martes, 5 de febrero de 2013

LA INFALIBILIDAD GUBERNAMENTAL


Fotografía Cali.gov.co
Hundimiento Av Colombia en Cali

¿Se equivocan los gobernantes en la elección de decisiones? O sus errores son simplemente pequeñas confusiones ocasionadas por la extrema presión y las responsabilidades en el ejercicio de sus funciones.

Porqué se realizan obras descomunales que se convierten en inmensos sifones recolectores de los recursos públicos por su inoperancia, ineficiencia o simplemente por quedar inacabadas, quedando en este estado por siempre.  

Pero la cadena de desaciertos no se limita a la ejecución de obras civiles, también se incluyen decretos, resoluciones, fallos judiciales que son parte de esta serie de determinaciones incorrectas que le cuestan al erario público millones de pesos, euros o dólares, por cuenta de las demandas y reclamaciones.

Desdichadamente en todas las latitudes y estilos de gobierno acontecen muchos de estas inexactitudes, en las que finalmente resultan como los mayores perjudicados económicamente, los ciudadanos del común.

En Colombia ha sido célebre el descuido en grado superlativo en el control e interventoría de las obras de infraestructura, túneles, puentes elevados, carreteras principales o secundarias, hundimientos, aeropuertos, dragados de puertos y demás otras obras de dimensiones  colosales,  determinando con todo ello a que aparezcan errores de diseño o de construcción obligando con el paso de los días a elaborar reformas a los planteamientos originales y en consecuencia elevando sus costes de manera extrema.

Un ejemplo clásico de esta sinfonía de malas planeaciones es la obra del hundimiento de la avenida Colombia en Cali, con una extensión de 700 metros este túnel de 4 carriles, que oculta la vía por la que transitan vehículos automotores, permitiendo en su superficie el tránsito peatonal y del masivo integral de transporte, presenta hasta ahora ya un atraso de un año en su ejecución y entrega   por causa de la hábil manipulación ejercida por un pequeño grupo de arquitectos y arqueólogos con el argumento de extraer unos supuestos vestigios antiguos, cuya datación no excede los 200 años; de manera increíble un montón de destartalados utensilios domésticos rotos en su totalidad pertenecientes a la segunda mitad del siglo 18 y del siglo 19, además de los estribos de un viejo puente sobre el rio titular que emerge paralelo al hundimiento, lograron ser el argumento para detener totalmente la obra por espacio de un año ocasionando un desborde en el costo de construcción como consecuencia de los justos pagos adicionales que ha recibido el contratista por el atraso injustificado del cronograma de obra y que no es responsabilidad del constructor, complementariamente a este despilfarro por la demora, la recuperación de los famosos vestigios históricos significó un desembolso adicional por encima de los  600 millones de pesos, ocasionándole más costos a la obra.

De otro lado el profesor y magister en salud pública de la universidad del Valle sr Hugo Hurtado Gutiérrez, lanzó recientemente una grave denuncia sobre la contaminación con mercurio en altos niveles, de una fuente de agua de uno de los acueductos locales; problema que ha sido obviado por nuestro mediocre alcalde y por el gerente interventor de la empresa prestadora del servicio de acueducto.

¿Cuánto irá a costar en términos de atención en salud, el paulatino envenenamiento que estamos sufriendo al menos 600 mil caleños con este grave inconveniente de contaminación química?
¿Resistirá en el futuro el sistema público de salud de la ciudad, si se desborda la demanda de servicios por la intoxicación masiva de ciudadanos?

Porque no se han comenzado a tomar las medidas de prevención necesarias para el tratamiento del agua potabilizada o habrá que esperar a alguna clara manifestación de una pandemia para que las autoridades asuman su responsabilidad.

La sociedad Mexicana ha elegido nuevamente a un candidato del demagogo partido PRI después de 12 años de haberse mantenido alejado del gobierno y tras una hegemonía de 70 años en el poder. El PRI es un partido que no se ha distinguido por sus prácticas trasparentes y muchos de sus altos dirigentes han terminado con severas investigaciones y señalamientos como se rememora con los hermanos del ex presidente Salinas de Gotari quienes estuvieron vinculados a procesos judiciales.

La esperanza de los mexicanos está fundada en que Enrique Peña Nieto nuevo presidente y líder del PRI, restablezca algo de la tranquilidad perdida en la guerra que los carteles mafiosos han impuesto a todo aquel que los critique, sindique o investigue, llevando al estado a una crisis de violencia sin precedentes ante la que su antecesor Felipe Calderon Hinojosa perdió sin atenuantes.

Ya han pasado 65 días desde la posesión del nuevo presidente y la situación de seguridad no mejora, la abundancia de masacres y la desaparición de personas no disminuye un ápice; razonemos cuanto le costará al sufrido pueblo mexicano la resurrección del despótico PRI, acostumbrado a gobernar en base al populismo extremo y en contubernio con todos los actores sociales legales o no; por lo pronto se estima que la violencia, la desaparición forzosa, los homicidios de policías, jueces periodistas y hasta de  blogueros no disminuirá, empujando más al estado legalmente constituido en episodios de ingobernabilidad en muchas de las ciudades y territorios distantes del poderoso DF.

El reelecto primer ministro de Israel Benjamin Netanyahu, a pesar de haber disminuido su base de electores y de representantes parlamentarios afines a su ideología, continua con su sociópata idea de eliminar de manera violenta la supuesta amenaza iraní, agregándole nuevos ingredientes ahora, provocando al gobierno sirio al bombardear instalaciones militares de este país con el pueril argumento del traspaso de armas a la milicia libanesa de Hezbolá; todas estas incursiones actuales y futuras arrojan la probabilidad de ocasionar muchas muertes civiles en Israel, al menos 10 mil habitantes según cálculos del ministerio encargado, como resultado de la respuesta armada que efectuaran las naciones atacadas sin provocación, que sin duda se defenderán, el cruel primer ministro Netanyahu subestima el número y considera como necesario el sacrifico de sus conciudadanos para así mantener la conservación y supremacía del estado hebreo. Tan fácil que es hablar de muertes y sacrificios, cuando no se tratan de sus familiares cercanos y colaboradores, habrá que preguntarles a los ciudadanos del común en Israel si desean ser o tener familiares entre los 10 mil sacrificados que necesita el líder para culminar sus acciones.

Se hace patente con estos hechos citados que no hay decisiones infalibles y menos que los lideres posean el don para nunca errar; mas vale si, nos encontramos a diario con descomunales equivocaciones, cuyos resultados y correcciones son costosas en dinero, vidas y tranquilidad ciudadana; lo que nos enseña a no creer en tantas premisas, promesas y resoluciones justificadas en la presunción de la infalibilidad de los líderes que las exponen.         

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