Mohammad Morsy presidente Egipcio |
Fotografía pagina servicos de informacion del estado Egipcio
En
el ejercicio de la política internacional, la administración pública nacional o
privada y en las prácticas del buen gobierno, es común tener que exponerse a
proponer y promover procesos, proyectos y acciones que entrañan diferentes
niveles de riesgo, provocando éxitos o fracasos estruendosos.
Por
ejemplo, hoy en día en Europa ningún economista puede pretender garantizar con
seguridad que Grecia no saldrá finalmente de la comunidad del Euro, o en su
defecto establecer con absoluta convicción que la moneda única sobrevivirá a
los embates de la actual crisis de confianza, y por ello es el motivo para elaborar
profundos estudios, análisis y arriesgadas maniobras por parte de bancos y
grandes corporaciones, que anteponiéndose a un agravamiento de la crisis,
prefieren mantener grandes sumas de efectivo en euros en sus tesorerías,
soportando altos riesgos de seguridad o en su defecto trasladando todos sus
beneficios a dólares o inversiones sujetas a esta moneda, todo para proteger
hasta donde sea posible la fortaleza de casas matrices y filiales en caso de
que el euro llegue a colapsar.
Todo
este esfuerzo económico, implica afrontar contingencias al tener que proteger
millones de euros fuera del sistema bancario tradicional, o perder altos volúmenes
de rendimientos al tener que invertir en alternativas de muy bajo riesgo, pero
igualmente de mínima o nula rentabilidad.
De
igual manera la firma y aplicación por parte de nuestro país de los nuevos
tratados de libre comercio, implica afrontar inmensos escollos, gracias a
nuestra tropical manera de enfocar y fomentar el progreso vial, aeroportuario y
portuario que en la actualidad se encuentra subdesarrollado, a ello anexemos
nuestra debilidad técnica, nuestra deficiente o nula política de subsidios
agrícolas, además de la visión económica cortoplacista, produciendo el resultado
que observamos como con el ejemplo del TLC con Canadá, en el que nuestras
exportaciones continúan casi estáticas, mientras las importaciones desde esa
nación crecen hasta en un 30%, luego de un año en vigencia de dicho tratado,
con un evidente menoscabo del área agropecuaria, renglón económico al que las estadísticas
ya muestran en franca desventaja frente a los procesos canadienses.
Es
evidente que el país se enfrenta a contingencias delicadas, pero ese es el valor a pagar por no quedarnos fuera de la
integración mundial, y del modelo actual de desarrollo económico globalizado,
pues de lo contrario nos quedaríamos a la saga del progreso y de la evolución tecnológica,
aunque se requiere de establecer mejores salvaguardas para proteger diferentes áreas
económicas que son débiles e invertir con más confianza en aquellos procesos
agropecuarios, industriales y agroindustriales en los que conocemos que tenemos buenas
oportunidades de conquistar los mercados foráneos.
Otra
jugada con una alta dosis de incertidumbre, es el movimiento geopolítico que
Estados Unidos y la OTAN han empleado en el medio oriente, con el desarrollo de
la primavera árabe, al intentar promover el modelo de democracia occidental en
esa zona, los cálculos ya han comenzado a fallar, Egipto otrora pivote de
occidente e Israel en esa convulsionada región, ya ha comenzado a desprenderse
de sus antiguos compromisos al iniciar una normalización de relaciones con la
republica de Irán, suspendidos desde la revolución de 1979, este movimiento es
sumamente inoportuno para la pretensión intervencionista judía en contra de la
nación islámica y su programa de desarrollo nuclear; pues ahora vaticinar cual
será la aptitud que asumirá Egipto frente a Israel si esta nación decide
ejecutar su aventura bélica contra los persas, es de pronóstico impredecible,
postura que hubiese sido favorable o neutral de haber continuado Mubarak o un
sucesor de su misma línea en el poder.
Así
que la apuesta por la democracia con una línea favorable a occidente e Israel, comienza
a resquebrajarse ya.
Cerraré
evaluando de manera leve, la aventura a la que se lanza Juan Manuel Santos, al
procurar iniciar un proceso de paz con las Farc; es evidente que esa fórmula se
debe emprender, el conflicto colombiano no tiene solución exitosa total por la vía militar, ahora los extremos de
izquierda y derecha extrema entorpecerán el desarrollo de estos acercamientos
de paz, para así poder continuar disfrutando y ejecutando el recurso de
la expropiación violenta de la tierra, la producción y exportación de narcóticos y
el manejo general de la violencia para afianzar los intereses y fines del
conventículo de los 2 extremos ideológicos.
Por
esta razón este trámite tendrá avances tardos, eludiendo los muchos
inconvenientes que obstaculizarán su camino, dificultando llegar un final feliz.
El
riesgo político, geopolítico y económico, abarca incontables variantes e improvisaciones,
que impiden apreciar con certeza los resultados beneficiosos o desastrosos para
quienes en el incurren; por ello de los acontecimientos narrados hoy,
escucharemos aun otros resultados y consecuencias para la sociedad.
Para que algún proyecto tenga algo de éxito, debe proyectarse a largo plazo, del resto, será otro oropel....
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