Evaluar
y calificar problemas, pronunciamientos, ejecuciones y hasta la promulgación de
leyes son tareas que cautivan, debido a que del análisis de ellos se pueden
entrever el carácter y los intereses de los hombres que los proponen y
promulgan.
Cual
es el interés del gobierno nacional en debatir por meses una reforma a la
justicia, que lucía imperfecta desde sus inicios, y que en el camino se llenó
de vericuetos nefastos.
¿Será
recuperar expeditamente el dinero de los banqueros, o acaso promover la laxitud
de las investigaciones para todos los aforados e incluir a otros funcionarios
en esta categoría, o quizás beneficiar a los altos magistrados con prebendas
para negociar la favorabilidad en la revisión de nuevas leyes y normas?
¿Por
qué motivo el alcalde de Cali se obsesiona con cancelar todos los proyectos
importantes con beneficio social para los desfavorecidos, o intenta vender el escaso
patrimonio común cultural y además ejerce una administración ciega, muda y
sorda, de espaldas al electorado de la ciudad que lo escogió?
Posiblemente
no le interesa oír a sus electores o tal vez es insensible a dotar con obras públicas
de envergadura a los estratos bajos, pues considera que los pobres siempre serán
pobres y por ello no se justifican grandes esfuerzos.
¿Hasta
cuando el liderazgo vallecaucano político y empresarial, insistirá promoviendo
a políticos con capacitación educativa deficiente, pero excelente leguleyos que
regirán los destinos regionales de manera desacertada, limitándose a distribuir
la burocracia entre las facciones políticas que los secundan y las obras y
contratos entre los aportantes económicos que los avalan?
Porque
Mariano Rajoy insiste en ocultar la gravedad de las finanzas españolas, con la
miope idea de que puede engañar a los mercados, olvidando que existen muchas
maneras de investigar y evaluar los problemas de la economía publica y privada
del estado Español; aun es mas resulta infantil suponer que su torpe silencio y
las pocas explicaciones del ministro de finanzas podrán transmitir seguridad a
los mercados y contrariamente si suscitan muchas dudas en la capacidad
gerencial de quien maneja los destinos del país Ibérico.
Para
que Barack Obama y su contrincante Mitt Romey realizan maniobras para
congraciarse con los votantes latinos en los temas migratorios, si
invariablemente desde al menos hace 12 años demócratas y republicanos no
precisan mayor interés en resolver el estatus migratorio de millones de
indocumentados en los Estados Unidos.
Simplemente
demagogia e interés electoral para asegurar el apoyo latino a la causa de cada
uno.
¿Llegarán
los países del Euro a tomar las medidas políticas pertinentes para darle el respaldo real a su moneda única?
Decisiones
que implican para los líderes nacionales ceder poder y jurisdicción sobre los
manejos presupuestales, fiscales y de inversiones en general.
¿Si
estarán dispuestos estos políticos europeos a sacrificar su autoridad y control
económico, ante las instituciones y la burocracia centralizada en Bruselas?
Interrogantes
que convergen todos hacia diagnosticar que tan íntegros y cuan serios son los
promotores de tantas promesas y ejecuciones que deben realizarse sin mediar a
que tendencias ideológicas pertenecen; de ahí que los ciudadanos podamos
calificar la idoneidad, la honorabilidad y la veracidad en el cumplimiento de
sus programas y así determinar que tan bien o no estamos gobernados.
Del
análisis comparativo en la capacidad de gobernar entre todos estos conductores políticos,
nace la reflexión si debemos elegirlos nuevamente a ellos o a sus sucesores, o
alternativamente debemos buscar nuevos representantes que canalicen otras
aplicaciones de las políticas colectivas.
Además
debemos reconocer que si la indiferencia y la abstención predominan en las
elecciones en cualquier sociedad, es indudable que situaciones como las hoy
cuestionadas continuaran sobreviniendo sin valorar los daños y quebrantos a los
que se someterá al colectivo en pleno.
De
ahí que el diagnostico y la calificación de la labor cumplida por estos hombres
y mujeres resulta de tanta trascendencia para solventar los crecientes desafíos
y necesidades que la sociedad humana afronta en la actualidad y los que deberá encarar hacia
el futuro.
¿Porqué Gustavo Petro insistirá en cambiar el pico y placa casi sobre la hora, con un método que es difícil de comprender en una o dos semanas?, y, ¿porqué la DPAE insiste en no adjudicar la licitación de la Recolección de Basuras en Bogotá DC?, ¿será que no les satisface llevar a la ciudad a una emergencia sanitaria?....
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