentimiento político de los ciudadanos se extrema, entre quienes quieren una solución militar y los que consideran que solo a través de la mesa de negociación, habrá una solución al extenso conflicto del país. Esta polarización entre las ideas de Santos y del candidato que surja del partido de extrema derecha que impulsa Uribe, abren la probabilidad a que una candidatura de un tercer partido aparezca y luche, por obtener el favor ciudadano, en la búsqueda de la primera magistratura del país.

De ahí que la reciente alianza establecida entre el partido verde y los Progresistas de Antonio Navarro y Petro, impulsan una nueva alternativa, en la que se aplicarían ideas y opciones en la conducción política en general más centradas y acompasadas a las necesidades de esta nación anarquizada, por las bandas criminales emanadas del seno de las autodefensas y de los carteles del narcotráfico.

Es claro que este nuevo equipo se la jugará por el proceso de paz, pues son conocedores de primera mano que es la lucha política mas no la armada, la única salida a los densos problemas que asolan a la sociedad colombiana, por ello impulsarán concluir con éxito este proceso de negociación, con el plus adicional de aplicar en la política interna un aumento al humanismo, que nuestro actual gobernante es incapaz de emplear, haciendo ellos primar el interés general sobre el de las pequeñas camarillas que han manipulado el poder y se han lucrado desmesuradamente.

Ahora si se impone la preferencia por el candidato presidente, es manifiesto que la actual agenda política sobre la paz continuará sin alteraciones y la conducción económica igualmente no sufrirá amplios cambios, puesto que el modelo neoliberal es el mismo que se aplica en el país inalterablemente en las últimas 10 administraciones a partir de Misael Pastrana Borrero.

Pero si es el extremo conservadurismo ideológico del Centro Democrático el que logra calar en el electorado, con su propuesta de modificar radicalmente la agenda de paz o eliminar los diálogos y suplirlos por la respuesta bélica, evidentemente retornaremos a episodios de violencia y de guerra inverosímiles, como consecuencia que la guerrilla pretenderá acorralar al gobernante elegido bajo la bandera del partido de Uribe, para obligarlo a retornar a una mesa de negociación, con la evidente solución que utilizan los gobiernos de línea dura, que certeramente aplicará la respuesta militar, con el acostumbrado resultado de muertes por doquier, mutilaciones, secuestros, desapariciones forzosas y demás violaciones al derecho internacional humanitario, aplicadas por parte y parte.

Que nadie se llame a engaño, pero si presionamos a ir a la guerra frontal, habrá un recrudecimiento de la crueldad en este conflicto fratricida en el que nos estancaremos por quien sabe cuántas décadas más.     

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