Las inncoherencias registradas por nuestros desconcertantes líderes,
animan la disertación de hoy.
Comenzamos con nuestro a veces muy locuaz presidente, quien
en su actual rol populista, anuncia viviendas gratis para los mas necesitados,
o nos ilusiona con los grandes beneficios laborales y económicos que traerá el
acuerdo de libre comercio con Estados Unidos, y su aporte eficaz al crecimiento
de la economía colombiana.
Y por si fuera poco divulga con orgullo cifras descendentes
de desempleo y de pobreza, aumentos de cobertura educativa y otra suerte de
maravillas sociales que la verdad aun las percibimos poco; pero en donde si actúa
y de manera solapada es en encausar esa peligrosa reforma a la justica, que
solo mejora las condiciones jurídicas de todos los aforados o altas autoridades
provistas de fuero especial, que obtienen un poco de impunidad para sus
procesos y otras prebendas; complementariamente el gremio financiero recibe la
mayor ganancia, al obtener un cambio en el esquema de aplicación de la justicia
civil, que permitirá a abogados privados y notarios a ejercer como jueces en
procesos en donde exista morosidad en obligaciones económicas de cualquier tipo.
El gremio financiero obtiene la solución perfecta y expedita
para poner en cintura a todos los colombianos endeudados y que hayan entrado en
incapacidad de pago.
Pero la verdadera justicia, esa que requiere de mas apoyo económico
con nuevas oficinas, fiscales, auxiliares y jueces, esa que nos protege de la
violencia diaria encarnada en los crímenes de alto impacto social, seguirá siendo
una bella cenicienta disoluta y rezagada en sus fallos.
Vaya paradoja hablar de un país que avanza impulsado con las
locomotoras de la prosperidad, pero que sus sistema de justicia anacrónico
viaja en un burro enfermo, casi agónico, presa de una violencia indomable
representada en extorsiones, sicariato, narcotráfico, asaltos y robos que no se detienen y que
convierte nuestra vivencia en las grandes ciudades aun mas difícil.
Del otro lado del Atlántico un despistado y soberbio Mariano
Rajoy negocia con Bruselas, el rescate de una parte de la banca española que
afronta problemas de liquidez, ocultando a sus ciudadanos y pares políticos lo
acordado, pero en su insensato proceder subestima a los mercados financieros
que son implacables en sus evaluaciones y decisiones frente al tema del rescate
bancario, que estiman es con cargo al déficit fiscal de España, así que
castigan la deuda soberana del país ibérico con alzas inclementes en los
intereses, dejando al político peninsular apabullado y sin mayores
posibilidades de mejorar su frágil capacidad de negociación.
Lo paradójico es que enfrentando semejante crisis, no tuvo la
menor duda en asistir a un encuentro futbolero en Polonia protagonizado por su selección,
como si las finanzas nacionales no fueran más importantes que la actividad
deportiva del país.
No quisiera yo que a parte de nuestros inmensos problemas, además
nos gobernara un petulante de la talla de este hombre; horas complicadas las
que vivirá el pueblo español por cortesía de sus ineficientes y sobradores líderes.
Finalizo este análisis comentando sobre nuestros vecinos
venezolanos; como lo advertí hace un tiempo, la actitud del candidato Henrique Capriles
de despotricar de Hugo Chávez sobre la conducción del estado, estando el
presidente venezolano convaleciente, ha funcionado como una plataforma publicitaria
en favor de su relección; lo paradójico ha sido que los torpes consejeros del candidato Capriles, creyeron que
exacerbando a la sociedad con chismes e infundios sobre la incapacidad física
de Chávez para gobernar, convencerían a la ciudadanía para apoyar al candidato
opositor, y vaya que se ha logrado el efecto totalmente opuesto.
Auguro un triunfo al chavismo, salvo que la salud de este líder
decline demasiado y no llegue en buen estado al día de las elecciones.
Termino con la invitación a meditar sobre las incongruencias
manifiestas, emitidas por quienes consideramos los mas capacitados para llevar
las riendas del estado, finalmente que situaciones no harán enfrentar.
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