miércoles, 6 de marzo de 2013

SÍNTOMAS DE DESASOSIEGO



 
Juan Manuel Santos
Foto Web d ela presidencia de Colombia
OCASO DE UNA REELECCIÓN

Curiosamente pocas veces en mis escritos me refiero de manera particular a los arduos problemas sociales y económicos por los que atravesamos el grueso de la población colombiana, pero indiscutiblemente Juan Manuel Santos y su cúpula ministerial parecen gobernar usando un criterio para un país sin los grandes sobresaltos además de las escandalosas diferencias financieras y sociales que sobrellevamos en la nación, extenuando el ingreso y doblegando el ánimo del pueblo en general.

Los paros acaecidos por estos días, que son fenómenos inusuales entre esta población dócil y subyugada,  configuran una temprana alarma de aviso para el obnubilado mandatario, que presa de su obsesión de alcanzar la paz con la guerrilla, descuida el buen manejo de las principales variables económicas que afectan indiscriminadamente a  la población.

Los precios de los combustibles que se escalan profusamente a lo menos cada 2 meses, a pesar de Colombia exportar 900 mil barriles mensuales de petróleo son un sustancial motivo de desbarajuste en los presupuestos familiares.

Pero es el agro de la nación el que está viviendo una de sus épocas más sombrías, gracias a la mala planificación y a la asesoría deficiente que procuran las entidades encargadas, representando en el caso de la caficultura con un deterioro progresivo en la competitividad en las fincas por la baja optimización del cultivo y de la producción del grano, que con renovado apoyo técnico alcanzaría nuevamente los niveles para permitirle otra vez  ser uno de los motores del ingreso y la ocupación en el país.

Para conocer en profundidad sobre este diagnóstico del cultivo y penurias del café, los invito a leer al señor Juan José Perfetti en el portal de Razón Publica.com.

Para el resto del sector agrícola la revaluación y los acuerdos de libre comercio deficientemente negociados, han dejado al sector inerme ante los subsidios y subvenciones otorgados por los gobiernos municipales, estatales o nacionales de las diferentes países con los que se han establecido estos acuerdos como Canadá y USA.

Igualmente para nuestro sinsabor, las directrices económicas de Colombia están diseñadas para enriquecer aun más  a la minoría  que lo ha gobernado desde hace 200 años además de algunos que han logrado escalar hasta ahí, dejando los remanentes para el 99% restante.

Concebirlo de otra manera resulta ingenuo, de ahí que los actuales episodios no son mas que el efecto de aplicar políticas neoliberales con rigor y sin la contemplación de cuánto daño le pueden ocasionar a la estabilidad social, pues no nos engañemos pero estas explosiones colectivas son el preámbulo de un descontento que día a día se acumula sin válvula de salida, a pesar que las soluciones están diagnosticadas y establecidas, sin embargo no se aplican por el simple desinterés o por no confrontar a los miembros con mayor arraigo conservador del notariado criollo.

Todo ello conlleva a enrarecer  el comportamiento político del país, abriendo espacios a propuestas populistas de derecha o izquierda.

El fenómeno Chávez, no es tan inverosímil que se replique acá en nuestra nación como consecuencia de una mezcla de populismo y de aplicar políticas para aminorar la inequidad, de la que el país es un indiscutible ejemplo como lo certifica el pésimo desempeño con el índice de Gini.  

Mi participación de hoy es simplemente para recordar que un populismo de izquierda o de derecha no será la solución para nuestros densos problemas, por lo que anhelo que nuestros presumidos gobernantes, sus asesores, los líderes financieros, industriales y agroindustriales, reflexionen sobre cómo sus decisiones  codiciosas provocan en el colombiano promedio, el deseo de ensayar con alternativas de comprometido resultado y con un pronóstico de mediana implementación.

Venezuela abrazó el socialismo de Chávez por los excesos de una dirigencia embriagada, que no se dio cuenta a tiempo de que los abusos pervertían la estabilidad de los partidos políticos tradicionales y ese fenómeno está haciendo carrera en Colombia, aún estamos muy a tiempo de enmendar; si Juan Manuel Santos quiere reelección deberá tomar medidas sociales más arriesgadas que su plan de paz con la insurgencia; ojalá tenga la suficiente sabiduría para interpretar el desasosiego social por el que atraviesa el país y corrija el rumbo de su gobierno.

1 comentario:

  1. LOS INTERESES DE UNOS Y OTROS NO PERMITEN LLEGAR A ACUERDOS ,TOCA QUE ESPERAR COMO SE DESARROLLAN LAS COSAS

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